/ lunes 13 de abril de 2020

 Se perfila ruptura entre sector privado y público

Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador hace esfuerzos por negar y no formalizar que hay una ruptura y un enfrentamiento político y económico con los organismos cúpula del sector empresarial que califican de “decepcionante” e “Insuficiente” su plan de rescate contra la crisis económica, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) Carlos Salazar Lomelin, responsabilizó al mandatario del posible desplome de la economía en un 10 por ciento, y de la pérdida de más de un millón de empleos, por no implementar acciones para apoyar a trabajadores y empresas en la emergencia que vive el país.

En una reunión virtual con los 12 dirigentes de los organismos que integran el CCE y más casi 4 mil representantes empresariales del país, Salazar Lomelin hizo un llamado a crear un gran acuerdo nacional con la iniciativa privada, sindicatos de trabajadores y organismos sociales, ante “el cierre de puertas del gobierno”, mensaje que no deja de ser una medida de provocación y presión para que el presidente acepte el plan de reactivación que quiere imponerle el sector privado, de otorgar estímulos fiscales a las empresas para que, a cambio, estas (digan) que van a sostener la planta de empleo durante la crisis, aunque ya hayan echado a la calle a miles de trabajadores.

En respuesta, el miércoles de la semana pasada, el presidente López Obrador reiteró que “no existe una ruptura con los organismos cúpula del sector empresarial”, gran parte del cual se ha solidarizado en la coyuntura con el gobierno, pero a lo mejor hasta ellos (los grandes consorcios que adeudan 50 mil millones de pesos en impuestos al fisco) son los que impulsan estas campañas para no pagar impuestos.

Respecto a las acusaciones del presidente del CCE, de que la presidencia les ja cerrado las puertas, el Jefe del Ejecutivo dijo que entiende la postura de Salazar Lomelí como líder empresarial, pero debe comprender la nuestra en favor del interés público. Le vamos a pedir que nos ayude con los dueños de las grandes empresas (nacionales y extranjeras) que deben a la hacienda pública. Ya le voy a mandar la lista, porque si nos pagan, tendríamos más recursos para apoyar a las micro y pequeñas empresas.

López Obrador insistió en que “no hay ruptura con la cúpula empresarial”, solamente que no hay acuerdo con el plan de rescate que proponen, porque consideramos que primero debemos atender a los más necesitados y que no debemos endeudar al país. Ellos proponen que se debe pedir deuda. Yo no considero que eso sea conveniente.

Destacó que “no ayudan mucho los llamados de algunos sectores a no pagar los impuestos; en realidad, la apuesta de los que no nos quieren, es que se nos caiga la recaudación, que irremediablemente se va a caer por la crisis económica y no nos va a quedar otra que endeudarnos. Esa es la apuesta”. Reveló que algunos de los grandes empresarios colocan a las pequeñas y medianas empresas como escudo, pues siempre hablan de las pymes para beneficiarse de más. Por ello, demandar prórrogas fiscales (como lo hizo el CCE) para beneficiar a las pymes, sólo abriría la puerta para que en esa demanda vayan todos.

En lo que no deja de ser una confrontación y un distanciamiento mayor al ya existente entre sector público y privado,, el presidente afirmó que “sería un error aplicar las mismas recetas que ya fracasaron o beneficiaron sólo a los altos intereses económicos, dejando desprotegidos a los pobres”.

El presidente del (CCE) Salazar Lomelín había propuesto unos días antes que si se toma en cuenta su plan de rescate, la caída económica sería de 2.5 por ciento, entre 300 y 400 mil empleos perdidos y tipo de cambio en 21 o 22 pesos. En cambio, si no se toma en cuenta, el resultado será un desplome de 7 y 10 por ciento del (PIB), más de un millón de personas desempleadas y el peso en 25 por dólar.

“ Si no somos escuchados, amenazó, si llega a 10 por ciento la caída del PIB y a un millón de desempleados, el único responsable es el que cerró la puerta”.

El dirigente de los empresarios se tiró más a fondo, se metió y adelantó al terrenos político electoral, hizo un llamado a los dirigentes empresariales regionales: a actuar en la revocación de mandato convocada por el propio Presidente en 2022; “dentro de un año y pico tendremos la posibilidad de hacer una revisión democrática a un rechazo de mandato, ahí es el momento, sólo que debemos tener el apoyo de 30 millones de mexicanos.

Luis Niño de Rivera, presidente de la Asociación de Bancos de México, describió lo que ha ocurrido en los sucesivos encuentros que han sostenido los organismos cúpula con el presidente López Obrador: “estamos apostando demasiado a que nos haga caso y no lo hemos logrado”. ESCUCHANOS diariamente de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.


