/ domingo 4 de julio de 2021

Puertas entreabiertas de la justicia

¿Qué es lo justo? ¿Quién debe pagar por los daños a menores o a indefensos? ¿Quién es susceptible de delitos? ¿Quién imparte la justicia? ¿Qué justicia? Son preguntas que rondan en la vida social y reaparecen cuando sucede algo que reclama precisamente ser castigado, o al menos juzgado.

Los conocidos casos como Benjamín Saúl Huerta, diputado federal por Morena acusado de abuso sexual; Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, el rey de la basura y exlíder del PRI en CdMx, por los delitos de trata de personas, en la modalidad de explotación sexual agravada en grado de tentativa, publicidad engañosa y asociación delictuosa, actualmente prófugo; o los exgobernadores Tomás Yarrington (Tamaulipas 1999-2004), Jesús Reyna (Michoacán 2013), Humberto Moreira (Coahuila 2005-2011), Andrés Granier (Tabasco 2007-2012), Rodrigo Medina (Nuevo León 2009-2015), Javier Duarte (Veracruz 2009-2016), Roberto Borge (Quintana Roo 2011-2016), Guillermo Padres (Sonora 2009-2015), César Duarte (Chihuahua 2010-2016), son algunos de los políticos mexicanos que se han visto involucrados en problemas con la ley, si bien no todos han ido a la cárcel como Mario Marín Torres (Puebla 2005-2011). Mismo caso con Andrés Roemer (Ciudad de las Ideas) acusado de presuntos delitos sexuales por al menos 11 mujeres, prófugo.

Dos noticias de la justicia norteamericana me hicieron recordar esos nombres, seguro hay otros más que se me escapan. Uno: Bill Cosby fue liberado tras la revocación de su sentencia por violación (Infobae, 30 junio 2021); dos: Ketih Raniere, líder de NXIVM, contrata a abogado de “El Chapo”; busca repetición de juicio (Índigo, 02 julio 2021).

En el primer caso fue sorprendente que la Corte Suprema del estado de Pensilvania resolviera que el sujeto fuera liberado después de anular la condena por agresión indecente y agravada (drogó y agredió a una mujer de 15 años en 2004), llevaba en la cárcel dos años y podría haber sido condenado con 3 a 10 años por tal delito. EL actor había recibido en 2018 la condena, desde la aparición del movimiento #MeToo. ¿Qué sucedió? Los abogados del acusado argumentaron que había sido “injusto” el juicio entonces, porque se había dejado declarar como testigos a cinco mujeres que denunciaron hechos ocurridos “hace ´décadas`, que no formaban parte del caso, habían influido en el jurado” (Infobae, 30 junio 2021). Crosby había declarado en ese juicio que había usado drogas sedantes y comportamientos sexuales en la década de 1970.

Sí, el acusado recibió la benevolencia de la justicia ciega, esa que en un salto legal finalmente ya no juzga el hecho sino su prescripción en la línea histórica legal. Eso es lo que sucede en casos declarados, incluso confesos, de delincuentes que son defendidos por abogados retóricos pero con vacíos legales que son aprovechados.

Solo así se entiende por qué Raniere, con muchas evidencias en su contra, contrata ahora a Jeff Lichtman defensor del narcotraficante escapista y esposa, Emma Coronel. Pero también a Marc Fernich, defensor de Jeffrey Epstein. Este último, magnate creador de una red de pedofilia que apareció el 10 de agosto de 2019 muerto por suicidio en su celda, dejando al descubierto relaciones que comprometieron a personajes como Donald Trump, el duque Andrés de York, Kevin Spacey, Naomi Cambell, Mick Jagger, Ted y Edward Kennedy o Andrés Pastrana (expresidente de Colombia).

En la red secreta de “esclavas sexuales” de Raniere, declarado culpable de lavado de dinero, fraude, extorsión, pornografía infantil y tráfico de personas el 20 de junio de 2019, igual quedan relacionados Emiliano y Cecilia Salinas Occelli, el hijo de Carlos Salinas, Rosa Laura Junco, hija de Alejandro Junco (fundador de Grupo Reforma) y Mario Delgado, contra quienes no hay denuncias. Entonces ¿qué esperar de la justicia? Tal vez que los jueces y abogados defensores de las víctimas integren carpetas de investigación robustas y suficientes para que no haya fugas por puertas entreabiertas que ellos, la justicia, no alcancen a ver.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com

¿Qué es lo justo? ¿Quién debe pagar por los daños a menores o a indefensos? ¿Quién es susceptible de delitos? ¿Quién imparte la justicia? ¿Qué justicia? Son preguntas que rondan en la vida social y reaparecen cuando sucede algo que reclama precisamente ser castigado, o al menos juzgado.

