/ sábado 12 de diciembre de 2020

¿Qué sería de México sin la Virgen de Guadalupe?

Hoy es el día más religioso en nuestro país, en el que se suspenden actividades de forma extra oficial y que en este año verá sus festejos limitados. Hay muchos temas en torno a la señora del Tepeyac, algunos negándola y otros adorándola, pero hoy haré un análisis acerca de lo que hubiera pasado si la Guadalupana no se hubiera aparecido o no la hubieran inventado.

Hay que recordar el contexto del año de 1531, la Nueva España apenas estaba surgiendo como una nación y aún quedaban muchas comunidades indígenas que continuaban con sus usos y costumbres, como el día de hoy, pero profesando una fe a los dioses prehispánicos.

En Europa, Martín Lutero y la Reforma habían hecho que media Europa dejara el catolicismo para irse al protestantismo, con lo cual El Vaticano perdía, no solo rezos, sino dinero para sostener su gran estructura y sus lujos.

Fue entonces que se decidió pintar la imagen que emulara a una diosa precolombina y combinarla con el rito católico, es por eso que la Tonantzin se convirtió en Guadalupe, situación que fue sumamente planeada por la Iglesia mexicana, el virrey y quizá hasta por el Papa, con el fin de compensar a la feligresía perdida en el Viejo Continente.

Indudablemente el manto que esta en la Basílica actual es una creación humana, eso ha sido reconocido por especialistas y hasta por un ex abad de ese templo, pero eso no demerita la santidad, religiosidad y fe que millones de mexicanos tienen, elementos que pueden resultar positivos en la vida de esas personas.

La Guadalupana fue un elemento de dominación de conciencias, pero también redujo las brechas entre criollos, peninsulares y mestizos, aunque los españoles como tal siguieron profesando su fe a otras deidades europeas.

Es muy posible que, sin el relato de Juan Diego, el país estaría más dividido de lo que está y quizá hubiéramos tenido más guerras civiles, con lo cual la Nueva España no se hubiera consolidado como una potencia mundial, lo cual dio origen a una estructura institucional que inspiró a nuestro país a ser el referente para Latinoamérica. Sin nuestra deidad nacional, quizá el país entero se parecería más a Oaxaca, en donde la diversidad cultural y política ha limitado el progreso y una unión que siempre resulta necesaria para formar un estado fuerte.

Recordemos que el estandarte de la guerra de Independencia fue el de la señora de Guadalupe, de ahí viene la expresión “qué poca virgen”, la cual se transformó en “qué poca madre”, que es usada actualmente para diversas situaciones.

Durante el violento siglo XIX, en el cual los diversos bandos que se enfrentaron en múltiples batallas, la señora del Tepeyac fue usada como una especie de blindaje e inspiración, aludiendo a que las balas no tendrían efecto por llevar una estampita, lo cual puede sonar ridículo, pero todavía hoy vemos expresiones semejantes.

La batalla del 5 de mayo es un ejemplo claro, en la que los propios liberales usaron la virgen morena de la deidad para fines de combate.

Resulta curioso que, pese a las profundas divisiones que existían y existen, la virgen fue venerada por todos los bandos, creándose así el máximo símbolo de la identidad nacional, aun cuando parezca que esta no existe.

Es entonces que no podemos negar el uso político de la Guadalupana, además de la obvia enajenación que produce episodios tan lamentables como la de los peregrinos que han intentado ir a la Basílica, pese a la expresa prohibición por el covid, pero también debemos admitir la tranquilidad de alma y la fe que hacen más soportable la mala vida que también tienen muchos mexicanos, sin ella, quizá habría un mayor descontento que redundaría en más expresiones de odio y de violencia.

También no podemos negar que esta deidad ha sido usada, como muchas otras, para compensar actos perversos o ilícitos, para muestra tenemos el uso que dio Vicente Fox de un estandarte guadalupano; o de los grandes rezos y aportes económicos que hacen los sicarios a la Iglesia, recordando que ese dinero proviene de acciones que dañan totalmente a los ciudadanos, lo cual es contradictorio por la doctrina de amor al prójimo, pero podría resultar coherente debido a que la Iglesia Católica ha sido la institución más perversa y asesina de la historia.

Al final no puedo decir si el país estaría mejor o peor porque vivimos en muchos Méxicos y existen intereses muy dispersos, pero creo que, en términos generales, habría más división y descontento, sin que esto signifique que el protestantismo o ateísmo resultaran motivantes para crear una sociedad más pensante, pero en el contexto actual creo que la existencia de la Virgen de Guadalupe resulta positiva para el país, aunque claramente sea un invento de hombres que no perseguían la salvación de las almas, sino el control político y económico. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.

