/ sábado 17 de julio de 2021

Quitar el embargo a Cuba quizá no sea la solución

Hace años, muchos aseguraban que al dejar el PRI la Presidencia se acabarían los problemas nacionales; cuando cayó el régimen soviético, se creía que el mundo sería mucho mejor, pero evidentemente todos estos propósitos no se concretaron, es por eso que debemos ser muy cuidadosos en cuanto a creer que una modificación al régimen es la solución.

Aparte de los casos que hemos mencionado, podemos encontrar otros tantos, por ejemplo, los disturbios que están sucediendo en Sudáfrica, los cuales son producto de toda una serie de fracasos que vienen desde que Nelson Mandela asumió la presidencia. Se pensaba que, con la terminación del Apartheid y la llegada de un mandatario negro, esa nación tendría un futuro prometedor, sin embargo, ni “Madiba”, ni su partido, lograron los objetivos deseados, con lo que se comprueba una vez más que ser un buen activista significa ser buen gobernante.

Dentro de la problemática mundial vivimos una desesperación constante, la cual también parte de una ignorancia que hace creer en soluciones absurdas, casi infantiles, pero que satisfacen el ánimo de quienes ansían ver la luz al final del túnel, por ejemplo, la otra vez me llamó la atención un anuncio del PT en el que se proponía bajar el IVA al 10%, de verdad que eso es absurdo, una medida así no depende de una simple iniciativa legislativa, sino de todo un cálculo en el sistema de recaudación, eso es tan tonto como pensar que, poniendo una moneda en una maceta, saldrá un árbol de dinero, pero desgraciadamente así lo creen muchos y por eso tenemos una democracia tan pobre.

Tomando el tema central, yo creo que es un error pensar que Cuba será un país próspero cuando los Estados Unidos levanten el embargo; también acepto que con esta medida tampoco la isla ha encontrado el éxito como nación. Hay que dejar de asumir posturas radicales y entender que todo tiene claro-obscuros.

El régimen de Fidel indudablemente tuvo aciertos en materia educativa y de salud, pero evidentemente hay fracasos innegables, solo basta ver las calles de La Habana y otras ciudades para ver que se quedaron atrasadas en un tiempo pasado, Cuba dejó de ser contemporánea.

Hagamos un ejercicio de imaginación acerca de lo que sucedería si se quitara el embargo. En primer lugar, el régimen actual, encabezado por Díaz-Canel y antecedido por los Castro, hubiese dejado y dejaría de tener el pretexto perfecto para justificar la pobreza y malestar evidente de la población, es decir, ya no tendrían a quién echarle la culpa de las desgracias nacionales, lo cual es muy latinoamericano y por eso me parece absurdo que, después de medio milenio, se siga teniendo algún sentimiento de animadversión a los españoles.

Al abrirse el mercado, evidentemente las grandes empresas podrían entrar a invertir a Cuba y poner toda una serie de negociaciones, pero eso redundaría en beneficio de quienes tienen el capital y de los que permitan eso, es decir, la clase política de Cuba, los altos oficiales del ejército y del partido comunista, como ha sucedido en muchos otros lugares del mundo en donde el dinero sirvió para producir.

El obrero o campesino común quizá solo reciba el beneficio de ver en un aparador las grandes marcas, o comprarse una hamburguesa de McDonal’s de vez en cuando, pero no podrá convertirse en un obrero, con un índice de desarrollo humano aceptable, como sucede en Estados Unidos.

Esto nos regresa a Sudáfrica, en donde las calles principales tienen aparadores con las firmas más exclusivas y caras de ropa, accesorios, autos, etcétera, pero eso no redunda en la población en general, la cual vive en condiciones deplorables. Pienso ahora también en Acapulco, el lugar que fuera la mejor playa del mundo durante años y donde las calles principales existe una infraestructura aceptable, pero eso no se refleja en las colonias aledañas, las cuales tienen muchas carencias.

No dudo que las protestas actuales tengan su origen en alguna intención norteamericana, esto no es nada nuevo, la invasión de Bahía de Cochinos y la crisis de los misiles nucleares, además de las decenas de intentos de asesinato de Fidel, son prueba de ello.

Evidentemente las cosas no están bien en Cuba, pero hay que conocer bien la situación y no hacer juicios a la ligera. Lo malo es que millones de personas sufren carencias y quizá las sigan sufriendo sin importar el tipo de gobierno.

Las revoluciones y cambios de régimen en Latinoamérica solo han dado como resultado que los oligarcas cambien de nombre y la clase proletaria siga estando igual, así que no hay que confiarnos en ello para evitar estos círculos viciosos que nos han alejado del desarrollo occidental. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.

