/ sábado 14 de septiembre de 2019

¿Quién podría ser un verdadero patriota?


Mañana celebraremos el tradicional Grito de Independencia, pero más allá de la fiesta y las versiones oficiales de la historia, hay que preguntarnos quién podría ocupar un lugar que pueda ser admirable para todos, aunque quizá deberíamos empezar dudando acerca de si el cuestionamiento inicial está bien planteado, porque no sabemos a qué México nos referimos.


No es mi intención mencionar hechos que puedan dejar sin motivo las fiestas de estos días, también asumo que todas las historias de todos los países tienen una dosis de mito y de oficialismo, pero considero que en nuestro país tenemos una versión muy distorsionada y sumamente maniquea, es decir, de unos muy buenos y otros muy malos.

Partamos de que la historia la escriben los vencedores y de que constantemente se puede cambiar, también puedo mencionar que esta no es una como tal, sino un conjunto de pequeños relatos que conforman algo integral. También podemos mencionar la opinión de Walter Benjamin, quien sostiene que la historia no persigue un fin, no es un discurso de construcción, sino algo contrario, de deconstrucción. Esto quiere decir que todos los acontecimientos no persiguen un objetivo, sino que son una serie de hechos que no siguen un orden ni una lógica.

Pues recalquemos que la historia patria está llena de traiciones, luchas e intrigas entre distintos sujetos que perseguían fines propios, sin tener una idea de cohesión ni unidad nacional. Por citar un ejemplo, podemos mencionar a los conservadores y los liberales, quienes con los tratados Mon-Almonte y McLane-Ocampo, respectivamente, comprometieron la soberanía nacional con Europa y Estados Unidos.

También hay que señalar que no existe una identidad ni unidad nacional consolidadas, muchos engrandecen a las culturas prehispánicas, manifiestan rencor a los españoles, pero son muy guadalupanos y anhelan tener la piel blanca.

Decía Carlos Monsiváis que nuestro país es un as de fuerzas políticas y sociales unidas de mala manera, es por eso que antes de preguntarnos quién merece ser un héroe, necesitaríamos definir respecto a qué sector o grupo del país nos estamos refiriendo.

Mencionemos unos casos: Hidalgo gritó “viva Fernando Séptimo, muera el mal gobierno”, pero jamás tuvo la intención de crear un nuevo país, pero sí permitió un genocidio terrible en la Alhóndiga de Granaditas, situación criticable aun en esos días.

Nuestro alabadísimo Ignacio Zaragoza, en 1862, escribió varios telegramas mostrando su descontento para con la ciudad de Puebla, inclusive sugirió quemar la Angelópolis, porque sus habitantes estaban mayormente a favor del lado francés.

En México hay algo peculiar: se le hacen monumentos a los muertos y a quien los mandó a matar, como es el caso de Emiliano Zapata y Venustiano Carranza, el primero asesinado por orden del segundo y los dos son héroes de la Revolución.

Personalmente creo que el único que tuvo un proyecto de nación cierto y determinado fue Porfirio Díaz, pacificando al país, impulsando la economía y buscando crear una identidad y un prestigio nacional, obvio con una ausencia de democracia, pero pues ya hemos visto que esta no ha solucionado los problemas de nuestro país. Lamentablemente el reconocimiento al oaxaqueño ha sido negado por el mito de la Revolución Mexicana, impulsado durante décadas por el otrora todo poderoso Partido Revolucionario Institucional para legitimar su existencia y una permanencia en el poder que fue única en el mundo durante el S. XX

En fin, hay que gozar de estas fiestas, al menos para olvidar por unas horas la lamentable situación que vive nuestro país. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.


Mañana celebraremos el tradicional Grito de Independencia, pero más allá de la fiesta y las versiones oficiales de la historia, hay que preguntarnos quién podría ocupar un lugar que pueda ser admirable para todos, aunque quizá deberíamos empezar dudando acerca de si el cuestionamiento inicial está bien planteado, porque no sabemos a qué México nos referimos.


No es mi intención mencionar hechos que puedan dejar sin motivo las fiestas de estos días, también asumo que todas las historias de todos los países tienen una dosis de mito y de oficialismo, pero considero que en nuestro país tenemos una versión muy distorsionada y sumamente maniquea, es decir, de unos muy buenos y otros muy malos.

Partamos de que la historia la escriben los vencedores y de que constantemente se puede cambiar, también puedo mencionar que esta no es una como tal, sino un conjunto de pequeños relatos que conforman algo integral. También podemos mencionar la opinión de Walter Benjamin, quien sostiene que la historia no persigue un fin, no es un discurso de construcción, sino algo contrario, de deconstrucción. Esto quiere decir que todos los acontecimientos no persiguen un objetivo, sino que son una serie de hechos que no siguen un orden ni una lógica.

Pues recalquemos que la historia patria está llena de traiciones, luchas e intrigas entre distintos sujetos que perseguían fines propios, sin tener una idea de cohesión ni unidad nacional. Por citar un ejemplo, podemos mencionar a los conservadores y los liberales, quienes con los tratados Mon-Almonte y McLane-Ocampo, respectivamente, comprometieron la soberanía nacional con Europa y Estados Unidos.

También hay que señalar que no existe una identidad ni unidad nacional consolidadas, muchos engrandecen a las culturas prehispánicas, manifiestan rencor a los españoles, pero son muy guadalupanos y anhelan tener la piel blanca.

Decía Carlos Monsiváis que nuestro país es un as de fuerzas políticas y sociales unidas de mala manera, es por eso que antes de preguntarnos quién merece ser un héroe, necesitaríamos definir respecto a qué sector o grupo del país nos estamos refiriendo.

Mencionemos unos casos: Hidalgo gritó “viva Fernando Séptimo, muera el mal gobierno”, pero jamás tuvo la intención de crear un nuevo país, pero sí permitió un genocidio terrible en la Alhóndiga de Granaditas, situación criticable aun en esos días.

Nuestro alabadísimo Ignacio Zaragoza, en 1862, escribió varios telegramas mostrando su descontento para con la ciudad de Puebla, inclusive sugirió quemar la Angelópolis, porque sus habitantes estaban mayormente a favor del lado francés.

En México hay algo peculiar: se le hacen monumentos a los muertos y a quien los mandó a matar, como es el caso de Emiliano Zapata y Venustiano Carranza, el primero asesinado por orden del segundo y los dos son héroes de la Revolución.

Personalmente creo que el único que tuvo un proyecto de nación cierto y determinado fue Porfirio Díaz, pacificando al país, impulsando la economía y buscando crear una identidad y un prestigio nacional, obvio con una ausencia de democracia, pero pues ya hemos visto que esta no ha solucionado los problemas de nuestro país. Lamentablemente el reconocimiento al oaxaqueño ha sido negado por el mito de la Revolución Mexicana, impulsado durante décadas por el otrora todo poderoso Partido Revolucionario Institucional para legitimar su existencia y una permanencia en el poder que fue única en el mundo durante el S. XX

En fin, hay que gozar de estas fiestas, al menos para olvidar por unas horas la lamentable situación que vive nuestro país. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.