/ jueves 20 de febrero de 2020

¡Que poca… indolencia!

La sociedad todavía no había superado el crimen de la poblana Ingrid, cuando el asesinato de la niña Fátima llegó a derribar a México, y en lugar de encontrar consuelo y cobijo ante tanto horror, las y los mexicanos escucharon la mezquindad de políticos acusando a sus adversarios y para rematar, llega la genialidad de culpar de los feminicidios al neoliberalismo. ¡Que poca… indolencia!

Aunque juren y perjuren que sus condenas a los crímenes contra mujeres son un reclamo justo y oportuno, lo que es evidente no puede negarse. En cada pronunciamiento hay un hedor de venganza contra el político en turno, se nota que más que reclamar por la muerte de otra mujer, en realidad hay un festín porque al gobernante le irá mal. Se nota la cizaña política con ánimos electorales y eso no se vale.

Lucrar políticamente con las desgracias es terrible e imperdonable. Y resulta enteramente igual –terrible e imperdonable- que los gobiernos en turno descalifiquen los reclamos sociales encasillándolos en que son emanados de sus críticos. Con eso no solo minimizan una realidad, sino que se muestran insensibles, indolentes, imperiosos y lejanos de quienes confiaron en ellos.

Achacarle estricta y literalmente los feminicidios a un sistema como el neoliberalismo, no solo resulta incomprensible para el grueso de las y los mexicanos, sino que resulta ofensivo. Y para aderezar la postura, todavía el presidente AMLO pide que no le pinten los edificios y que el tema de los feminicidios no afecte el sorteo del avión presidencial. ¡No puede ser!

Las y los diputados federales convirtieron en un ring la Cámara Baja justamente por los feminicidios y fue ahí en donde más que ponerse del lado de las mujeres y hombres de este país, se pusieron la camiseta de sus partidos y cada quien repartió sus llegues a sus adversarios con el pretexto de los crímenes contra el sexo femenino.

Al final del show, las y los legisladores aumentaron la pena de prisión para los feminicidas, ya no serán 60 sino serán 65 años de prisión para esos delincuentes, pero ¿aumentar las penas va a frenar la ola de asesinatos de mujeres? la respuesta es sencilla: NO. Tampoco los ha detenido la Alerta de Violencia de Género, la “relativa” solución está en la humanización de las personas, en los valores en la familia y la educación cívica. ¿o no?

Presiones Antorchistas

La agrupación Antorcha Campesina no quita el dedo del renglón e insiste en que deben reconocerle como partido político. ¡Qué, qué! Pues sí, acostumbrados a hacer su voluntad y conseguir lo que desean a través de la presión política contra los gobiernos en turno, nuevamente los antorchos han amagado con manifestaciones más recurrentes y hasta plantones si el órgano electoral no le otorga su reconocimiento de partido. De paso han acusado que esa decisión es resultado de una instrucción que sale desde Casa Aguayo.

Como si estuviera libre de pecado, Antorcha Campesina reclama, demanda y exige. Ah pero al gobernador Miguel Barbosa Huerta no se le olvidan los pecados de ese grupo. El mandatario fue tajante y dijo que no teme a las amenazas de la agrupación y de paso expuso que primero deberían revisar sus conductas relacionadas con taxis y corralones piratas, así como con terrenos obtenidos de forma ilegal. Seguro se refiere a esas propiedades invadidas de las que todos hemos escuchado alguna vez. Ah y le faltó mencionar las cientos de grúas –sepa si también piratas- que han resultado ser una verdadera pesadillas para los usuarios. Y también se le pasó mencionar que revisen cómo andan las unidades del transporte público que orgullosamente se jactan de pertenecer a esa asociación.

Esto es parte de todo lo que hacen y deshacen sin ser partido político, ¿se imagina todo lo que harían se si se convirtiera en partido? Que Dios nos agarre confesados.

Vale decir que Antorcha Campesina acusa que el gobierno de Puebla fabrica delitos en su contra para evitar que se convierta en partido, pero el mismo gobernador rechazó el señalamiento y les alentó a manifestarse. “Que estén tranquilos de que aquí no se fabrican delitos, no se hacen acusaciones falsas, si no han cometido ninguna infracción a la ley, que estén tranquilos”, expresó el mandatario y les reiteró que no se dejará intimidar por amenazas. “No me van a presionar, ni voy a negociar con una organización que está acostumbrada a conseguir así las cosas”. ¡Zaaas! Esto se va a poner bueno.

