/ lunes 14 de octubre de 2019

¿Sabrá López Obrador que a sus funcionarios en Puebla les aplicaron la ley mordaza?

Al que llamaron y corearon como Súper Delegado, y todos sus directores y coordinadores responsables de las representaciones de las secretarías del gobierno federal en la entidad, van a cumplir un año de mutismo, de silencio, de ignorar que los poblanos tienen el derecho a ser informados. Y que ellos tienen la obligación, como funcionarios públicos, de informar periódicamente acerca de los planes, programas y acciones que ejecutan en el Estado, pero eso es lo que han dejado de hacer en este primer año de grandes cambios que ha sufrido la administración pública federal con el gobierno de la cuarta transformación.

Qué ha ocurrido con las representaciones federales en el Estado en un ciclo de recortes presupuestales, de recortes de personal, de austeridad económica, de subejercicio del gasto público que ya rebasa los 232 mil millones de pesos, de preocupante desaceleración económica.

Qué ha conducido a la semiparálisis de muchas dependencias y a posponer y detener programas de impacto social y económico, como son los temas de salud, de educación, de reconstrucción por el sismo de 2017 (los cuales fueron irresponsablemente desatendidos por el gobierno de Enrique Peña Nieto), y la realización de obras de infraestructura.

Nadie conoce a los funcionarios, representantes, coordinadores o directores de las diversas dependencias federales en el Estado, como sucedía en gobiernos anteriores, cuyos nombramientos se publicitaban profusamente. El llamado súper delegado, Rodrigo Abdala Dartigues, ha optado por el ostracismo, el silencio, por eludir e ignorar sistemáticamente a todos los medios periodísticos, como si no existiera.

El silencio se debe, en buena parte, a que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha operado cambios radicales a la estructura administrativa federal, a sus planes y programas sociales; cambios profundos al ejercicio del gasto, de las compras y adquisiciones para evitar que los recursos públicos se sigan yendo por el caño de la corrupción, pero estas acciones que se llevan su tiempo, le han reportado ahorros internos archimillonarios, aunque también tienen su costo político y económico externo e interno. Tanto que en el primer año han contribuido a la desaceleración de la economía nacional que no crecerá ni medio por ciento, y a que la estructura gubernamental central y en los estados camine con tantos atorones, indefiniciones , lentitudes y dificultades. -

Obviamente en los estados sus representaciones se han venido integrando lenta y gradualmente, y muchos de sus programas están varados por ajustes y falta de definiciones, de decisiones y de recursos presupuestales centrales. Aún no hay respuestas claras, concretas y definitivas para nadie.

Por eso Rodrigo Abdala prefiera mantenerse en silencio, para no cometer errores o decir mentiras, no transparentar los obstáculos y contratiempos que implica la configuración y el arranque de la cuarta transformación que esperamos que para el 2020 ya esté implementada y arranque en mejores condiciones, empezando por el eficaz y eficiente ejercicio del gasto público federal a nivel central y en las entidades.

Si en principio hubo una campaña política de los gobernadores de los estados en contra de la influencia y el poder que iban a concentrar y a jugar los súper delegados del gobierno federal, eso no justifica que Rodrigo Abdala se haya metido a su cueva y tenga casi un año de no hablar, no contestar llamadas a nadie, no dictar conferencias de prensa periódicas, ni aceptar invitaciones para informar lo que está sucediendo en las representaciones federales en Puebla; menos para precisar lo que están haciendo y lo que no han podido sacar adelante que es mucho con el subejercicio que hay del gasto federal de 232 mil millones de pesos, un 40% de los recursos de inversión destinados a infraestructura en todo el país.

Rodrigo Abdala Dartigues se ha auto impuesto la antidemocrática ley mordaza, viola el derecho de los poblanos a ser informados, impone el récord histórico de casi todo un año de mantenerse oculto y en silencio, de ignorar a los poblanos, pese a su alta responsabilidad de coordinar los planes, programas, proyectos y actividades de las representaciones federales, una tarea que al parecer le ha quedado bastante grande a su inexperiencia política y administrativa.

Lo más grave es que por orden suya o del gobierno central, los funcionarios que fungen como representantes de las casi 20 dependencias federales en el Estado, también sufren la represiva y autoritaria orden de no salir a informar a la sociedad poblana de lo que está haciendo el gobierno de Andrés Manuel en Puebla. El del tabasqueño es un gobierno mudo y sordo en Puebla, lo cual contrasta de manera radical con la intensa, extensa, laboriosa y profusa tarea informativa cotidiana que desarrolla su gobierno con sus novedosas y singulares conferencias de prensa matutinas que incluso lleva a provincia en sus giras de trabajo como la que efectuó recientemente a Puebla… NOS ESCUCHAMOS DIARIAMENTE de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.

Al que llamaron y corearon como Súper Delegado, y todos sus directores y coordinadores responsables de las representaciones de las secretarías del gobierno federal en la entidad, van a cumplir un año de mutismo, de silencio, de ignorar que los poblanos tienen el derecho a ser informados. Y que ellos tienen la obligación, como funcionarios públicos, de informar periódicamente acerca de los planes, programas y acciones que ejecutan en el Estado, pero eso es lo que han dejado de hacer en este primer año de grandes cambios que ha sufrido la administración pública federal con el gobierno de la cuarta transformación.

Qué ha ocurrido con las representaciones federales en el Estado en un ciclo de recortes presupuestales, de recortes de personal, de austeridad económica, de subejercicio del gasto público que ya rebasa los 232 mil millones de pesos, de preocupante desaceleración económica.

Qué ha conducido a la semiparálisis de muchas dependencias y a posponer y detener programas de impacto social y económico, como son los temas de salud, de educación, de reconstrucción por el sismo de 2017 (los cuales fueron irresponsablemente desatendidos por el gobierno de Enrique Peña Nieto), y la realización de obras de infraestructura.

Nadie conoce a los funcionarios, representantes, coordinadores o directores de las diversas dependencias federales en el Estado, como sucedía en gobiernos anteriores, cuyos nombramientos se publicitaban profusamente. El llamado súper delegado, Rodrigo Abdala Dartigues, ha optado por el ostracismo, el silencio, por eludir e ignorar sistemáticamente a todos los medios periodísticos, como si no existiera.

El silencio se debe, en buena parte, a que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha operado cambios radicales a la estructura administrativa federal, a sus planes y programas sociales; cambios profundos al ejercicio del gasto, de las compras y adquisiciones para evitar que los recursos públicos se sigan yendo por el caño de la corrupción, pero estas acciones que se llevan su tiempo, le han reportado ahorros internos archimillonarios, aunque también tienen su costo político y económico externo e interno. Tanto que en el primer año han contribuido a la desaceleración de la economía nacional que no crecerá ni medio por ciento, y a que la estructura gubernamental central y en los estados camine con tantos atorones, indefiniciones , lentitudes y dificultades. -

Obviamente en los estados sus representaciones se han venido integrando lenta y gradualmente, y muchos de sus programas están varados por ajustes y falta de definiciones, de decisiones y de recursos presupuestales centrales. Aún no hay respuestas claras, concretas y definitivas para nadie.

Por eso Rodrigo Abdala prefiera mantenerse en silencio, para no cometer errores o decir mentiras, no transparentar los obstáculos y contratiempos que implica la configuración y el arranque de la cuarta transformación que esperamos que para el 2020 ya esté implementada y arranque en mejores condiciones, empezando por el eficaz y eficiente ejercicio del gasto público federal a nivel central y en las entidades.

Si en principio hubo una campaña política de los gobernadores de los estados en contra de la influencia y el poder que iban a concentrar y a jugar los súper delegados del gobierno federal, eso no justifica que Rodrigo Abdala se haya metido a su cueva y tenga casi un año de no hablar, no contestar llamadas a nadie, no dictar conferencias de prensa periódicas, ni aceptar invitaciones para informar lo que está sucediendo en las representaciones federales en Puebla; menos para precisar lo que están haciendo y lo que no han podido sacar adelante que es mucho con el subejercicio que hay del gasto federal de 232 mil millones de pesos, un 40% de los recursos de inversión destinados a infraestructura en todo el país.

Rodrigo Abdala Dartigues se ha auto impuesto la antidemocrática ley mordaza, viola el derecho de los poblanos a ser informados, impone el récord histórico de casi todo un año de mantenerse oculto y en silencio, de ignorar a los poblanos, pese a su alta responsabilidad de coordinar los planes, programas, proyectos y actividades de las representaciones federales, una tarea que al parecer le ha quedado bastante grande a su inexperiencia política y administrativa.

Lo más grave es que por orden suya o del gobierno central, los funcionarios que fungen como representantes de las casi 20 dependencias federales en el Estado, también sufren la represiva y autoritaria orden de no salir a informar a la sociedad poblana de lo que está haciendo el gobierno de Andrés Manuel en Puebla. El del tabasqueño es un gobierno mudo y sordo en Puebla, lo cual contrasta de manera radical con la intensa, extensa, laboriosa y profusa tarea informativa cotidiana que desarrolla su gobierno con sus novedosas y singulares conferencias de prensa matutinas que incluso lleva a provincia en sus giras de trabajo como la que efectuó recientemente a Puebla… NOS ESCUCHAMOS DIARIAMENTE de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.