Los conocidos casos como Benjamín Saúl Huerta, diputado federal por Morena acusado de abuso sexual; Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, el rey de la basura y exlíder del PRI en CdMx, por los delitos de trata de personas, en la modalidad de explotación sexual agravada en grado de tentativa, publicidad engañosa y asociación delictuosa, actualmente prófugo; o los exgobernadores Tomás Yarrington (Tamaulipas 1999-2004), Jesús Reyna (Michoacán 2013), Humberto Moreira (Coahuila 2005-2011), Andrés Granier (Tabasco 2007-2012), Rodrigo Medina (Nuevo León 2009-2015), Javier Duarte (Veracruz 2009-2016), Roberto Borge (Quintana Roo 2011-2016), Guillermo Padres (Sonora 2009-2015), César Duarte (Chihuahua 2010-2016), son algunos de los políticos mexicanos que se han visto involucrados en problemas con la ley, si bien no todos han ido a la cárcel como Mario Marín Torres (Puebla 2005-2011). Mismo caso con Andrés Roemer (Ciudad de las Ideas) acusado de presuntos delitos sexuales por al menos 11 mujeres, prófugo.

Dos noticias de la justicia norteamericana me hicieron recordar esos nombres, seguro hay otros más que se me escapan. Uno: Bill Cosby fue liberado tras la revocación de su sentencia por violación (Infobae, 30 junio 2021); dos: Ketih Raniere, líder de NXIVM, contrata a abogado de “El Chapo”; busca repetición de juicio (Índigo, 02 julio 2021).

En el primer caso fue sorprendente que la Corte Suprema del estado de Pensilvania resolviera que el sujeto fuera liberado después de anular la condena por agresión indecente y agravada (drogó y agredió a una mujer de 15 años en 2004), llevaba en la cárcel dos años y podría haber sido condenado con 3 a 10 años por tal delito. EL actor había recibido en 2018 la condena, desde la aparición del movimiento #MeToo. ¿Qué sucedió? Los abogados del acusado argumentaron que había sido “injusto” el juicio entonces, porque se había dejado declarar como testigos a cinco mujeres que denunciaron hechos ocurridos “hace ´décadas`, que no formaban parte del caso, habían influido en el jurado” (Infobae, 30 junio 2021). Crosby había declarado en ese juicio que había usado drogas sedantes y comportamientos sexuales en la década de 1970.

Sí, el acusado recibió la benevolencia de la justicia ciega, esa que en un salto legal finalmente ya no juzga el hecho sino su prescripción en la línea histórica legal. Eso es lo que sucede en casos declarados, incluso confesos, de delincuentes que son defendidos por abogados retóricos pero con vacíos legales que son aprovechados.

Solo así se entiende por qué Raniere, con muchas evidencias en su contra, contrata ahora a Jeff Lichtman defensor del narcotraficante escapista y esposa, Emma Coronel. Pero también a Marc Fernich, defensor de Jeffrey Epstein. Este último, magnate creador de una red de pedofilia que apareció el 10 de agosto de 2019 muerto por suicidio en su celda, dejando al descubierto relaciones que comprometieron a personajes como Donald Trump, el duque Andrés de York, Kevin Spacey, Naomi Cambell, Mick Jagger, Ted y Edward Kennedy o Andrés Pastrana (expresidente de Colombia).

En la red secreta de “esclavas sexuales” de Raniere, declarado culpable de lavado de dinero, fraude, extorsión, pornografía infantil y tráfico de personas el 20 de junio de 2019, igual quedan relacionados Emiliano y Cecilia Salinas Occelli, el hijo de Carlos Salinas, Rosa Laura Junco, hija de Alejandro Junco (fundador de Grupo Reforma) y Mario Delgado, contra quienes no hay denuncias. Entonces ¿qué esperar de la justicia? Tal vez que los jueces y abogados defensores de las víctimas integren carpetas de investigación robustas y suficientes para que no haya fugas por puertas entreabiertas que ellos, la justicia, no alcancen a ver.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com