Para Claudia Ruiz Massieu fue una novedad, pero para los priistas que tuvieron enfrente a su nueva presidenta nacional no resultó nada nuevo participar en la exposición de una larga lista de quejas y reclamaciones relacionadas con el mal desempeño de los liderazgos del partido tricolor, antes, durante y después del pasado proceso electoral.
La presidenta del Comité Ejecutivo Nacional vino a Puebla el sábado para sostener un encuentro con militantes, como parte de ese recorrido que realiza por la república mexicana con el complicadísimo propósito de sentar las bases para la refundación del PRI, que se encuentra en el peor momento de su historia.
De 2010 a la fecha las encerronas de representantes del CEN con militantes poblanos han tenido la misma particularidad: han sido foco de denuncias por la entrega del partido a los intereses del exgobernador Rafael Moreno Valle, con la complicidad triplicada de la dirigencia nacional, del casi expresidente Enrique Peña Nieto y de los liderazgos locales que encontraron en esa dependencia una buena manera de lucrar política y económicamente.
La reunión del sábado no fue la excepción.
Ruiz Massieu Salinas, sobrina de Carlos Salinas de Gortari, se encerró durante poco más de tres horas con 250 priistas en el denominado Salón Blanco del Comité Directivo Estatal.
Desde el presídium, donde estuvo acompañada por Enrique Doger Guerrero, Javier Casique Zárate y Arturo Zamora Jiménez, secretario general de la CNOP, escuchó decenas de críticas al CEN por haber entregado la plaza en pasados procesos electorales, incluido el de 2018, y a los grupos locales por disputarse las ruinas que quedan sin pensar en el beneficio colectivo.
Algunos de los más incisivos fueron Pablo Fernández del Campo, Guadalupe Pérez Pasos, Guillermo Deloya Cobián, Karina Romero Alcalá y Claudia Hernández Medina.
Ninguno mencionó nombres, pero los señalamientos por haber negociado los comicios para favorecer a la candidata del PAN, Martha Erika Alonso, parecían llevar como destinatario a Doger.
Ruiz Massieu negó que eso haya ocurrido y atribuyó los desastrosos resultados electorales a una mala selección de candidatos.
Así transcurrió la manifestación de quejas entre 11 de la mañana y 2 de la tarde.
Después de eso la dirigente nacional acudió a San Pedro Cholula, donde sostuvo un encuentro ¡de otras dos horas! con alumnos del Instituto de Formación Política Jesús Reyes Heroles, antes ICADEP.
La historia no fue diferente.
Los muchachos, en teoría futuros cuadros del PRI, le reprocharon el alejamiento del tricolor con las causas sociales y la falta de una auténtica inclusión de jóvenes en la vida partidista.
Puras y dolorosas verdades.
No obstante, también hubo momento para los agradecimientos.
En la plática del Salón Blanco varios candidatos se pusieron de pie para reconocer el trabajo de Jorge Estefan Chidiac, a quien le tocó presidir el partido en una parte de la contienda.
Los abanderados, algunos de ellos presidentes municipales electos, reconocieron el apoyo de su exdirigente para resolver los problemas que se presentaron sobre la marcha en el desarrollo de la elección.
Unas cuantas horas le sirvieron a Ruiz Massieu para llevarse una buena radiografía de los problemas que aquejan al priismo local.
Que los atienda y resuelva será motivo de una estatua erigida en su honor.
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Martha Erika Alonso y su equipo de colaboradores recibieron una bocanada de oxígeno revitalizador este domingo. Y no tuvo nada que ver con el resultado del recuento de votos de la contienda a la gubernatura que los magistrados optaron por mantener en secreto.
La Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le devolvió al PAN el triunfo en las presidencias municipales de Huimilpan y Querétaro, en el estado del mismo nombre, y de Coyoacán, en la ciudad de México, después de que las salas regionales de Monterrey y la capital del país revocaran las victorias de los blanquiazules en favor de los candidatos de la coalición Juntos Haremos Historia.
En el cuarto de guerra de la gobernadora electa vieron los fallos como una muestra de que los magistrados federales no siempre están del lado de Morena y el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
Por supuesto, eso les subió el optimismo.
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