/ martes 5 de enero de 2021

Prueba de fuego para los Reyes Magos

La excepción que hizo el Gobierno del Estado para permitir la reapertura de la venta de juguetes debe ser vista como una prueba de fuego para los Reyes Magos en medio de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus.

Sería muy fácil juzgar la decisión del gobernador, Luis Miguel Barbosa Huerta, para permitir la apertura de estos espacios en medio de una creciente ocupación hospitalaria por contagios de Covid-19, pero diría aquella frase famosa de Los Simpson “alguien quiere pensar en los niños”.

Son precisamente ellos, los niños, quienes más han padecido las consecuencias sociales del confinamiento y los que menos merecen quedarse sin un día especial como es el Día de Reyes.

Se puede entender el cierre de bares, antros, restaurantes y negocios no esenciales, pero difícilmente se puede tocar al sector más inocente de una sociedad.

Hasta ahí, se puede justificar.

Pero en medio de una crisis como la que vive el mundo, la responsabilidad de estas fechas recae en los Reyes Magos y en aquellos “duendes” que se dedican a la comercialización de juguetes.

Para que esto no sea un desastre, los Reyes Magos se tienen que olvidar de esas largas filas y aglomeraciones para conseguir el “regalo prometido”, como era antes de la pandemia.

Los duendes, por su parte, no tienen otra opción que acatar las medidas sanitarias para evitar más contagios, donde el principal reto será la sana distancia y el uso de cubrebocas.

Hasta el momento, poca civilidad y consciencia han mostrado los encargados de surtir de juguetes a los Reyes Magos.

Formales e informales.

De inicio, muchos se mantuvieron abiertos desde antes de que el gobierno estatal se los permitiera.

Los ambulantes y establecidos de la 16 oriente-poniente, ni se diga.

Basta ver las fotos que este día se publican en El Sol de Puebla para darse una idea.

El papel de las autoridades también ha dejado mucho que desear, pues queda claro que quienes tienen las riendas son los comerciantes, por encima de cualquier decreto.

A nivel municipal, el Ayuntamiento cedió ante la exigencia de los ambulantes de La Margarita, donde tradicionalmente se venden juguetes de manera informal en estas fechas, y otorgó 150 espacios con la condición de guardar una sana distancia.

Ya veremos si esta recomendación se cumple o es ignorada como durante toda la pandemia en tianguis y calles del Centro Histórico.

Ante este escenario, la responsabilidad recae en Melchor, Gaspar y Baltazar.

Así que si usted los ve, dígales que se acaban las camas, que es más fácil respirar con cubrebocas que entubado y que de nada sirve el regalo si los niños van a tener que jugar con ellos a las afueras de un hospital.

Hasta la próxima.

Twitter: Juarez_VH

Facebook: Hugo Juárez

Correo: v.hugojuarez.h@gmail.com

La excepción que hizo el Gobierno del Estado para permitir la reapertura de la venta de juguetes debe ser vista como una prueba de fuego para los Reyes Magos en medio de la crisis sanitaria provocada por el coronavirus.

Sería muy fácil juzgar la decisión del gobernador, Luis Miguel Barbosa Huerta, para permitir la apertura de estos espacios en medio de una creciente ocupación hospitalaria por contagios de Covid-19, pero diría aquella frase famosa de Los Simpson “alguien quiere pensar en los niños”.

Son precisamente ellos, los niños, quienes más han padecido las consecuencias sociales del confinamiento y los que menos merecen quedarse sin un día especial como es el Día de Reyes.

Se puede entender el cierre de bares, antros, restaurantes y negocios no esenciales, pero difícilmente se puede tocar al sector más inocente de una sociedad.

Hasta ahí, se puede justificar.

Pero en medio de una crisis como la que vive el mundo, la responsabilidad de estas fechas recae en los Reyes Magos y en aquellos “duendes” que se dedican a la comercialización de juguetes.

Para que esto no sea un desastre, los Reyes Magos se tienen que olvidar de esas largas filas y aglomeraciones para conseguir el “regalo prometido”, como era antes de la pandemia.

Los duendes, por su parte, no tienen otra opción que acatar las medidas sanitarias para evitar más contagios, donde el principal reto será la sana distancia y el uso de cubrebocas.

Hasta el momento, poca civilidad y consciencia han mostrado los encargados de surtir de juguetes a los Reyes Magos.

Formales e informales.

De inicio, muchos se mantuvieron abiertos desde antes de que el gobierno estatal se los permitiera.

Los ambulantes y establecidos de la 16 oriente-poniente, ni se diga.

Basta ver las fotos que este día se publican en El Sol de Puebla para darse una idea.

El papel de las autoridades también ha dejado mucho que desear, pues queda claro que quienes tienen las riendas son los comerciantes, por encima de cualquier decreto.

A nivel municipal, el Ayuntamiento cedió ante la exigencia de los ambulantes de La Margarita, donde tradicionalmente se venden juguetes de manera informal en estas fechas, y otorgó 150 espacios con la condición de guardar una sana distancia.

Ya veremos si esta recomendación se cumple o es ignorada como durante toda la pandemia en tianguis y calles del Centro Histórico.

Ante este escenario, la responsabilidad recae en Melchor, Gaspar y Baltazar.

Así que si usted los ve, dígales que se acaban las camas, que es más fácil respirar con cubrebocas que entubado y que de nada sirve el regalo si los niños van a tener que jugar con ellos a las afueras de un hospital.

Hasta la próxima.

Twitter: Juarez_VH

Facebook: Hugo Juárez

Correo: v.hugojuarez.h@gmail.com