/ miércoles 29 de junio de 2022

Retorno de Inversión | Diversidad 

He escuchado decir que la clase empresarial es conservadora, elitista y “mocha”. En esta columna quiero hablar de éste último adjetivo, sobre todo ahora que acabamos de conmemorar el Día del Orgullo LGBTI+.

Como en todos los sectores, en el empresarial podemos encontrar a quien no entienda y no respete la diversidad sexual o de género, pero ese estigma de generalizar, ya no debería aplicarse, pues también he visto a colegas que sí respetan a todas las personas, sin distinciones.

Pareciera que no, pero los empresarios y empresarias tenemos gran responsabilidad de analizar el tema de la diversidad y abrir nuestra mente. Para empezar, en nuestras empresas tenemos colaboradores y colaboradoras que son integrantes de la comunidad LGBTI+ y, en todo momento, debe prevalecer nuestro respeto e igualdad de condiciones laborales, respecto al resto de la plantilla.

Creo que, desde el momento de las contrataciones, no debemos etiquetar si la persona que se postula es heterosexual, bisexual, transexual, homosexual (…), sino evaluar, medir y apreciar sus capacidades, herramientas y experiencia.

Por otra parte, tenemos como responsabilidad, fomentar el respeto por todas las personas en nuestros equipos de trabajo, posiblemente mediante cursos de capacitación, para evitar violencia de todos los tipos, sobre todo física y psicológica.

Ahora bien, en todos los sectores productivos, la clientela o proveedores también podrían pertenecer a la comunidad LGBTI+, por lo que es importante aplicar la inclusión tanto interna, como externamente.

Respeto a quienes tienen una visión conservadora, pero me parece que los tiempos no están como para fomentar más odio, sobre todo por cómo se encuentra la violencia en nuestro país.

En su publicidad, hemos visto parte de las nuevas políticas inclusivas de empresas trasnacionales, donde muestran a personas de la comunidad LGBTI+ como parte de su plantilla laboral, sin estigmas. En Puebla no tenemos por qué quedarnos atrás.

Para quienes añoramos que México sea primer mundo, algún día, solo recuerdo que el primer mundo viene con ideas vanguardistas incluidas, como el respeto total hacia todas sus personas.

Así que no, no todo el sector empresarial es “mocho”. También estamos quienes, poco a poco, vamos comprendiendo que cada persona tiene su realidad que no debe ser “tolerada” por alguien más, sino respetada.

¡Nos leemos en la siguiente!

He escuchado decir que la clase empresarial es conservadora, elitista y “mocha”. En esta columna quiero hablar de éste último adjetivo, sobre todo ahora que acabamos de conmemorar el Día del Orgullo LGBTI+.

Como en todos los sectores, en el empresarial podemos encontrar a quien no entienda y no respete la diversidad sexual o de género, pero ese estigma de generalizar, ya no debería aplicarse, pues también he visto a colegas que sí respetan a todas las personas, sin distinciones.

Pareciera que no, pero los empresarios y empresarias tenemos gran responsabilidad de analizar el tema de la diversidad y abrir nuestra mente. Para empezar, en nuestras empresas tenemos colaboradores y colaboradoras que son integrantes de la comunidad LGBTI+ y, en todo momento, debe prevalecer nuestro respeto e igualdad de condiciones laborales, respecto al resto de la plantilla.

Creo que, desde el momento de las contrataciones, no debemos etiquetar si la persona que se postula es heterosexual, bisexual, transexual, homosexual (…), sino evaluar, medir y apreciar sus capacidades, herramientas y experiencia.

Por otra parte, tenemos como responsabilidad, fomentar el respeto por todas las personas en nuestros equipos de trabajo, posiblemente mediante cursos de capacitación, para evitar violencia de todos los tipos, sobre todo física y psicológica.

Ahora bien, en todos los sectores productivos, la clientela o proveedores también podrían pertenecer a la comunidad LGBTI+, por lo que es importante aplicar la inclusión tanto interna, como externamente.

Respeto a quienes tienen una visión conservadora, pero me parece que los tiempos no están como para fomentar más odio, sobre todo por cómo se encuentra la violencia en nuestro país.

En su publicidad, hemos visto parte de las nuevas políticas inclusivas de empresas trasnacionales, donde muestran a personas de la comunidad LGBTI+ como parte de su plantilla laboral, sin estigmas. En Puebla no tenemos por qué quedarnos atrás.

Para quienes añoramos que México sea primer mundo, algún día, solo recuerdo que el primer mundo viene con ideas vanguardistas incluidas, como el respeto total hacia todas sus personas.

Así que no, no todo el sector empresarial es “mocho”. También estamos quienes, poco a poco, vamos comprendiendo que cada persona tiene su realidad que no debe ser “tolerada” por alguien más, sino respetada.

¡Nos leemos en la siguiente!