/ sábado 6 de junio de 2020

¿Quiénes sufrirán más las consecuencias post-confinamiento?

Aún no salimos del semáforo rojo de la pandemia y ya son visibles los efectos negativos en la economía y otros aspectos de la sociedad. No todos tienen la fortaleza física y emocional para afrontar este mal y eso nos puede llevar a cuestionar las diversas políticas y actitudes con las que hemos vivido los últimos años.

Empezaré señalando lo que sucedía hace 76 años en Europa, durante la Segunda Guerra Mundial, decenas de miles de hombres se enfrentaron en la batalla que daba prácticamente el triunfo a los Aliados.

Muchos de los soldados comandados por Eisenhower apenas tenían 20 años y sabían que el asalto anfibio era sumamente peligroso; así como también hubo alemanes valientes que combatieron por lo que creyeron correcto.

Es obvio que caería en un anacronismo si quisiera hacer un comparativo entre los jóvenes de ese entonces y los de hoy, cada tiempo tiene sus propias circunstancias y la gente se adapta a ellas como puede, sin embargo, sí podemos hacer notar algunas diferencias y buscar la manera de aprender algo positivo de otra época.

Actualmente tenemos a la llamada “generación de cristal”, ubicada en quienes apenas cumplen 18 años y se caracterizan, en una buena parte, no todos, por tener contacto nato con internet y dispositivos electrónicos, poco hábito de la lectura, una intolerancia hacia la frustración y falta de capacidad para afrontar los problemas. De igual modo hay personas un poco más mayores que también manifiestan esas actitudes, el resultado es que tenemos individuos que se “rompen” fácil y se ofenden casi de todo.

A diferencia de hace casi 80 años, había ideales más profundos, como la defensa de la patria o del mundo libre, además de que se tenía que ser fuerte -en todos los sentidos- para sobrevivir a un hecho que convulsionó al mundo.

Aun después de encontrarse una cura y/o vacuna para el covid-19, habrá terribles consecuencias, así como pasó cuando terminó oficialmente la guerra mencionada, en los ámbitos económico, delictivo, emocional y otros tantos que pueden afectar profundamente a algunas personas.

No es un secreto ni digo una mentira cuando señalamos que mucha gente es carente de inteligencia emocional y valentía.

El primer gran problema será el referente al ingreso, todos comemos a diario y es absolutamente necesario tener un empleo, el cual será todavía más escaso, además de esto habrá mayor inseguridad y se respirará un aire de mayor rencor, solo hay que ver las protestas en Guadalajara, en donde mucha gente sale no porque les haya importado el albañil muerto a golpes por la policía, sino porque quieren desahogar los tantos problemas que tienen.

En ese contexto, serán muy difíciles los años venideros, situación que surge parcialmente de la tendencia de hacer creer a algunos niños y adolescentes que son merecedores de todo y de que es inadmisible señalar algunos defectos o reprender algunas acciones. Pienso ahora en los infantes que tienen que ir al psicólogo porque les causa demasiada tensión la más simple dificultad, cuando en realidad lo que necesitan es afrontar el problema de frente. También podríamos que cuestionar a quien toma exageradamente la bandera de la no discriminación y se siente ofendido por la cosa más banal e intrascendente.

Hay que dejar atrás la falsas versiones que da internet que da la existencia humana y no tomar como prioridad cosas que se han vuelto una simulación, como algunos de los movimientos animalistas.

Vienen tiempos difíciles y será todavía más para quien no tenga la fuerza para encarar y superar los golpes que da la vida. Sortear las calamidades no es tarea de un gobernante ni de un dios, los mexicanos hemos visto la ineficacia de estas dos figuras por décadas, así que es hora asumir nuestra propia responsabilidad y saber que la única persona que puede solucionar los problemas es uno mismo. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.

Aún no salimos del semáforo rojo de la pandemia y ya son visibles los efectos negativos en la economía y otros aspectos de la sociedad. No todos tienen la fortaleza física y emocional para afrontar este mal y eso nos puede llevar a cuestionar las diversas políticas y actitudes con las que hemos vivido los últimos años.

Empezaré señalando lo que sucedía hace 76 años en Europa, durante la Segunda Guerra Mundial, decenas de miles de hombres se enfrentaron en la batalla que daba prácticamente el triunfo a los Aliados.

Muchos de los soldados comandados por Eisenhower apenas tenían 20 años y sabían que el asalto anfibio era sumamente peligroso; así como también hubo alemanes valientes que combatieron por lo que creyeron correcto.

Es obvio que caería en un anacronismo si quisiera hacer un comparativo entre los jóvenes de ese entonces y los de hoy, cada tiempo tiene sus propias circunstancias y la gente se adapta a ellas como puede, sin embargo, sí podemos hacer notar algunas diferencias y buscar la manera de aprender algo positivo de otra época.

Actualmente tenemos a la llamada “generación de cristal”, ubicada en quienes apenas cumplen 18 años y se caracterizan, en una buena parte, no todos, por tener contacto nato con internet y dispositivos electrónicos, poco hábito de la lectura, una intolerancia hacia la frustración y falta de capacidad para afrontar los problemas. De igual modo hay personas un poco más mayores que también manifiestan esas actitudes, el resultado es que tenemos individuos que se “rompen” fácil y se ofenden casi de todo.

A diferencia de hace casi 80 años, había ideales más profundos, como la defensa de la patria o del mundo libre, además de que se tenía que ser fuerte -en todos los sentidos- para sobrevivir a un hecho que convulsionó al mundo.

Aun después de encontrarse una cura y/o vacuna para el covid-19, habrá terribles consecuencias, así como pasó cuando terminó oficialmente la guerra mencionada, en los ámbitos económico, delictivo, emocional y otros tantos que pueden afectar profundamente a algunas personas.

No es un secreto ni digo una mentira cuando señalamos que mucha gente es carente de inteligencia emocional y valentía.

El primer gran problema será el referente al ingreso, todos comemos a diario y es absolutamente necesario tener un empleo, el cual será todavía más escaso, además de esto habrá mayor inseguridad y se respirará un aire de mayor rencor, solo hay que ver las protestas en Guadalajara, en donde mucha gente sale no porque les haya importado el albañil muerto a golpes por la policía, sino porque quieren desahogar los tantos problemas que tienen.

En ese contexto, serán muy difíciles los años venideros, situación que surge parcialmente de la tendencia de hacer creer a algunos niños y adolescentes que son merecedores de todo y de que es inadmisible señalar algunos defectos o reprender algunas acciones. Pienso ahora en los infantes que tienen que ir al psicólogo porque les causa demasiada tensión la más simple dificultad, cuando en realidad lo que necesitan es afrontar el problema de frente. También podríamos que cuestionar a quien toma exageradamente la bandera de la no discriminación y se siente ofendido por la cosa más banal e intrascendente.

Hay que dejar atrás la falsas versiones que da internet que da la existencia humana y no tomar como prioridad cosas que se han vuelto una simulación, como algunos de los movimientos animalistas.

Vienen tiempos difíciles y será todavía más para quien no tenga la fuerza para encarar y superar los golpes que da la vida. Sortear las calamidades no es tarea de un gobernante ni de un dios, los mexicanos hemos visto la ineficacia de estas dos figuras por décadas, así que es hora asumir nuestra propia responsabilidad y saber que la única persona que puede solucionar los problemas es uno mismo. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.