/ sábado 3 de agosto de 2019

Se ama a alguien por lo que carece

En este mundo material, en donde equivocadamente el valor de una persona se establece netamente por los bienes que tiene, nos encontramos con que el amor se ha vuelto un producto que se ciñe a las normas del mercado, sin embargo, hay que analizar cuidadosamente y apreciar que también ese sentimiento se despierta por lo que no se tiene.

El título de esta editorial obedece a la frase de un grande del psicoanálisis y la psiquiatría, Jaques Lacan, un médico que incorporó a sus teorías campos del conocimiento tan importantes como el estructuralismo, la lingüística, las matemáticas y la filosofía, estas dos últimas, quizá las ciencias más importantes de la humanidad.

La cita completa dice: “Se puede amar a alguien no sólo por aquello que tiene, sino, literalmente por aquello de lo que carece”. Obviamente la riqueza que puede ser tasada siempre será atractiva al momento de escoger pareja, eso es innegable y no debemos caer en el discurso idealista de que no importa la ausencia total de dinero cuando hay amor, eso es algo fuera de toda lógica y hasta cursi. Es más, ahora que se le da mucho énfasis a algo tan prioritario como la lucha en contra del acoso, recordemos que, lamentablemente, en algunos casos la diferencia entre este y el coqueteo es simplemente la guapura y/o la cartera del varón.

Ahora bien, la idea del francés se explica bajo un ejemplo muy claro. Un varón se enamora de una dama porque ella no tiene lo que él sí, la anatomía que se asemeja a una sublime rosa y la maravillosa capacidad de gestación y dar a la luz.

Las parejas son complementarias, inclusive disparejas, pero eso que le falta a uno es lo que crea un atractivo total al otro. Pensemos el caso de quien lleva años en una relación, pero de repente conoce a una persona que no tiene algo que la pareja actual sí, lo que sea, tanto en el plano físico-material como simbólico, es en este último aspecto en donde pueden entrar elementos que se aprecian de distinta manera. Por ejemplo, una dama que tuvo un padre estricto, quien vestía de traje obscuro a diario para dar una imagen de poder, puede asumir, lo que en psicología se llama una lealtad invisible a la inversa y buscar a alguien que no tenga ese simbolismo.

Tenemos el caso de algunos intelectuales que no quieren a su lado a alguien que pueda hacer profundos ejercicios de reflexión o conocer muchos campos de conocimiento, sino a alguien que precisamente carezca de ello, dando así una integración que da lugar a una especie de nuevo ente, ese es el tipo de parejas que más duran, a diferencia de los hombres y mujeres egoístas que se divorcian a los pocos meses, simplemente porque exclusivamente quieren recibir y ser admirados, sin dar o sacrificarse por la otra persona.

También tenemos el caso de sujetos que potencialmente parecen ser un buen partido, teniendo dinero, grados académicos, éxito profesional, elementos que parecen ser muy atractivos, pero que para una dama podrían ser nocivos ya que ella se tornaría en una medalla o posesión más para él, aunque esto también puede resultar muy atractivo para las jovencitas que tienen una relación amorosa con un hombre mayor a cambio de dinero y cosas materiales, pero eso es otro tema.

Hay damas sumamente bellas, pero que no consiguen amor, la respuesta está en que a un hombre le puede resultar un estorbo ese atributo, ya que ese atractivo físico las encierra en un rol que les puede limitar o negar el desarrollo algún otro talento. El problema viene cuando pasan los años y la piel se arruga, eliminándose así el aparente sentido de la existencia que había, situación que es una auténtica tragedia. En fin, cada quien ama como puede o como quiere, pero creo que conocer la opinión de los estudiosos puede ayudarnos en este tema inacabado e inagotable. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.

En este mundo material, en donde equivocadamente el valor de una persona se establece netamente por los bienes que tiene, nos encontramos con que el amor se ha vuelto un producto que se ciñe a las normas del mercado, sin embargo, hay que analizar cuidadosamente y apreciar que también ese sentimiento se despierta por lo que no se tiene.

El título de esta editorial obedece a la frase de un grande del psicoanálisis y la psiquiatría, Jaques Lacan, un médico que incorporó a sus teorías campos del conocimiento tan importantes como el estructuralismo, la lingüística, las matemáticas y la filosofía, estas dos últimas, quizá las ciencias más importantes de la humanidad.

La cita completa dice: “Se puede amar a alguien no sólo por aquello que tiene, sino, literalmente por aquello de lo que carece”. Obviamente la riqueza que puede ser tasada siempre será atractiva al momento de escoger pareja, eso es innegable y no debemos caer en el discurso idealista de que no importa la ausencia total de dinero cuando hay amor, eso es algo fuera de toda lógica y hasta cursi. Es más, ahora que se le da mucho énfasis a algo tan prioritario como la lucha en contra del acoso, recordemos que, lamentablemente, en algunos casos la diferencia entre este y el coqueteo es simplemente la guapura y/o la cartera del varón.

Ahora bien, la idea del francés se explica bajo un ejemplo muy claro. Un varón se enamora de una dama porque ella no tiene lo que él sí, la anatomía que se asemeja a una sublime rosa y la maravillosa capacidad de gestación y dar a la luz.

Las parejas son complementarias, inclusive disparejas, pero eso que le falta a uno es lo que crea un atractivo total al otro. Pensemos el caso de quien lleva años en una relación, pero de repente conoce a una persona que no tiene algo que la pareja actual sí, lo que sea, tanto en el plano físico-material como simbólico, es en este último aspecto en donde pueden entrar elementos que se aprecian de distinta manera. Por ejemplo, una dama que tuvo un padre estricto, quien vestía de traje obscuro a diario para dar una imagen de poder, puede asumir, lo que en psicología se llama una lealtad invisible a la inversa y buscar a alguien que no tenga ese simbolismo.

Tenemos el caso de algunos intelectuales que no quieren a su lado a alguien que pueda hacer profundos ejercicios de reflexión o conocer muchos campos de conocimiento, sino a alguien que precisamente carezca de ello, dando así una integración que da lugar a una especie de nuevo ente, ese es el tipo de parejas que más duran, a diferencia de los hombres y mujeres egoístas que se divorcian a los pocos meses, simplemente porque exclusivamente quieren recibir y ser admirados, sin dar o sacrificarse por la otra persona.

También tenemos el caso de sujetos que potencialmente parecen ser un buen partido, teniendo dinero, grados académicos, éxito profesional, elementos que parecen ser muy atractivos, pero que para una dama podrían ser nocivos ya que ella se tornaría en una medalla o posesión más para él, aunque esto también puede resultar muy atractivo para las jovencitas que tienen una relación amorosa con un hombre mayor a cambio de dinero y cosas materiales, pero eso es otro tema.

Hay damas sumamente bellas, pero que no consiguen amor, la respuesta está en que a un hombre le puede resultar un estorbo ese atributo, ya que ese atractivo físico las encierra en un rol que les puede limitar o negar el desarrollo algún otro talento. El problema viene cuando pasan los años y la piel se arruga, eliminándose así el aparente sentido de la existencia que había, situación que es una auténtica tragedia. En fin, cada quien ama como puede o como quiere, pero creo que conocer la opinión de los estudiosos puede ayudarnos en este tema inacabado e inagotable. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.