/ domingo 22 de septiembre de 2019

¿Que desapareció el neoliberalismo?

“Aquellos que piensan que es permisible decir mentiras blancas, pronto crecerán daltónicos.”

Austin O’Malley


De acuerdo a un sector de políticos, el neoliberalismo es el coco de los sistemas político-económicos. Como tal, genera expectativas y propósitos para sus beneficios conforme los intereses; pero lo hacen todos los sistemas. ¿O no?

Interpretando a Dieter Nohlen (2006, Diccionario de Ciencia Política, p.951), el neoliberalismo surge (1980) como un sistema alterno al control económico estatal, porque había un rechazo al intervencionismo estatal que no dio resultados en el mercado y porque reprimían las libertades; por lo que se requería un nuevo modelo que sustentara la democracia, desde la óptica capitalista.

Entonces estamos ante una propuesta contraria a la economía socialista, aquella en la que el estado tiene el control no sólo en las estructuras administrativas sino en los procesos de producción desde la materia prima hasta los puntos de comercialización y finalmente el consumo.

Es aquí donde el capitalismo, inconforme, crea el neoliberalismo para quitarle el control económico al Estado para el beneficio empresarial. Aunque la teoría indica que el neoliberalismo es con el fin de garantizar la eficiencia económica, los aumentos del bienestar y al mismo tiempo las libertades individuales. Pero, como se dice en México, puro rollo mareador, o sea demagogia.

Demagogia que es cantada por ambos sistemas (capitalista y socialista), más bien por los políticos que sostienen como solución de los grandes problemas sociales uno u otro sistema. Pues, queda claro, por lo menos en América Latina, que siguen sin ser erradicados los males que tanto aquejan a la sociedad porque no hay seguridad garantizada, educación de calidad, salud digna, alimentación realmente saludable, medio ambiente protegido, oportunidades de desarrollo y prosperidad conforme, retiros decoros, etc., etc., etc…

¿Qué de lo anterior usted puede sentir, ver, tocar, vivir, y que diga estar seguro va a seguir de manera decorosa (como mínimo) hasta que le llegue su llamado final? Yo digo que nada. Aquí cada quién que se rasque como pueda. Si hay, acepto, una política de parches domésticos, nada estructural. Esto gracias al sistema neoliberal, pero no hay visos de cambios reales.

Si comemos, tenemos salud, nos hemos educado, logrado cierto despegue, no es porque el sistema lo garantiza, sino por el caminar y andar tropezando con todo tipo de alimañas, accidentes, caídas, pero siguiendo, siguiendo, siguiendo sin parar. No sólo en México, es la constante en toda Latinoamérica.

No obstante, hay que reconocer que sí hay posibilidades de cambios; ¡claro! De lo contrario no estaría escribiendo esto.

Sin embargo, sostengo que ninguno de los sistemas propuestos ha logrado extirpar los cánceres sociales provocados por los oportunismo y egoísmos de quienes llegan al poder, porque antes y hoy la preocupación central es la del acomodo; primero el de los primeros en mando, luego de los socios, luego de los copartidarios, siguen los compadres y amigos alcahuetes, porque si no, ni los miran; quizás vecinos y, de último, la sociedad en general que es la quien lleva al triunfo independientemente del porcentaje.

De tal manera que, con lo dicho y lo que se ve todos los días, ¿qué sistema económico objetivo respiramos? Le pregunto: con mano en el corazón y la utilización de los sesos ¿cree usted, que el neoliberalismo ya desapareció y que por lo mismo en México se vive feliz, feliz, feliz?

Ni hablar del tema de punta: la muerte de la corrupción. ¿Qué se acabó?


*Consultor y Asesor en Comunicación Política y Organizacional; jdelrsf@gmail.com; twiter: @jdelrsf

“Aquellos que piensan que es permisible decir mentiras blancas, pronto crecerán daltónicos.”

Austin O’Malley


De acuerdo a un sector de políticos, el neoliberalismo es el coco de los sistemas político-económicos. Como tal, genera expectativas y propósitos para sus beneficios conforme los intereses; pero lo hacen todos los sistemas. ¿O no?

Interpretando a Dieter Nohlen (2006, Diccionario de Ciencia Política, p.951), el neoliberalismo surge (1980) como un sistema alterno al control económico estatal, porque había un rechazo al intervencionismo estatal que no dio resultados en el mercado y porque reprimían las libertades; por lo que se requería un nuevo modelo que sustentara la democracia, desde la óptica capitalista.

Entonces estamos ante una propuesta contraria a la economía socialista, aquella en la que el estado tiene el control no sólo en las estructuras administrativas sino en los procesos de producción desde la materia prima hasta los puntos de comercialización y finalmente el consumo.

Es aquí donde el capitalismo, inconforme, crea el neoliberalismo para quitarle el control económico al Estado para el beneficio empresarial. Aunque la teoría indica que el neoliberalismo es con el fin de garantizar la eficiencia económica, los aumentos del bienestar y al mismo tiempo las libertades individuales. Pero, como se dice en México, puro rollo mareador, o sea demagogia.

Demagogia que es cantada por ambos sistemas (capitalista y socialista), más bien por los políticos que sostienen como solución de los grandes problemas sociales uno u otro sistema. Pues, queda claro, por lo menos en América Latina, que siguen sin ser erradicados los males que tanto aquejan a la sociedad porque no hay seguridad garantizada, educación de calidad, salud digna, alimentación realmente saludable, medio ambiente protegido, oportunidades de desarrollo y prosperidad conforme, retiros decoros, etc., etc., etc…

¿Qué de lo anterior usted puede sentir, ver, tocar, vivir, y que diga estar seguro va a seguir de manera decorosa (como mínimo) hasta que le llegue su llamado final? Yo digo que nada. Aquí cada quién que se rasque como pueda. Si hay, acepto, una política de parches domésticos, nada estructural. Esto gracias al sistema neoliberal, pero no hay visos de cambios reales.

Si comemos, tenemos salud, nos hemos educado, logrado cierto despegue, no es porque el sistema lo garantiza, sino por el caminar y andar tropezando con todo tipo de alimañas, accidentes, caídas, pero siguiendo, siguiendo, siguiendo sin parar. No sólo en México, es la constante en toda Latinoamérica.

No obstante, hay que reconocer que sí hay posibilidades de cambios; ¡claro! De lo contrario no estaría escribiendo esto.

Sin embargo, sostengo que ninguno de los sistemas propuestos ha logrado extirpar los cánceres sociales provocados por los oportunismo y egoísmos de quienes llegan al poder, porque antes y hoy la preocupación central es la del acomodo; primero el de los primeros en mando, luego de los socios, luego de los copartidarios, siguen los compadres y amigos alcahuetes, porque si no, ni los miran; quizás vecinos y, de último, la sociedad en general que es la quien lleva al triunfo independientemente del porcentaje.

De tal manera que, con lo dicho y lo que se ve todos los días, ¿qué sistema económico objetivo respiramos? Le pregunto: con mano en el corazón y la utilización de los sesos ¿cree usted, que el neoliberalismo ya desapareció y que por lo mismo en México se vive feliz, feliz, feliz?

Ni hablar del tema de punta: la muerte de la corrupción. ¿Qué se acabó?


*Consultor y Asesor en Comunicación Política y Organizacional; jdelrsf@gmail.com; twiter: @jdelrsf