/ sábado 15 de mayo de 2021

¿Quién verdaderamente es una persona educada?

En este día dedicado al maestro, dentro del entorno político y de discordia que vive el país, bien vale la pena pensar en la interrogante planteada, a fin de conocer más a fondo qué tipo de ciudadanos y políticos necesita el país, teniendo en cuenta los grados académicos y la calidad de estos, en el entendido que no son una meta como tal, sino un medio para ser un mejor hombre.

Indudablemente la educación es un elemento fundamental para el desarrollo de los estados y las civilizaciones, eso es una verdad indubitable que se ha repetido hasta el cansancio, situación que me hace recomendar, a todos los políticos que hablan de ello, que no mencionen esto como si fuera un gran descubrimiento, menos aun pensar que instalando unas computadoras con internet se logrará una auténtica labor educativa.

Cuando hablamos de este tema, debemos recordar el propósito que tiene recibir algún tipo de instrucción, no solo para conocer, sino para saber qué se puede hacer con el conocimiento. Además de esto hay que señalar las modalidades y calidad de la educación, las cuales son totalmente variables.

Esta pandemia nos ha enseñado que la educación presencial es mejor que a distancia, al menos en los niveles básico y medio, ya que la escuela sirve además como un elemento formativo y de convivencia. Desgraciadamente el covid-19 nos ha relegado a esta modalidad, pero debe quedar claro que no es lo más óptimo.

A nivel universitario y posgrado podría haber algún aspecto positivo en la educación a distancia, sin embargo, debe haber una voluntad y atención por parte de los estudiantes, elementos que no siempre están presentes, esto además de que los trabajos de investigación, como ensayos y tesis resultan también fundamentales, claro, todo esto es parte de la calidad y prestigio de una institución, ya que encontramos divergencias totales en cuanto a lo que se enseña en una buena universidad respecto a las denominadas “patito”.

Por ejemplo, me atrevo a decir que hay una diferencia de diez a uno, quizá hasta más, de un doctor titulado por tesis, habiendo cursado un posgrado, considerado de calidad por el Conacyt, respecto a quien estudia a distancia, en alguna institución de calidad modesta. Es por eso que hay que cuando alguien se ostente como maestro o doctor, habría que preguntarle dónde estudio, especialmente a quienes exigen que se les llame de ese modo y ponen su grado académico antes del nombre en sus redes sociales.

Ahora bien, en el entendido de que alguien haya aprobado sus estudios de buena manera, lo importante es que esa persona tenga una actitud crítica y con perspectiva respecto a lo que pasa a su alrededor, en el entendido de que la educación debe servir al individuo y al bienestar social. Por ejemplo, de muy poco sirvió que el fallecido Moreno Valle o Emilio Lozoya hayan asistido a Harvard (quizá la mejor universidad del mundo) si el primero fue un tirano intolerante y el segundo haya sido acusado de cargos muy serios.

Una persona educada también podría ser aquella que tenga presente los valores que conforman la civilidad y la convivencia, es decir, alguien que tenga un buen trato a sus semejantes y despliegue una actitud de respeto para todos, lejos de radicalismos y descalificaciones, como vemos hoy en muchas personas que no tienen la capacidad de aceptar criterios distintos.

También la educación sirve para liberarnos de miedos y complejos, elementos que están presentes en millones de mexicanos y que son fortalecidos diariamente, tanto en los medios de comunicación masiva como en el proselitismo político. Alguien verdaderamente educado no usa las redes sociales como buzón de quejas, o sigue pensando en atavismos absurdos, como aquel que condena a los españoles por la conquista.

Una persona educada también es aquella que dialoga y conversa diversos temas, con fundamentos y no solo con apreciaciones subjetivas que surgen de creencias que llegan a ser muy primitivas, un ejemplo claro lo tenemos en quienes asumen que los animales son seres cuasi divinos o ejemplo de valores éticos, cuando estos son exclusivamente humanos, además de que se lanzan con una actitud vesánica contra lo que ellos consideran que está en contra de sus creencias, que más bien son fanatismos. Es por ello que el movimiento antitaurino ha tenido auge, debido a que hay muchas personas que son ignorantes del tema y actúan con una doble moral porque consumen productos de origen animal.

También hay que decir que alguien que no haya tenido una formación académica puede ser un sujeto educado. Tenemos el caso de gente muy sabia que nunca fue a la universidad, pero esto es diferente a querer comparar indistintamente las enseñanzas familiares o populares con las de los grandes pensadores e intelectuales.

Al final, una persona educada debe ser feliz y ayudar a que los demás sean felices, en un plano de tolerancia, fundamentos y civilidad que hacen tanta falta en nuestro país. Desgraciadamente nuestras campañas van dirigidas a las personas que sienten odio y resentimiento y no a las educadas, es por eso que la democracia nunca podrá consolidarse en nuestro país, mientras haya personas no instruidas; con estudios impartidos en instituciones de baja calidad; o que, aun con buenos grados académicos, no tienen la empatía, capacidad reflexiva, ni la vocación humanista para buscar construir una mejor sociedad y un mejor país.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y twitter @vicente_aven

En este día dedicado al maestro, dentro del entorno político y de discordia que vive el país, bien vale la pena pensar en la interrogante planteada, a fin de conocer más a fondo qué tipo de ciudadanos y políticos necesita el país, teniendo en cuenta los grados académicos y la calidad de estos, en el entendido que no son una meta como tal, sino un medio para ser un mejor hombre.