Hoy es el día más religioso en nuestro país, en el que se suspenden actividades de forma extra oficial y que en este año verá sus festejos limitados. Hay muchos temas en torno a la señora del Tepeyac, algunos negándola y otros adorándola, pero hoy haré un análisis acerca de lo que hubiera pasado si la Guadalupana no se hubiera aparecido o no la hubieran inventado.

Hay que recordar el contexto del año de 1531, la Nueva España apenas estaba surgiendo como una nación y aún quedaban muchas comunidades indígenas que continuaban con sus usos y costumbres, como el día de hoy, pero profesando una fe a los dioses prehispánicos.

En Europa, Martín Lutero y la Reforma habían hecho que media Europa dejara el catolicismo para irse al protestantismo, con lo cual El Vaticano perdía, no solo rezos, sino dinero para sostener su gran estructura y sus lujos.

Fue entonces que se decidió pintar la imagen que emulara a una diosa precolombina y combinarla con el rito católico, es por eso que la Tonantzin se convirtió en Guadalupe, situación que fue sumamente planeada por la Iglesia mexicana, el virrey y quizá hasta por el Papa, con el fin de compensar a la feligresía perdida en el Viejo Continente.

Indudablemente el manto que esta en la Basílica actual es una creación humana, eso ha sido reconocido por especialistas y hasta por un ex abad de ese templo, pero eso no demerita la santidad, religiosidad y fe que millones de mexicanos tienen, elementos que pueden resultar positivos en la vida de esas personas.

La Guadalupana fue un elemento de dominación de conciencias, pero también redujo las brechas entre criollos, peninsulares y mestizos, aunque los españoles como tal siguieron profesando su fe a otras deidades europeas.

Es muy posible que, sin el relato de Juan Diego, el país estaría más dividido de lo que está y quizá hubiéramos tenido más guerras civiles, con lo cual la Nueva España no se hubiera consolidado como una potencia mundial, lo cual dio origen a una estructura institucional que inspiró a nuestro país a ser el referente para Latinoamérica. Sin nuestra deidad nacional, quizá el país entero se parecería más a Oaxaca, en donde la diversidad cultural y política ha limitado el progreso y una unión que siempre resulta necesaria para formar un estado fuerte.

Recordemos que el estandarte de la guerra de Independencia fue el de la señora de Guadalupe, de ahí viene la expresión “qué poca virgen”, la cual se transformó en “qué poca madre”, que es usada actualmente para diversas situaciones.

Durante el violento siglo XIX, en el cual los diversos bandos que se enfrentaron en múltiples batallas, la señora del Tepeyac fue usada como una especie de blindaje e inspiración, aludiendo a que las balas no tendrían efecto por llevar una estampita, lo cual puede sonar ridículo, pero todavía hoy vemos expresiones semejantes.

La batalla del 5 de mayo es un ejemplo claro, en la que los propios liberales usaron la virgen morena de la deidad para fines de combate.

Resulta curioso que, pese a las profundas divisiones que existían y existen, la virgen fue venerada por todos los bandos, creándose así el máximo símbolo de la identidad nacional, aun cuando parezca que esta no existe.

Es entonces que no podemos negar el uso político de la Guadalupana, además de la obvia enajenación que produce episodios tan lamentables como la de los peregrinos que han intentado ir a la Basílica, pese a la expresa prohibición por el covid, pero también debemos admitir la tranquilidad de alma y la fe que hacen más soportable la mala vida que también tienen muchos mexicanos, sin ella, quizá habría un mayor descontento que redundaría en más expresiones de odio y de violencia.

También no podemos negar que esta deidad ha sido usada, como muchas otras, para compensar actos perversos o ilícitos, para muestra tenemos el uso que dio Vicente Fox de un estandarte guadalupano; o de los grandes rezos y aportes económicos que hacen los sicarios a la Iglesia, recordando que ese dinero proviene de acciones que dañan totalmente a los ciudadanos, lo cual es contradictorio por la doctrina de amor al prójimo, pero podría resultar coherente debido a que la Iglesia Católica ha sido la institución más perversa y asesina de la historia.

Al final no puedo decir si el país estaría mejor o peor porque vivimos en muchos Méxicos y existen intereses muy dispersos, pero creo que, en términos generales, habría más división y descontento, sin que esto signifique que el protestantismo o ateísmo resultaran motivantes para crear una sociedad más pensante, pero en el contexto actual creo que la existencia de la Virgen de Guadalupe resulta positiva para el país, aunque claramente sea un invento de hombres que no perseguían la salvación de las almas, sino el control político y económico. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.