/ sábado 14 de noviembre de 2020

Proyecto humanista “La escuela activa”

La enseñanza en esta escuela se basa en los hechos y en la experiencia. Se procura desarrollar en los alumnos las capacidades personales al máximo, para integrarse a la sociedad.

Por la pandemia estas escuelas del proyecto humanista por ahora están cerradas, pero regresaran a sus actividades cuando las autoridades educativas lo autoricen.

Se llama Escuela Activa, como su nombre lo indica, el proyecto educativo tiene su nombre en las técnicas pedagógicas de uno de los principales educadores franceses del siglo XX: Celestin Freinet, cuyas ideas dieron forma y sustento a los principios de libertad y trabajo del proyecto humanista, lo cual forma parte de una corriente pedagógica mayor: la Escuela Nueva.

En este proceso intervienen dos aspectos fundamentales: el de la instrucción académica y el de la formación de hábitos y actitudes con base en una escala valoral.

Además del Plan y programas de estudio de los niveles de preescolar y primaria de la Secretaria de Educación, se tiene la opción de asistir a talleres como cerámica, artes plásticas, deportes, ajedrez, papiroflexia y teatro (esta última actividad sólo para los alumnos de sexto año.)

Los talleres son optativos y se imparten una vez por semana y sólo son para los niños de primaria.

Trabajan como cualquier escuela o colegio normal, sin embargo tienen algunas actividades en el quehacer cotidiano de una comunidad educativa verdaderamente excepcional.

Los maestros acompañan a los niños en esta travesía, interactuando con sus compañeros, profesores y las autoridades directivas.

Los grupos no deben ser mayores de 30 alumnos de preescolar y primaria para tengan una mayor participación en las diversas actividades y los resultados de los niños sean excelentes a las técnicas pedagógicas desarrolladas.

La Escuela Activa ha sido un buen lugar para alumnos que vienen de otros países principalmente de Sudamérica, por cambio de residencia o exilio, contando con la población de niños chilenos, argentinos, uruguayos y de otros países, donde los padres encuentran una correspondencia de la educación de donde provienen.

En algunas Escuelas Activas, se convirtieron en Escuelas Semiactivas y otras en Escuelas Medioactivas, en las que el centro del proyecto educativo consistía en que el alumno estuviera simplemente a gusto y desarrollara en entera libertad sus facultades lúdicas sin ningún propósito formativo.

Una norma primordial en la Escuela Activa es el respeto a la personalidad del niño, esto equivale a no inhibir en el alumno el descubrimiento del sentido de la libertad.

Desde luego en esta Escuela no hay lugar para la limitación física ni intelectual del niño; tiene muy claro el sentido de una libertad que se construye, ejerce y es construida a partir de la naturaleza de un ser maduro, que nada tiene que ver con la anarquía.

Los alumnos de la Escuela Activa, saben que existen normas, que se deben obedecer y son necesarias para la convivencia escolar y social, dentro y fuera de la institución educativa.

Existe un orden y trabajo que de ninguna manera contradice con los principios pedagógicos de una escuela de este tipo. Algunas han extraviado el rumbo, dando por resultado muchas experiencias diferentes. Se espera que el proyecto humanista de la Escuela Activa continúe como fue diseñada en bien sus alumnos cuando regresen.

*Doctor en Educación.

La enseñanza en esta escuela se basa en los hechos y en la experiencia. Se procura desarrollar en los alumnos las capacidades personales al máximo, para integrarse a la sociedad.

Por la pandemia estas escuelas del proyecto humanista por ahora están cerradas, pero regresaran a sus actividades cuando las autoridades educativas lo autoricen.

Se llama Escuela Activa, como su nombre lo indica, el proyecto educativo tiene su nombre en las técnicas pedagógicas de uno de los principales educadores franceses del siglo XX: Celestin Freinet, cuyas ideas dieron forma y sustento a los principios de libertad y trabajo del proyecto humanista, lo cual forma parte de una corriente pedagógica mayor: la Escuela Nueva.

En este proceso intervienen dos aspectos fundamentales: el de la instrucción académica y el de la formación de hábitos y actitudes con base en una escala valoral.

Además del Plan y programas de estudio de los niveles de preescolar y primaria de la Secretaria de Educación, se tiene la opción de asistir a talleres como cerámica, artes plásticas, deportes, ajedrez, papiroflexia y teatro (esta última actividad sólo para los alumnos de sexto año.)

Los talleres son optativos y se imparten una vez por semana y sólo son para los niños de primaria.

Trabajan como cualquier escuela o colegio normal, sin embargo tienen algunas actividades en el quehacer cotidiano de una comunidad educativa verdaderamente excepcional.

Los maestros acompañan a los niños en esta travesía, interactuando con sus compañeros, profesores y las autoridades directivas.

Los grupos no deben ser mayores de 30 alumnos de preescolar y primaria para tengan una mayor participación en las diversas actividades y los resultados de los niños sean excelentes a las técnicas pedagógicas desarrolladas.

La Escuela Activa ha sido un buen lugar para alumnos que vienen de otros países principalmente de Sudamérica, por cambio de residencia o exilio, contando con la población de niños chilenos, argentinos, uruguayos y de otros países, donde los padres encuentran una correspondencia de la educación de donde provienen.

En algunas Escuelas Activas, se convirtieron en Escuelas Semiactivas y otras en Escuelas Medioactivas, en las que el centro del proyecto educativo consistía en que el alumno estuviera simplemente a gusto y desarrollara en entera libertad sus facultades lúdicas sin ningún propósito formativo.

Una norma primordial en la Escuela Activa es el respeto a la personalidad del niño, esto equivale a no inhibir en el alumno el descubrimiento del sentido de la libertad.

Desde luego en esta Escuela no hay lugar para la limitación física ni intelectual del niño; tiene muy claro el sentido de una libertad que se construye, ejerce y es construida a partir de la naturaleza de un ser maduro, que nada tiene que ver con la anarquía.

Los alumnos de la Escuela Activa, saben que existen normas, que se deben obedecer y son necesarias para la convivencia escolar y social, dentro y fuera de la institución educativa.

Existe un orden y trabajo que de ninguna manera contradice con los principios pedagógicos de una escuela de este tipo. Algunas han extraviado el rumbo, dando por resultado muchas experiencias diferentes. Se espera que el proyecto humanista de la Escuela Activa continúe como fue diseñada en bien sus alumnos cuando regresen.

*Doctor en Educación.