Indudablemente la educación es un elemento fundamental para el desarrollo de los estados y las civilizaciones, eso es una verdad indubitable que se ha repetido hasta el cansancio, situación que me hace recomendar, a todos los políticos que hablan de ello, que no mencionen esto como si fuera un gran descubrimiento, menos aun pensar que instalando unas computadoras con internet se logrará una auténtica labor educativa.

Cuando hablamos de este tema, debemos recordar el propósito que tiene recibir algún tipo de instrucción, no solo para conocer, sino para saber qué se puede hacer con el conocimiento. Además de esto hay que señalar las modalidades y calidad de la educación, las cuales son totalmente variables.

Esta pandemia nos ha enseñado que la educación presencial es mejor que a distancia, al menos en los niveles básico y medio, ya que la escuela sirve además como un elemento formativo y de convivencia. Desgraciadamente el covid-19 nos ha relegado a esta modalidad, pero debe quedar claro que no es lo más óptimo.

A nivel universitario y posgrado podría haber algún aspecto positivo en la educación a distancia, sin embargo, debe haber una voluntad y atención por parte de los estudiantes, elementos que no siempre están presentes, esto además de que los trabajos de investigación, como ensayos y tesis resultan también fundamentales, claro, todo esto es parte de la calidad y prestigio de una institución, ya que encontramos divergencias totales en cuanto a lo que se enseña en una buena universidad respecto a las denominadas “patito”.

Por ejemplo, me atrevo a decir que hay una diferencia de diez a uno, quizá hasta más, de un doctor titulado por tesis, habiendo cursado un posgrado, considerado de calidad por el Conacyt, respecto a quien estudia a distancia, en alguna institución de calidad modesta. Es por eso que hay que cuando alguien se ostente como maestro o doctor, habría que preguntarle dónde estudio, especialmente a quienes exigen que se les llame de ese modo y ponen su grado académico antes del nombre en sus redes sociales.

Ahora bien, en el entendido de que alguien haya aprobado sus estudios de buena manera, lo importante es que esa persona tenga una actitud crítica y con perspectiva respecto a lo que pasa a su alrededor, en el entendido de que la educación debe servir al individuo y al bienestar social. Por ejemplo, de muy poco sirvió que el fallecido Moreno Valle o Emilio Lozoya hayan asistido a Harvard (quizá la mejor universidad del mundo) si el primero fue un tirano intolerante y el segundo haya sido acusado de cargos muy serios.

Una persona educada también podría ser aquella que tenga presente los valores que conforman la civilidad y la convivencia, es decir, alguien que tenga un buen trato a sus semejantes y despliegue una actitud de respeto para todos, lejos de radicalismos y descalificaciones, como vemos hoy en muchas personas que no tienen la capacidad de aceptar criterios distintos.

También la educación sirve para liberarnos de miedos y complejos, elementos que están presentes en millones de mexicanos y que son fortalecidos diariamente, tanto en los medios de comunicación masiva como en el proselitismo político. Alguien verdaderamente educado no usa las redes sociales como buzón de quejas, o sigue pensando en atavismos absurdos, como aquel que condena a los españoles por la conquista.

Una persona educada también es aquella que dialoga y conversa diversos temas, con fundamentos y no solo con apreciaciones subjetivas que surgen de creencias que llegan a ser muy primitivas, un ejemplo claro lo tenemos en quienes asumen que los animales son seres cuasi divinos o ejemplo de valores éticos, cuando estos son exclusivamente humanos, además de que se lanzan con una actitud vesánica contra lo que ellos consideran que está en contra de sus creencias, que más bien son fanatismos. Es por ello que el movimiento antitaurino ha tenido auge, debido a que hay muchas personas que son ignorantes del tema y actúan con una doble moral porque consumen productos de origen animal.

También hay que decir que alguien que no haya tenido una formación académica puede ser un sujeto educado. Tenemos el caso de gente muy sabia que nunca fue a la universidad, pero esto es diferente a querer comparar indistintamente las enseñanzas familiares o populares con las de los grandes pensadores e intelectuales.

Al final, una persona educada debe ser feliz y ayudar a que los demás sean felices, en un plano de tolerancia, fundamentos y civilidad que hacen tanta falta en nuestro país. Desgraciadamente nuestras campañas van dirigidas a las personas que sienten odio y resentimiento y no a las educadas, es por eso que la democracia nunca podrá consolidarse en nuestro país, mientras haya personas no instruidas; con estudios impartidos en instituciones de baja calidad; o que, aun con buenos grados académicos, no tienen la empatía, capacidad reflexiva, ni la vocación humanista para buscar construir una mejor sociedad y un mejor país.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y twitter @vicente_aven