Hace años, muchos aseguraban que al dejar el PRI la Presidencia se acabarían los problemas nacionales; cuando cayó el régimen soviético, se creía que el mundo sería mucho mejor, pero evidentemente todos estos propósitos no se concretaron, es por eso que debemos ser muy cuidadosos en cuanto a creer que una modificación al régimen es la solución.

Aparte de los casos que hemos mencionado, podemos encontrar otros tantos, por ejemplo, los disturbios que están sucediendo en Sudáfrica, los cuales son producto de toda una serie de fracasos que vienen desde que Nelson Mandela asumió la presidencia. Se pensaba que, con la terminación del Apartheid y la llegada de un mandatario negro, esa nación tendría un futuro prometedor, sin embargo, ni “Madiba”, ni su partido, lograron los objetivos deseados, con lo que se comprueba una vez más que ser un buen activista significa ser buen gobernante.

Dentro de la problemática mundial vivimos una desesperación constante, la cual también parte de una ignorancia que hace creer en soluciones absurdas, casi infantiles, pero que satisfacen el ánimo de quienes ansían ver la luz al final del túnel, por ejemplo, la otra vez me llamó la atención un anuncio del PT en el que se proponía bajar el IVA al 10%, de verdad que eso es absurdo, una medida así no depende de una simple iniciativa legislativa, sino de todo un cálculo en el sistema de recaudación, eso es tan tonto como pensar que, poniendo una moneda en una maceta, saldrá un árbol de dinero, pero desgraciadamente así lo creen muchos y por eso tenemos una democracia tan pobre.

Tomando el tema central, yo creo que es un error pensar que Cuba será un país próspero cuando los Estados Unidos levanten el embargo; también acepto que con esta medida tampoco la isla ha encontrado el éxito como nación. Hay que dejar de asumir posturas radicales y entender que todo tiene claro-obscuros.

El régimen de Fidel indudablemente tuvo aciertos en materia educativa y de salud, pero evidentemente hay fracasos innegables, solo basta ver las calles de La Habana y otras ciudades para ver que se quedaron atrasadas en un tiempo pasado, Cuba dejó de ser contemporánea.

Hagamos un ejercicio de imaginación acerca de lo que sucedería si se quitara el embargo. En primer lugar, el régimen actual, encabezado por Díaz-Canel y antecedido por los Castro, hubiese dejado y dejaría de tener el pretexto perfecto para justificar la pobreza y malestar evidente de la población, es decir, ya no tendrían a quién echarle la culpa de las desgracias nacionales, lo cual es muy latinoamericano y por eso me parece absurdo que, después de medio milenio, se siga teniendo algún sentimiento de animadversión a los españoles.

Al abrirse el mercado, evidentemente las grandes empresas podrían entrar a invertir a Cuba y poner toda una serie de negociaciones, pero eso redundaría en beneficio de quienes tienen el capital y de los que permitan eso, es decir, la clase política de Cuba, los altos oficiales del ejército y del partido comunista, como ha sucedido en muchos otros lugares del mundo en donde el dinero sirvió para producir.

El obrero o campesino común quizá solo reciba el beneficio de ver en un aparador las grandes marcas, o comprarse una hamburguesa de McDonal’s de vez en cuando, pero no podrá convertirse en un obrero, con un índice de desarrollo humano aceptable, como sucede en Estados Unidos.

Esto nos regresa a Sudáfrica, en donde las calles principales tienen aparadores con las firmas más exclusivas y caras de ropa, accesorios, autos, etcétera, pero eso no redunda en la población en general, la cual vive en condiciones deplorables. Pienso ahora también en Acapulco, el lugar que fuera la mejor playa del mundo durante años y donde las calles principales existe una infraestructura aceptable, pero eso no se refleja en las colonias aledañas, las cuales tienen muchas carencias.

No dudo que las protestas actuales tengan su origen en alguna intención norteamericana, esto no es nada nuevo, la invasión de Bahía de Cochinos y la crisis de los misiles nucleares, además de las decenas de intentos de asesinato de Fidel, son prueba de ello.

Evidentemente las cosas no están bien en Cuba, pero hay que conocer bien la situación y no hacer juicios a la ligera. Lo malo es que millones de personas sufren carencias y quizá las sigan sufriendo sin importar el tipo de gobierno.

Las revoluciones y cambios de régimen en Latinoamérica solo han dado como resultado que los oligarcas cambien de nombre y la clase proletaria siga estando igual, así que no hay que confiarnos en ello para evitar estos círculos viciosos que nos han alejado del desarrollo occidental. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.