Aunque el presidente Andrés Manuel López Obrador hace esfuerzos por negar y no formalizar que hay una ruptura y un enfrentamiento político y económico con los organismos cúpula del sector empresarial que califican de “decepcionante” e “Insuficiente” su plan de rescate contra la crisis económica, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) Carlos Salazar Lomelin, responsabilizó al mandatario del posible desplome de la economía en un 10 por ciento, y de la pérdida de más de un millón de empleos, por no implementar acciones para apoyar a trabajadores y empresas en la emergencia que vive el país.

En una reunión virtual con los 12 dirigentes de los organismos que integran el CCE y más casi 4 mil representantes empresariales del país, Salazar Lomelin hizo un llamado a crear un gran acuerdo nacional con la iniciativa privada, sindicatos de trabajadores y organismos sociales, ante “el cierre de puertas del gobierno”, mensaje que no deja de ser una medida de provocación y presión para que el presidente acepte el plan de reactivación que quiere imponerle el sector privado, de otorgar estímulos fiscales a las empresas para que, a cambio, estas (digan) que van a sostener la planta de empleo durante la crisis, aunque ya hayan echado a la calle a miles de trabajadores.

En respuesta, el miércoles de la semana pasada, el presidente López Obrador reiteró que “no existe una ruptura con los organismos cúpula del sector empresarial”, gran parte del cual se ha solidarizado en la coyuntura con el gobierno, pero a lo mejor hasta ellos (los grandes consorcios que adeudan 50 mil millones de pesos en impuestos al fisco) son los que impulsan estas campañas para no pagar impuestos.

Respecto a las acusaciones del presidente del CCE, de que la presidencia les ja cerrado las puertas, el Jefe del Ejecutivo dijo que entiende la postura de Salazar Lomelí como líder empresarial, pero debe comprender la nuestra en favor del interés público. Le vamos a pedir que nos ayude con los dueños de las grandes empresas (nacionales y extranjeras) que deben a la hacienda pública. Ya le voy a mandar la lista, porque si nos pagan, tendríamos más recursos para apoyar a las micro y pequeñas empresas.

López Obrador insistió en que “no hay ruptura con la cúpula empresarial”, solamente que no hay acuerdo con el plan de rescate que proponen, porque consideramos que primero debemos atender a los más necesitados y que no debemos endeudar al país. Ellos proponen que se debe pedir deuda. Yo no considero que eso sea conveniente.

Destacó que “no ayudan mucho los llamados de algunos sectores a no pagar los impuestos; en realidad, la apuesta de los que no nos quieren, es que se nos caiga la recaudación, que irremediablemente se va a caer por la crisis económica y no nos va a quedar otra que endeudarnos. Esa es la apuesta”. Reveló que algunos de los grandes empresarios colocan a las pequeñas y medianas empresas como escudo, pues siempre hablan de las pymes para beneficiarse de más. Por ello, demandar prórrogas fiscales (como lo hizo el CCE) para beneficiar a las pymes, sólo abriría la puerta para que en esa demanda vayan todos.

En lo que no deja de ser una confrontación y un distanciamiento mayor al ya existente entre sector público y privado,, el presidente afirmó que “sería un error aplicar las mismas recetas que ya fracasaron o beneficiaron sólo a los altos intereses económicos, dejando desprotegidos a los pobres”.

El presidente del (CCE) Salazar Lomelín había propuesto unos días antes que si se toma en cuenta su plan de rescate, la caída económica sería de 2.5 por ciento, entre 300 y 400 mil empleos perdidos y tipo de cambio en 21 o 22 pesos. En cambio, si no se toma en cuenta, el resultado será un desplome de 7 y 10 por ciento del (PIB), más de un millón de personas desempleadas y el peso en 25 por dólar.

“ Si no somos escuchados, amenazó, si llega a 10 por ciento la caída del PIB y a un millón de desempleados, el único responsable es el que cerró la puerta”.

El dirigente de los empresarios se tiró más a fondo, se metió y adelantó al terrenos político electoral, hizo un llamado a los dirigentes empresariales regionales: a actuar en la revocación de mandato convocada por el propio Presidente en 2022; “dentro de un año y pico tendremos la posibilidad de hacer una revisión democrática a un rechazo de mandato, ahí es el momento, sólo que debemos tener el apoyo de 30 millones de mexicanos.

Luis Niño de Rivera, presidente de la Asociación de Bancos de México, describió lo que ha ocurrido en los sucesivos encuentros que han sostenido los organismos cúpula con el presidente López Obrador: “estamos apostando demasiado a que nos haga caso y no lo hemos logrado”. ESCUCHANOS diariamente de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.