/ domingo 21 de junio de 2020

Rivera Vivanco buscará reelección

Las malas noticias se continúan apilando para el líder del Congreso del Estado, Gabriel Biestro Medinilla, y su intención de convertirse en presidente municipal de Puebla para el periodo 2021-2024… y lo que se pudiera más adelante.

Además de tener en contra al nuevo delegado del CEN de Morena, Carlos Alberto Evangelista Aniceto, que se encuentra en Puebla en funciones de presidente estatal del partido lopezobradorista, es decir, de líder de todo aquello que se dicte al seno de ese instituto político, Biestro, que allá por el año 2017 no era fan de Luis Miguel Barbosa Huerta ni uno de los apoyos con los que el entonces aspirante contaba para acceder a la candidatura, sino todo lo contrario, tendrá que enfrentar la lucha de una férrea competidora.

Claudia Rivera Vivanco no lo ha admitido en público, como tampoco lo ha descartado, pero ya trabaja con su compacto equipo de colaboradores para buscar, dentro de Morena, la posibilidad real de ir a una reelección en el 2021.

En efecto, la actual presidenta municipal de Puebla aspira a repetir en el cargo que ocupa desde octubre de 2018 por tres años más, y sabe, cómo no habría de saberlo, que el principal obstáculo que tendrá que librar en ese camino será la oposición del gobernador Barbosa, no solo porque este quiere meter en la oficina principal del inmueble del zócalo a Gabriel Biestro, sino por las diferencias que han sostenido y expresado, de manera abierta, desde que fueron compañeros de campaña en aquel dramático 2018.

El lector podrá opinar, y con razón, que lanzar de nueva cuenta a Rivera Vivanco será algo así como un suicidio anticipado para Morena, como dar por perdida la plaza antes incluso de ir a la contienda electoral contra la alianza que encabezarán el PAN y el PRD, dada la mala percepción popular que ha tenido, hasta ahora, la primera administración municipal de aquel que se autonombró como el partido de la esperanza.

Justo eso han mostrado encuestas y estudios de opinión que muestran la aprobación o el rechazo de los ciudadanos a sus gobernantes.

No obstante, Rivera Vivanco está consciente de ello y ha decidido apretar tuercas para revertir esa mala imagen, construida a lo largo ya de poco más de año y medio de gobierno.

Ese es un tema que pretende resolver y está metida en ello.

Que lo logre o no, será otra cosa.

La ruta social, el sentir de los eventuales electores, sin embargo, es una cosa, y los obstáculos y los rivales al interior del partido, para conseguir la aprobación de quienes mandan ahí, es otra.

Rivera Vivanco ha demostrado en los últimos tres meses, a partir de que se opuso a la imposición de Barbosa en su secretaría de Seguridad Ciudadana, que ha sabido tejer relaciones de bue nivel no solo en Morena, donde la conocen bien y la quieren, sino en el gobierno federal, ni más ni menos que donde manda el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La edil de Puebla tiene en el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, a uno de sus aliados, como quedó evidenciado el miércoles durante la visita del mandatario a Puebla.

Ese día, en la 25 Zona Militar, López Obrador felicitó a Rivera por proponer una mesa de seguridad en temas de inteligencia, en la que participen autoridades federales, estatales (particularmente la Fiscalía General del Estado y el Tribunal Superior de Justicia) y representantes de los ayuntamientos.

Durazo y Rivera ya habían hablado antes del tema, gracias a su cercanía.

De eso tendrá que preocuparse ahora Biestro, además de Evangelista Aniceto, de las posibilidades de la presidenta municipal de ir, otra vez, a la boleta electoral.

Twitter: @jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com

Las malas noticias se continúan apilando para el líder del Congreso del Estado, Gabriel Biestro Medinilla, y su intención de convertirse en presidente municipal de Puebla para el periodo 2021-2024… y lo que se pudiera más adelante.

Además de tener en contra al nuevo delegado del CEN de Morena, Carlos Alberto Evangelista Aniceto, que se encuentra en Puebla en funciones de presidente estatal del partido lopezobradorista, es decir, de líder de todo aquello que se dicte al seno de ese instituto político, Biestro, que allá por el año 2017 no era fan de Luis Miguel Barbosa Huerta ni uno de los apoyos con los que el entonces aspirante contaba para acceder a la candidatura, sino todo lo contrario, tendrá que enfrentar la lucha de una férrea competidora.

Claudia Rivera Vivanco no lo ha admitido en público, como tampoco lo ha descartado, pero ya trabaja con su compacto equipo de colaboradores para buscar, dentro de Morena, la posibilidad real de ir a una reelección en el 2021.

En efecto, la actual presidenta municipal de Puebla aspira a repetir en el cargo que ocupa desde octubre de 2018 por tres años más, y sabe, cómo no habría de saberlo, que el principal obstáculo que tendrá que librar en ese camino será la oposición del gobernador Barbosa, no solo porque este quiere meter en la oficina principal del inmueble del zócalo a Gabriel Biestro, sino por las diferencias que han sostenido y expresado, de manera abierta, desde que fueron compañeros de campaña en aquel dramático 2018.

El lector podrá opinar, y con razón, que lanzar de nueva cuenta a Rivera Vivanco será algo así como un suicidio anticipado para Morena, como dar por perdida la plaza antes incluso de ir a la contienda electoral contra la alianza que encabezarán el PAN y el PRD, dada la mala percepción popular que ha tenido, hasta ahora, la primera administración municipal de aquel que se autonombró como el partido de la esperanza.

Justo eso han mostrado encuestas y estudios de opinión que muestran la aprobación o el rechazo de los ciudadanos a sus gobernantes.

No obstante, Rivera Vivanco está consciente de ello y ha decidido apretar tuercas para revertir esa mala imagen, construida a lo largo ya de poco más de año y medio de gobierno.

Ese es un tema que pretende resolver y está metida en ello.

Que lo logre o no, será otra cosa.

La ruta social, el sentir de los eventuales electores, sin embargo, es una cosa, y los obstáculos y los rivales al interior del partido, para conseguir la aprobación de quienes mandan ahí, es otra.

Rivera Vivanco ha demostrado en los últimos tres meses, a partir de que se opuso a la imposición de Barbosa en su secretaría de Seguridad Ciudadana, que ha sabido tejer relaciones de bue nivel no solo en Morena, donde la conocen bien y la quieren, sino en el gobierno federal, ni más ni menos que donde manda el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La edil de Puebla tiene en el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, a uno de sus aliados, como quedó evidenciado el miércoles durante la visita del mandatario a Puebla.

Ese día, en la 25 Zona Militar, López Obrador felicitó a Rivera por proponer una mesa de seguridad en temas de inteligencia, en la que participen autoridades federales, estatales (particularmente la Fiscalía General del Estado y el Tribunal Superior de Justicia) y representantes de los ayuntamientos.

Durazo y Rivera ya habían hablado antes del tema, gracias a su cercanía.

De eso tendrá que preocuparse ahora Biestro, además de Evangelista Aniceto, de las posibilidades de la presidenta municipal de ir, otra vez, a la boleta electoral.

Twitter: @jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com