/ sábado 4 de julio de 2020

¿Qué sería de México sin EU?

La frase de don Porfirio “tan lejos de dios y tan cerca de Estados Unidos” refleja un sentimiento de animadversión muy arraigado en una parte de la población, sin embargo, hay que ser muy cuidadosos y entender que la relación que tenemos con la aún primera potencia del mundo se ha tornado necesaria y quizá hasta benéfica.

Hoy es la fiesta nacional de nuestros principales socios comerciales, fecha cercana a la reciente entrada en vigor del T-MEC. Dar una opinión del nuevo tratado sería muy extenso y lo dejaré para otra ocasión, pero lo que es muy claro es la dependencia económica de nuestra patria a los norteamericanos.

Es muy difícil hacer suposiciones acerca de la historia, además de que no me quiero parecer a los muchos usuarios de redes que hacen planteamientos irrealizables, pero sí quiero imaginar un poco lo que pudo haber sucedido y así quizá valorar lo que tenemos y criticar los errores de interpretación histórica, sin caer en anacronismos, porque es un error hacer juicios del pasado tomando como base el contexto contemporáneo.

Quiero empezar diciendo que hay dos naciones que gran parte de los mexicanos odian aparentemente: España y Estados Unidos, debido a la conquista y la dominación que han realizado respectivamente, aunque en la realidad muchos quieren tener algo de sangre europea, ser blancos y tener un estilo de vida americano, esto se suma a las grandes contradicciones que vive el mexicano común y que no permiten que haya una identidad consolidada.

Ahora bien, recordemos que gracias a la inercia que se traía de la Nueva España, otrora gran potencia, nuestro país tuvo una gran estructura económica, social, cultural y jurídica sobre la cual construir una nación soberana, la cual paradójicamente fue muy dañada por el movimiento independentista.

Vamos al caso de las barras y las estrellas, para lo cual haré el análisis en diversas etapas, asumiendo que hay una linealidad en el tiempo y que un episodio sería imposible sin el anterior, pero como dije, esto se trata de imaginar.

Si México no hubiera tenido la guerra iniciada en 1847, hubiera sido complejo aprovechar esos territorios despoblados, quizá los norteños hubieran querido formar su propia nación, como algunos quisieran hoy, salvo los grandes descubrimientos de oro en California y el petróleo texano, no se ve un beneficio claro.

Si EU no existiera, nadie hubiera metido las manos para derrocar a Díaz en 1910 y quizá nuestro país sería la primera potencia de América, aún con sus enormes divisiones. Considero que este sería el único escenario positivo.

Pensando en las revueltas internas, como las muchas que hubo en el S. XIX y la falta de unión, quizá nuestro país hubiera sido invadido más veces por alguna otra potencia europea.

En el contexto actual, qué sería de nuestro país de no haber remesas por parte de los migrantes que están más allá del Rio Bravo.

Para quienes levantan la voz y rechazan el comunismo para nuestro país, tal vez sin que conozcan lo que significa el término, recordemos que antes de que cualquier presidente quisiera instaurar un régimen como el cubano, seguramente habría una invasión para preservar el sistema capitalista y la relación comercial existente, de la cual EU ha sido muy beneficiado.

Para los que gustan de la variedad de productos, plazas comerciales, cine y otros elementos del “american way of life”, recordemos que estos existen debido a la influencia norteamericana, a diferencia de otros países, inclusive europeos, que no cuentan con esta infraestructura.

Amigo lector, esto solo fue un ejercicio, pero creo que es muy equivocado señalar enfáticamente que estaríamos radicalmente mejor sin nuestro vecino del norte, para bien o para mal, esta relación es necesaria, quizá vital. Al final, creo, siempre con el riesgo de errar, que sin EU estaríamos peor. Hasta la próxima semana.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.

La frase de don Porfirio “tan lejos de dios y tan cerca de Estados Unidos” refleja un sentimiento de animadversión muy arraigado en una parte de la población, sin embargo, hay que ser muy cuidadosos y entender que la relación que tenemos con la aún primera potencia del mundo se ha tornado necesaria y quizá hasta benéfica.

Hoy es la fiesta nacional de nuestros principales socios comerciales, fecha cercana a la reciente entrada en vigor del T-MEC. Dar una opinión del nuevo tratado sería muy extenso y lo dejaré para otra ocasión, pero lo que es muy claro es la dependencia económica de nuestra patria a los norteamericanos.

Es muy difícil hacer suposiciones acerca de la historia, además de que no me quiero parecer a los muchos usuarios de redes que hacen planteamientos irrealizables, pero sí quiero imaginar un poco lo que pudo haber sucedido y así quizá valorar lo que tenemos y criticar los errores de interpretación histórica, sin caer en anacronismos, porque es un error hacer juicios del pasado tomando como base el contexto contemporáneo.

Quiero empezar diciendo que hay dos naciones que gran parte de los mexicanos odian aparentemente: España y Estados Unidos, debido a la conquista y la dominación que han realizado respectivamente, aunque en la realidad muchos quieren tener algo de sangre europea, ser blancos y tener un estilo de vida americano, esto se suma a las grandes contradicciones que vive el mexicano común y que no permiten que haya una identidad consolidada.

Ahora bien, recordemos que gracias a la inercia que se traía de la Nueva España, otrora gran potencia, nuestro país tuvo una gran estructura económica, social, cultural y jurídica sobre la cual construir una nación soberana, la cual paradójicamente fue muy dañada por el movimiento independentista.

Vamos al caso de las barras y las estrellas, para lo cual haré el análisis en diversas etapas, asumiendo que hay una linealidad en el tiempo y que un episodio sería imposible sin el anterior, pero como dije, esto se trata de imaginar.

Si México no hubiera tenido la guerra iniciada en 1847, hubiera sido complejo aprovechar esos territorios despoblados, quizá los norteños hubieran querido formar su propia nación, como algunos quisieran hoy, salvo los grandes descubrimientos de oro en California y el petróleo texano, no se ve un beneficio claro.

Si EU no existiera, nadie hubiera metido las manos para derrocar a Díaz en 1910 y quizá nuestro país sería la primera potencia de América, aún con sus enormes divisiones. Considero que este sería el único escenario positivo.

Pensando en las revueltas internas, como las muchas que hubo en el S. XIX y la falta de unión, quizá nuestro país hubiera sido invadido más veces por alguna otra potencia europea.

En el contexto actual, qué sería de nuestro país de no haber remesas por parte de los migrantes que están más allá del Rio Bravo.

Para quienes levantan la voz y rechazan el comunismo para nuestro país, tal vez sin que conozcan lo que significa el término, recordemos que antes de que cualquier presidente quisiera instaurar un régimen como el cubano, seguramente habría una invasión para preservar el sistema capitalista y la relación comercial existente, de la cual EU ha sido muy beneficiado.

Para los que gustan de la variedad de productos, plazas comerciales, cine y otros elementos del “american way of life”, recordemos que estos existen debido a la influencia norteamericana, a diferencia de otros países, inclusive europeos, que no cuentan con esta infraestructura.

Amigo lector, esto solo fue un ejercicio, pero creo que es muy equivocado señalar enfáticamente que estaríamos radicalmente mejor sin nuestro vecino del norte, para bien o para mal, esta relación es necesaria, quizá vital. Al final, creo, siempre con el riesgo de errar, que sin EU estaríamos peor. Hasta la próxima semana.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.