Como es costumbre, tenemos abierto el changarro las 24 horas. Si quiere compartir chismes, ocurrencias y uno que otro tip, siempre son bienvenidos en Twitter @ferabrajan1 y en fabrajan@hotmail.com

La sociedad todavía no había superado el crimen de la poblana Ingrid, cuando el asesinato de la niña Fátima llegó a derribar a México, y en lugar de encontrar consuelo y cobijo ante tanto horror, las y los mexicanos escucharon la mezquindad de políticos acusando a sus adversarios y para rematar, llega la genialidad de culpar de los feminicidios al neoliberalismo. ¡Que poca… indolencia!

Aunque juren y perjuren que sus condenas a los crímenes contra mujeres son un reclamo justo y oportuno, lo que es evidente no puede negarse. En cada pronunciamiento hay un hedor de venganza contra el político en turno, se nota que más que reclamar por la muerte de otra mujer, en realidad hay un festín porque al gobernante le irá mal. Se nota la cizaña política con ánimos electorales y eso no se vale.

Lucrar políticamente con las desgracias es terrible e imperdonable. Y resulta enteramente igual –terrible e imperdonable- que los gobiernos en turno descalifiquen los reclamos sociales encasillándolos en que son emanados de sus críticos. Con eso no solo minimizan una realidad, sino que se muestran insensibles, indolentes, imperiosos y lejanos de quienes confiaron en ellos.

Achacarle estricta y literalmente los feminicidios a un sistema como el neoliberalismo, no solo resulta incomprensible para el grueso de las y los mexicanos, sino que resulta ofensivo. Y para aderezar la postura, todavía el presidente AMLO pide que no le pinten los edificios y que el tema de los feminicidios no afecte el sorteo del avión presidencial. ¡No puede ser!

Las y los diputados federales convirtieron en un ring la Cámara Baja justamente por los feminicidios y fue ahí en donde más que ponerse del lado de las mujeres y hombres de este país, se pusieron la camiseta de sus partidos y cada quien repartió sus llegues a sus adversarios con el pretexto de los crímenes contra el sexo femenino.

Al final del show, las y los legisladores aumentaron la pena de prisión para los feminicidas, ya no serán 60 sino serán 65 años de prisión para esos delincuentes, pero ¿aumentar las penas va a frenar la ola de asesinatos de mujeres? la respuesta es sencilla: NO. Tampoco los ha detenido la Alerta de Violencia de Género, la “relativa” solución está en la humanización de las personas, en los valores en la familia y la educación cívica. ¿o no?

Presiones Antorchistas

La agrupación Antorcha Campesina no quita el dedo del renglón e insiste en que deben reconocerle como partido político. ¡Qué, qué! Pues sí, acostumbrados a hacer su voluntad y conseguir lo que desean a través de la presión política contra los gobiernos en turno, nuevamente los antorchos han amagado con manifestaciones más recurrentes y hasta plantones si el órgano electoral no le otorga su reconocimiento de partido. De paso han acusado que esa decisión es resultado de una instrucción que sale desde Casa Aguayo.

Como si estuviera libre de pecado, Antorcha Campesina reclama, demanda y exige. Ah pero al gobernador Miguel Barbosa Huerta no se le olvidan los pecados de ese grupo. El mandatario fue tajante y dijo que no teme a las amenazas de la agrupación y de paso expuso que primero deberían revisar sus conductas relacionadas con taxis y corralones piratas, así como con terrenos obtenidos de forma ilegal. Seguro se refiere a esas propiedades invadidas de las que todos hemos escuchado alguna vez. Ah y le faltó mencionar las cientos de grúas –sepa si también piratas- que han resultado ser una verdadera pesadillas para los usuarios. Y también se le pasó mencionar que revisen cómo andan las unidades del transporte público que orgullosamente se jactan de pertenecer a esa asociación.

Esto es parte de todo lo que hacen y deshacen sin ser partido político, ¿se imagina todo lo que harían se si se convirtiera en partido? Que Dios nos agarre confesados.

Vale decir que Antorcha Campesina acusa que el gobierno de Puebla fabrica delitos en su contra para evitar que se convierta en partido, pero el mismo gobernador rechazó el señalamiento y les alentó a manifestarse. “Que estén tranquilos de que aquí no se fabrican delitos, no se hacen acusaciones falsas, si no han cometido ninguna infracción a la ley, que estén tranquilos”, expresó el mandatario y les reiteró que no se dejará intimidar por amenazas. “No me van a presionar, ni voy a negociar con una organización que está acostumbrada a conseguir así las cosas”. ¡Zaaas! Esto se va a poner bueno.

Como es costumbre, tenemos abierto el changarro las 24 horas. Si quiere compartir chismes, ocurrencias y uno que otro tip, siempre son bienvenidos en Twitter @ferabrajan1 y en fabrajan@hotmail.com