/ viernes 26 de marzo de 2021

¿Romperán Morena y el gobernador?

La selección de candidatos a presidentes municipales y diputados locales en Morena podría marcar un punto de quiebre en el horizonte político del gobernador Miguel Barbosa, pues si se confirma que el partido ha decidido darle la espalda en la definición de los abanderados tendrá que buscar alianzas con otros institutos para tratar de llegar con fuerza y capacidad de maniobra a su propia sucesión.

La lista de candidatos a diputados federales de ese partido fue elocuente en este sentido, no solo por no postular perfiles afines al mandatario, sino por incluir a personajes públicamente declarados enemigos de su administración, a quienes llamó “monstruitos” en la mañanera del jueves.

En la ortodoxia de viejos institutos políticos como el PRI y el PAN eso no habría causado extrañeza debido a que en ellos se acostumbraba separar los derechos de selección de candidatos entre la dirigencia nacional, muchas veces supeditados al presidente de la república, y los mandatarios locales.

A la primera le correspondía armar y palomear listas para la elección federal y a los segundos para la elección local.

La vida interna en Morena, sin embargo, se parece muy poco a la de esos dos partidos y hay evidencia suficiente para prever que las definiciones que faltan irán en la misma línea, sin atender las propuestas del gobernador.

En las horas previas al anuncio de las candidaturas, lo que muy probablemente ocurrirá este fin de semana, el mandatario sigue disputándole a Edgar Garmendia el control del partido a través de Mario Bracamonte.

La pelea no resuelta de Gabriel Biestro con Claudia Rivera, las 192 impugnaciones que ingresaron al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación contra la Comisión Nacional de Elecciones del partido lopezobradorista, muchas de ellas promovidas por aspirantes cercanos al inquilino de Casa Aguayo, así como el reclamo de este jueves de Barbosa a su partido por no escuchar a todas las voces en la selección de candidatos, también dan pauta para inferir el desenlace.

Se supone que, ahora sí, Morena desahogará este fin de semana el tema de las postulaciones locales, lo que significa que queda muy poco tiempo para saber si se han escuchado las demandas del mandatario o no, y no solo en el caso de la presidencia municipal de Puebla, la contienda más mediática de todas, sino en otros municipios importantes y, sobre todo, en la selección de los perfiles para el Congreso del Estado.

Si se confirman las sospechas y el partido decide ignorar los deseos del gobernador, este tendrá que actuar en consecuencia, por su propio bien y el de su descendencia política, en caso de que quiera dejar alguna.

Dejado de lado de la órbita morenista, Miguel Barbosa entenderá que no podrá contar con el apoyo del que ahora es su partido para el tiempo que le resta a su gobierno y deberá recurrir a otros medios de poder político para sobrevivir.

En el pasado ya transitó del PRI al PRD y luego a la cuatroté, por lo que no sería la primera vez que realice un viraje en política para conseguir sus objetivos.

La ventaja en este hipotético escenario es que no tendrá que hacer visible su cambio de afectos partidistas porque no aspira a contender por un nuevo cargo de elección popular una vez que termine la gubernatura, sino que bastará con tejer una invisible red de alianzas con otras fuerzas partidistas para cerrar sin sobresaltos e influir, lo más posible, en su sucesión.

Eso es parte de lo que estará en juego con el anuncio de las candidaturas en el partido presidencial.

De lo que suceda en estos días enmarcados en celebraciones religiosas y escapadas a la playa en medio del imparable coronavirus dependerá el futuro de la relación de Morena y el gobernador.


Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx


La selección de candidatos a presidentes municipales y diputados locales en Morena podría marcar un punto de quiebre en el horizonte político del gobernador Miguel Barbosa, pues si se confirma que el partido ha decidido darle la espalda en la definición de los abanderados tendrá que buscar alianzas con otros institutos para tratar de llegar con fuerza y capacidad de maniobra a su propia sucesión.

La lista de candidatos a diputados federales de ese partido fue elocuente en este sentido, no solo por no postular perfiles afines al mandatario, sino por incluir a personajes públicamente declarados enemigos de su administración, a quienes llamó “monstruitos” en la mañanera del jueves.

En la ortodoxia de viejos institutos políticos como el PRI y el PAN eso no habría causado extrañeza debido a que en ellos se acostumbraba separar los derechos de selección de candidatos entre la dirigencia nacional, muchas veces supeditados al presidente de la república, y los mandatarios locales.

A la primera le correspondía armar y palomear listas para la elección federal y a los segundos para la elección local.

La vida interna en Morena, sin embargo, se parece muy poco a la de esos dos partidos y hay evidencia suficiente para prever que las definiciones que faltan irán en la misma línea, sin atender las propuestas del gobernador.

En las horas previas al anuncio de las candidaturas, lo que muy probablemente ocurrirá este fin de semana, el mandatario sigue disputándole a Edgar Garmendia el control del partido a través de Mario Bracamonte.

La pelea no resuelta de Gabriel Biestro con Claudia Rivera, las 192 impugnaciones que ingresaron al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación contra la Comisión Nacional de Elecciones del partido lopezobradorista, muchas de ellas promovidas por aspirantes cercanos al inquilino de Casa Aguayo, así como el reclamo de este jueves de Barbosa a su partido por no escuchar a todas las voces en la selección de candidatos, también dan pauta para inferir el desenlace.

Se supone que, ahora sí, Morena desahogará este fin de semana el tema de las postulaciones locales, lo que significa que queda muy poco tiempo para saber si se han escuchado las demandas del mandatario o no, y no solo en el caso de la presidencia municipal de Puebla, la contienda más mediática de todas, sino en otros municipios importantes y, sobre todo, en la selección de los perfiles para el Congreso del Estado.

Si se confirman las sospechas y el partido decide ignorar los deseos del gobernador, este tendrá que actuar en consecuencia, por su propio bien y el de su descendencia política, en caso de que quiera dejar alguna.

Dejado de lado de la órbita morenista, Miguel Barbosa entenderá que no podrá contar con el apoyo del que ahora es su partido para el tiempo que le resta a su gobierno y deberá recurrir a otros medios de poder político para sobrevivir.

En el pasado ya transitó del PRI al PRD y luego a la cuatroté, por lo que no sería la primera vez que realice un viraje en política para conseguir sus objetivos.

La ventaja en este hipotético escenario es que no tendrá que hacer visible su cambio de afectos partidistas porque no aspira a contender por un nuevo cargo de elección popular una vez que termine la gubernatura, sino que bastará con tejer una invisible red de alianzas con otras fuerzas partidistas para cerrar sin sobresaltos e influir, lo más posible, en su sucesión.

Eso es parte de lo que estará en juego con el anuncio de las candidaturas en el partido presidencial.

De lo que suceda en estos días enmarcados en celebraciones religiosas y escapadas a la playa en medio del imparable coronavirus dependerá el futuro de la relación de Morena y el gobernador.


Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx