/ jueves 23 de abril de 2020

Realidades y limitaciones

Negar una realidad no significa desaparecerla, por lo tanto en esa lógica negar las limitaciones que tiene nuestro sistema educativo no solo en Puebla, sino en todo el país; no implica que esas barreras desaparezcan de un plumazo.

La aparición del coronavirus vino a ubicarnos en nuestro triste escenario de la vida real. Las “clases” en línea, por internet, por radio o por televisión exhibe la pobreza del sistema educativo que –sin duda- tiene su máxima expresión en las instituciones públicas. En menos de una semana ya vimos lo mucho que nos falta en el ramo educativo y ello no se limita solo a la infraestructura, a las autoridades o maestros, sino también alcanza a padres y alumnos.

Si bien muchas instituciones privadas hoy lucen sus plataformas tecnológicas que ya les permitía ir ganando terreno en la educación en línea, la pandemia del COVID-19 está mostrado las debilidades de esos mismos estrados digitales que jamás fueron pensados en escenarios de aislamiento para soportar horas y horas de clases, y cientos o miles de usuarios conectados en tiempo real en horarios pico. Es decir que se quedaron cortas.

Este momento de crisis debe ser un instante de oportunidad para la educación. Aceptar la realidad ayudará a resolver los problemas. Negar las limitaciones tecnológicas, de conexión a internet, de recursos humanos y demás deficiencias del improvisado sistema educativo a distancia y aislamiento, solo agudizará las dificultades y no tendrán solución.

Negar la brecha digital y todas las limitaciones detectadas y exhibidas hasta el momento, no ayuda. Que el secretario de Educación en Puebla, Melitón Lozano, diga que en el libro de texto está todo lo que los alumnos tienen que ver en el curso escolar, es como decir que no hacen falta los maestros, no se requieren ahora, total; todo está en los libros de texto. ¿No?

Este momento crítico para la educación debe obligar a prepararnos para nuevos terrenos inimaginables como el que hoy vivimos. Obvio que otras naciones tienen mejores sistemas educativos, pero pensemos en México y su realidad. Dejemos de hacerle al tío Lolo y dejemos de echarles la culpa a otros o al pasado, eso no va resolver nada; mejor pensemos en el futuro de las escuelas, de los maestros y de los estudiantes.

Hoy muchos docentes –los más veteranos- están enfrentando sus miedos al uso de la tecnología, están esforzándose para preparar sus clases a través de herramientas como whatsapp, correo electrónico, redes sociales y otras herramientas; pero ahí están luchando y aprendiendo ellos solos porque ni sus sindicatos estaban listos para apoyarlos; por lo tanto los gobiernos deben de seguir el ejemplo de las y los maestros que con determinación están dispuestos a superar este momento crítico.

La aparición del COVID-19 vino a ubicarnos en nuestras realidades en todo el mundo y en diferentes ámbitos sociales. El virus nos ha impactado en el terreno sanitario, económico, educativo, cultural, físico y psicológico; pero esta realidad pasará y cuando eso suceda ojalá haya un plan para mejorar la educación para un presente y futuro que ya vivimos.

Como es costumbre, tenemos abierto el changarro las 24 horas. Si quiere compartir chismes, ocurrencias y uno que otro tip, siempre son bienvenidos en Twitter @ferabrajan1 y en fabrajan@hotmail.com

Negar una realidad no significa desaparecerla, por lo tanto en esa lógica negar las limitaciones que tiene nuestro sistema educativo no solo en Puebla, sino en todo el país; no implica que esas barreras desaparezcan de un plumazo.

La aparición del coronavirus vino a ubicarnos en nuestro triste escenario de la vida real. Las “clases” en línea, por internet, por radio o por televisión exhibe la pobreza del sistema educativo que –sin duda- tiene su máxima expresión en las instituciones públicas. En menos de una semana ya vimos lo mucho que nos falta en el ramo educativo y ello no se limita solo a la infraestructura, a las autoridades o maestros, sino también alcanza a padres y alumnos.

Si bien muchas instituciones privadas hoy lucen sus plataformas tecnológicas que ya les permitía ir ganando terreno en la educación en línea, la pandemia del COVID-19 está mostrado las debilidades de esos mismos estrados digitales que jamás fueron pensados en escenarios de aislamiento para soportar horas y horas de clases, y cientos o miles de usuarios conectados en tiempo real en horarios pico. Es decir que se quedaron cortas.

Este momento de crisis debe ser un instante de oportunidad para la educación. Aceptar la realidad ayudará a resolver los problemas. Negar las limitaciones tecnológicas, de conexión a internet, de recursos humanos y demás deficiencias del improvisado sistema educativo a distancia y aislamiento, solo agudizará las dificultades y no tendrán solución.

Negar la brecha digital y todas las limitaciones detectadas y exhibidas hasta el momento, no ayuda. Que el secretario de Educación en Puebla, Melitón Lozano, diga que en el libro de texto está todo lo que los alumnos tienen que ver en el curso escolar, es como decir que no hacen falta los maestros, no se requieren ahora, total; todo está en los libros de texto. ¿No?

Este momento crítico para la educación debe obligar a prepararnos para nuevos terrenos inimaginables como el que hoy vivimos. Obvio que otras naciones tienen mejores sistemas educativos, pero pensemos en México y su realidad. Dejemos de hacerle al tío Lolo y dejemos de echarles la culpa a otros o al pasado, eso no va resolver nada; mejor pensemos en el futuro de las escuelas, de los maestros y de los estudiantes.

Hoy muchos docentes –los más veteranos- están enfrentando sus miedos al uso de la tecnología, están esforzándose para preparar sus clases a través de herramientas como whatsapp, correo electrónico, redes sociales y otras herramientas; pero ahí están luchando y aprendiendo ellos solos porque ni sus sindicatos estaban listos para apoyarlos; por lo tanto los gobiernos deben de seguir el ejemplo de las y los maestros que con determinación están dispuestos a superar este momento crítico.

La aparición del COVID-19 vino a ubicarnos en nuestras realidades en todo el mundo y en diferentes ámbitos sociales. El virus nos ha impactado en el terreno sanitario, económico, educativo, cultural, físico y psicológico; pero esta realidad pasará y cuando eso suceda ojalá haya un plan para mejorar la educación para un presente y futuro que ya vivimos.

Como es costumbre, tenemos abierto el changarro las 24 horas. Si quiere compartir chismes, ocurrencias y uno que otro tip, siempre son bienvenidos en Twitter @ferabrajan1 y en fabrajan@hotmail.com