/ viernes 31 de mayo de 2019

¿Quiénes trascenderán al nuevo gobierno?

Una vez que concluya el proceso electoral y se conozca de manera formal la identidad del próximo gobernador del estado, que entrará en funciones el primer día de agosto, la siguiente fase de agitación política tendrá que ver con las expectativas y los jaloneos entre pares por la conformación del nuevo gabinete.

¿Quiénes, de los que están hoy con el mandatario Guillermo Pacheco Pulido, trascenderán en la misma cartera al equipo de trabajo de la siguiente administración estatal? Y si no en idéntica responsabilidad, ¿quiénes de ellos obtendrán un encargo, el que sea, con el nuevo gobernador?

Esa es una pregunta que suele hacerse en las etapas de transición entre un gobierno que se va y uno que llega, principalmente cuando el relevo de mandos se da entre personajes afines al mismo partido o grupo político.

El cuestionamiento, sin embargo, tiene una especial relevancia en el contexto actual.

La presumible confirmación de los resultados electorales en favor de Luis Miguel Barbosa Huerta, candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, llevará a los principales actores del gobierno interino a plantearse escenarios y aspiraciones personales para el futuro inmediato.

Fernando Manzanilla Prieto, en la Secretaría General de Gobierno, y Charbel Jorge Estefan Chidiac, en la Secretaría de Finanzas y Administración, son los casos más significativos.

Su integración al grupo de colaboradores de Pacheco Pulido generó especulaciones que los ubicaron como piezas importantes para una eventual entrega de estafeta al barbosismo.

Pero Manzanilla y Estefan, dos de los funcionarios más relevantes en la actual administración y los más visibles en este juego de trascendencia gubernamental, no son los únicos.

Ahí están, por ejemplo, más discretos, Antonio Peniche García, de Infraestructura, Movilidad y Transporte; Karen Berlanga Valdés, de la Contraloría, y Alejandro Cañedo Priesca, de Cultura y Turismo, entre otros.

Hacia abajo en el organigrama hay más.

Subsecretarios, directores generales y coordinadores de área tendrán la esperanza, depositada en sus cartas credenciales, de recibir la bendición y el visto bueno que les permita continuar en el servicio público estatal, en el puesto que sea, pese al arranque de una nueva gestión.

En campaña, Barbosa Huerta dio dos mensajes que ayudan a prever lo que sucederá con los nombramientos más relevantes en su eventual gobierno.

Se comprometió a conformar un gabinete paritario, con igual número de secretarías tanto para hombres como para mujeres.

Adelantó que todos los integrantes de ese equipo serían poblanos, con excepción del titular de la Secretaría de Seguridad Pública.

En otros momentos, el abanderado de Morena afirmó que en la Secretaría de Educación Pública pondría a un maestro normalista y “opinó” que en instituciones presuntamente autónomas como el Tribunal Superior de Justicia y la Fiscalía General del Estado debería haber titulares poblanos.

El comentario acerca de la SEP descarta en automático a Miguel Robles Bárcena, actual secretario, que es egresado de la facultad de Medicina de la UNAM, y el de la Fiscalía borra por anticipado a Gilberto Higuera Bernal, que ha tenido un desempeño muy superior al de Víctor Carrancá Bourget, pero que nació en Sinaloa.

En Seguridad Pública tampoco hay buenas expectativas para el secretario Manuel Alonso García, que sí es poblano.

El término de la contienda electoral traerá certeza a los habitantes del estado sobre la identidad del próximo gobernador de (casi) un sexenio completo.

Después de tres competencias consecutivas por la gubernatura, la de 2016 para elegir ‘mini’ gobernador, la de 2018 que derivó en un dramático desenlace y la extraordinaria de 2019, los poblanos podrán pasar por fin a otros temas, igual de relevantes para la entidad.

Quienes no tendrán esa certidumbre serán los integrantes de la administración estatal.

A partir de la noche de este domingo, con Barbosa declarado triunfador, si así sucede, todos, unos en mayor medida que otros, empezarán ese estresante ritual que obliga a expresar plegarias y cruzar los dedos para conseguir el objetivo deseado: repetir con el que llega.

@jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

Una vez que concluya el proceso electoral y se conozca de manera formal la identidad del próximo gobernador del estado, que entrará en funciones el primer día de agosto, la siguiente fase de agitación política tendrá que ver con las expectativas y los jaloneos entre pares por la conformación del nuevo gabinete.

¿Quiénes, de los que están hoy con el mandatario Guillermo Pacheco Pulido, trascenderán en la misma cartera al equipo de trabajo de la siguiente administración estatal? Y si no en idéntica responsabilidad, ¿quiénes de ellos obtendrán un encargo, el que sea, con el nuevo gobernador?

Esa es una pregunta que suele hacerse en las etapas de transición entre un gobierno que se va y uno que llega, principalmente cuando el relevo de mandos se da entre personajes afines al mismo partido o grupo político.

El cuestionamiento, sin embargo, tiene una especial relevancia en el contexto actual.

La presumible confirmación de los resultados electorales en favor de Luis Miguel Barbosa Huerta, candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, llevará a los principales actores del gobierno interino a plantearse escenarios y aspiraciones personales para el futuro inmediato.

Fernando Manzanilla Prieto, en la Secretaría General de Gobierno, y Charbel Jorge Estefan Chidiac, en la Secretaría de Finanzas y Administración, son los casos más significativos.

Su integración al grupo de colaboradores de Pacheco Pulido generó especulaciones que los ubicaron como piezas importantes para una eventual entrega de estafeta al barbosismo.

Pero Manzanilla y Estefan, dos de los funcionarios más relevantes en la actual administración y los más visibles en este juego de trascendencia gubernamental, no son los únicos.

Ahí están, por ejemplo, más discretos, Antonio Peniche García, de Infraestructura, Movilidad y Transporte; Karen Berlanga Valdés, de la Contraloría, y Alejandro Cañedo Priesca, de Cultura y Turismo, entre otros.

Hacia abajo en el organigrama hay más.

Subsecretarios, directores generales y coordinadores de área tendrán la esperanza, depositada en sus cartas credenciales, de recibir la bendición y el visto bueno que les permita continuar en el servicio público estatal, en el puesto que sea, pese al arranque de una nueva gestión.

En campaña, Barbosa Huerta dio dos mensajes que ayudan a prever lo que sucederá con los nombramientos más relevantes en su eventual gobierno.

Se comprometió a conformar un gabinete paritario, con igual número de secretarías tanto para hombres como para mujeres.

Adelantó que todos los integrantes de ese equipo serían poblanos, con excepción del titular de la Secretaría de Seguridad Pública.

En otros momentos, el abanderado de Morena afirmó que en la Secretaría de Educación Pública pondría a un maestro normalista y “opinó” que en instituciones presuntamente autónomas como el Tribunal Superior de Justicia y la Fiscalía General del Estado debería haber titulares poblanos.

El comentario acerca de la SEP descarta en automático a Miguel Robles Bárcena, actual secretario, que es egresado de la facultad de Medicina de la UNAM, y el de la Fiscalía borra por anticipado a Gilberto Higuera Bernal, que ha tenido un desempeño muy superior al de Víctor Carrancá Bourget, pero que nació en Sinaloa.

En Seguridad Pública tampoco hay buenas expectativas para el secretario Manuel Alonso García, que sí es poblano.

El término de la contienda electoral traerá certeza a los habitantes del estado sobre la identidad del próximo gobernador de (casi) un sexenio completo.

Después de tres competencias consecutivas por la gubernatura, la de 2016 para elegir ‘mini’ gobernador, la de 2018 que derivó en un dramático desenlace y la extraordinaria de 2019, los poblanos podrán pasar por fin a otros temas, igual de relevantes para la entidad.

Quienes no tendrán esa certidumbre serán los integrantes de la administración estatal.

A partir de la noche de este domingo, con Barbosa declarado triunfador, si así sucede, todos, unos en mayor medida que otros, empezarán ese estresante ritual que obliga a expresar plegarias y cruzar los dedos para conseguir el objetivo deseado: repetir con el que llega.

@jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx