/ miércoles 19 de febrero de 2020

¿Renovación o continuidad en la presidencia del TSJ?

Una inusual sesión de los 25 integrantes del pleno del Poder Judicial del Estado, celebrada el pasado jueves en el centro de la ciudad, levantó diversas teorías y especulaciones en torno al futuro de Héctor Sánchez Sánchez como presidente del Tribunal Superior de Justicia.

La reunión no fue inusual porque se hubiese llevado a cabo, sino porque se realizó en la antigua sede de ese Poder, ubicada en el número 9 de la calle 5 Oriente, deshabilitado por sugerencia de las autoridades de Protección Civil después de los sismos de septiembre de 2017.

El cónclave, sin embargo, llamó la atención de los trabajadores del Tribunal y de abogados externos, quienes estaban acostumbrados a ver la ratificación o el relevo del presidente en funciones en febrero de cada año.

Las apuestas del respetable se cruzaron.

Unos apostaron por la continuidad de Sánchez Sánchez y otros por su remoción.

La realidad es que nada de eso pasó.

En 2015, Rafael Moreno Valle reformó la Ley Orgánica del Poder Judicial para ampliar a cuatro años el periodo del presidente, que benefició directamente a Roberto Flores Toledano para dejarlo por un segundo periodo, de diciembre de 2016 a diciembre de 2020.

Ese periodo es el que ocupa hoy Héctor Sánchez.

Así que no se irá, al menos hasta finales del año que recién comenzó.

En el Tribunal aseguran que los 25 magistrados, cinco mujeres y 20 hombres, quisieron visitar de nueva cuenta el histórico inmueble de la 5, solo para desempolvarlo, admirarlo y recordar cómo es.

No hubo algún interés inconfesable.

Ahora que, si se insiste en adivinar el porvenir del presidente del Poder Judicial, hay que echar un vistazo a su entorno familiar.

Su esposa, Mónica Silva Ruiz, compitió por la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos del Estado y perdió, lo que fue interpretado como un revés para el magistrado por parte del gobernador Barbosa, quien, aunque lo nieguen, es el que quita y pone titulares en todos los organismos públicos del estado, incluidos el Poder Legislativo y el Judicial.

Sin embargo, unos meses después fue nombrada subsecretaria de Transversalidad y Perspectiva de Género de la Secretaría de Igualdad Sustantiva.

¿Eso qué significa?, cuestionará usted.

Pues que Héctor Sánchez no es, por lo menos, y eso ya es ganancia, incómodo para ya sabe usted quién.

***

¿Usted sabía que el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y el ex presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, se llevan muy bien?

No se avergüence, pues nadie, o prácticamente nadie, lo sabía.

El mandatario emanado del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que cada que puede, y puede mucho, descarga su artillería en contra del PAN, y el aspirante a edil, militante del partido blanquiazul, sorprendieron a los asistentes a la presentación del periódico ContraRéplica al fundirse en un caluroso saludo la noche del lunes.

En efecto, Barbosa y Rivera, en apariencia agua y aceite, se dieron un fuerte apretón de manos, se obsequiaron sonrisas, se desearon parabienes y conversaron durante casi dos minutos en el evento de gala de ese nuevo medio de comunicación, que se llevó a cabo en La Paz.

Como usted imaginará, los testigos, una vez recuperados del trance, comenzaron a indagar qué había detrás de ese afectuoso encuentro.

La respuesta está en la LVIII legislatura federal, que comprendió el periodo de septiembre del año 2000 a agosto del 2003, cuando Barbosa, entonces del PRD, y Rivera, del PAN, fueron diputados federales.

Los poblanos coincidieron en la Cámara de Diputados, donde estrecharon lazos de comunicación y respeto que hoy, al menos, no los tienen enfrentados.

Quién lo dijera.

Twitter: @jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

Una inusual sesión de los 25 integrantes del pleno del Poder Judicial del Estado, celebrada el pasado jueves en el centro de la ciudad, levantó diversas teorías y especulaciones en torno al futuro de Héctor Sánchez Sánchez como presidente del Tribunal Superior de Justicia.

La reunión no fue inusual porque se hubiese llevado a cabo, sino porque se realizó en la antigua sede de ese Poder, ubicada en el número 9 de la calle 5 Oriente, deshabilitado por sugerencia de las autoridades de Protección Civil después de los sismos de septiembre de 2017.

El cónclave, sin embargo, llamó la atención de los trabajadores del Tribunal y de abogados externos, quienes estaban acostumbrados a ver la ratificación o el relevo del presidente en funciones en febrero de cada año.

Las apuestas del respetable se cruzaron.

Unos apostaron por la continuidad de Sánchez Sánchez y otros por su remoción.

La realidad es que nada de eso pasó.

En 2015, Rafael Moreno Valle reformó la Ley Orgánica del Poder Judicial para ampliar a cuatro años el periodo del presidente, que benefició directamente a Roberto Flores Toledano para dejarlo por un segundo periodo, de diciembre de 2016 a diciembre de 2020.

Ese periodo es el que ocupa hoy Héctor Sánchez.

Así que no se irá, al menos hasta finales del año que recién comenzó.

En el Tribunal aseguran que los 25 magistrados, cinco mujeres y 20 hombres, quisieron visitar de nueva cuenta el histórico inmueble de la 5, solo para desempolvarlo, admirarlo y recordar cómo es.

No hubo algún interés inconfesable.

Ahora que, si se insiste en adivinar el porvenir del presidente del Poder Judicial, hay que echar un vistazo a su entorno familiar.

Su esposa, Mónica Silva Ruiz, compitió por la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos del Estado y perdió, lo que fue interpretado como un revés para el magistrado por parte del gobernador Barbosa, quien, aunque lo nieguen, es el que quita y pone titulares en todos los organismos públicos del estado, incluidos el Poder Legislativo y el Judicial.

Sin embargo, unos meses después fue nombrada subsecretaria de Transversalidad y Perspectiva de Género de la Secretaría de Igualdad Sustantiva.

¿Eso qué significa?, cuestionará usted.

Pues que Héctor Sánchez no es, por lo menos, y eso ya es ganancia, incómodo para ya sabe usted quién.

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¿Usted sabía que el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y el ex presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, se llevan muy bien?

No se avergüence, pues nadie, o prácticamente nadie, lo sabía.

El mandatario emanado del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que cada que puede, y puede mucho, descarga su artillería en contra del PAN, y el aspirante a edil, militante del partido blanquiazul, sorprendieron a los asistentes a la presentación del periódico ContraRéplica al fundirse en un caluroso saludo la noche del lunes.

En efecto, Barbosa y Rivera, en apariencia agua y aceite, se dieron un fuerte apretón de manos, se obsequiaron sonrisas, se desearon parabienes y conversaron durante casi dos minutos en el evento de gala de ese nuevo medio de comunicación, que se llevó a cabo en La Paz.

Como usted imaginará, los testigos, una vez recuperados del trance, comenzaron a indagar qué había detrás de ese afectuoso encuentro.

La respuesta está en la LVIII legislatura federal, que comprendió el periodo de septiembre del año 2000 a agosto del 2003, cuando Barbosa, entonces del PRD, y Rivera, del PAN, fueron diputados federales.

Los poblanos coincidieron en la Cámara de Diputados, donde estrecharon lazos de comunicación y respeto que hoy, al menos, no los tienen enfrentados.

Quién lo dijera.

Twitter: @jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx