/ sábado 7 de noviembre de 2020

¿Se podrían separar los estados norteños de México?

Hace más de 170 años, estados como California y Texas dejaron de ser parte de nuestro territorio nacional, hoy, vemos nuevamente algunos visos que nos hacen pensar en que la historia se podría repetir.

Antes de empezar propiamente la editorial de hoy, quiero señalar que la elección de Estados Unidos es un tema al que debemos estar atentos, indudablemente, pero no hay que festejar o entristecerse si gana o pierde Biden o Trump, recordemos que el mandatario norteamericano velará por los intereses de su país, nada más, y si por ahí hay un beneficio para México, por la intrínseca relación comercial y social, pues qué bueno, pero no esperemos una salvación de una sola persona, sea mexicana o extranjera.

Desde hace unos años y con mas intensidad actual, se ha gestado un movimiento que evoca la idea de separación de las entidades del norte: Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Sinaloa, Durango, Nuevo León, Zacatecas, Tamaulipas, Nayarit, Jalisco, Guanajuato, Aguascalientes y San Luis Potosí, bloque que algunos han llamado Nortexit. Esto se ha fortalecido con la exigencia de algunos mandatarios de esos estados que han pedido una mesa de dialogo con el presidente de la República, respecto a diversos temas que no han sido tratados. No es ningún secreto que esto lleva un matiz político, pero se nutre de el gran ánimo que tienen millones de mexicanos de ya no tener su nacionalidad actual.

Ya en múltiples ocasiones he referido opiniones fundadas acerca de la desunión que hay en nuestro país, la cual tiene siglos de existir, así que no estamos descubriendo el hilo negro, sino simplemente recalcamos las profundas divisiones ideológicas, sociales y económicas que hay en nuestra nación.

Por un momento pensemos en muchos clasemedieros altos de Monterrey, quienes prefiere ir al Black Friday que al Buen Fin, ellos aceptan abiertamente que les gustaría ser estadounidenses, inclusive hay páginas de Facebook donde se muestra esa intención.

También vimos las recientes declaraciones de Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, quien abiertamente se manifiesta sus diferencias con el gobierno federal, especialmente en materia fiscal. No es noticia que la actitud del ejecutivo federal despierta una gran controversia en la población, ya que hay quien lo ama y quien lo odia, situación que es un caldo de cultivo para estas voces que reclaman autonomía.

Estos movimientos no son algo nuevo como ya lo señalamos, pero hubo algunos que no tuvieron éxito como los siguientes: en el Siglo XIX, surgió la República del Rio Grande, en rechazo al centralismo de Santa Anna, de igual modo Zacatecas, Yucatán, Campeche y Quintana Roo quisieron hacer lo mismo en contra de ese caudillo tan controversial, ya que fue odiado, pero es innegable que la gente lo aclamaba y le rogó regresar al poder alguna vez.

México está unido por el llamado Pacto Federal, el cual constituye una base jurídica y política para la conformación del país, el cual obliga a las entidades a colaborar en una república, sin embargo, la situación puede desembocar en una ruptura que sería negativa, aun cuando se hiciera bajo un marco de legalidad.

También no podemos negar que hay una brecha enorme entre el norte y el sur del país, lo cual también es una constante geográfica en otros países, incluyendo a EU.

Los movimientos separatistas han estado más presentes en los últimos años, como el de Cataluña, pero recordemos que la independencia no significa prosperidad, esto lo deberíamos saber muy bien nosotros, ya que la Nueva España era una potencia y México nunca lo ha sido, con esto no quiero decir el movimiento emancipador no hubiese sido necesario, pero se debió realizar de un modo pacífico y organizado, como en Canadá o Australia.

Creo personalmente que todos los problemas que vive el país pueden ser resueltos de manera conjunta más que separada, sin embargo, las profundas divisiones y la corrupción hacen imposible cualquier progreso, además de otros problemas estructurales, cuya solución es inalcanzable actualmente y menos con las medidas populistas y una sociedad, que en su mayoría es ignorante y poco participativa.

Esperemos que no haya un estallido social y el territorio nacional vuelva a ser cortado, como ya se intentó y se logró décadas atrás. Parece lejos esta división, pero es un aviso de que las cosas están mal y de que no vamos por el rumbo correcto, quizá, porque quizá nunca hemos ido por él, desgraciadamente. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.

Hace más de 170 años, estados como California y Texas dejaron de ser parte de nuestro territorio nacional, hoy, vemos nuevamente algunos visos que nos hacen pensar en que la historia se podría repetir.

Antes de empezar propiamente la editorial de hoy, quiero señalar que la elección de Estados Unidos es un tema al que debemos estar atentos, indudablemente, pero no hay que festejar o entristecerse si gana o pierde Biden o Trump, recordemos que el mandatario norteamericano velará por los intereses de su país, nada más, y si por ahí hay un beneficio para México, por la intrínseca relación comercial y social, pues qué bueno, pero no esperemos una salvación de una sola persona, sea mexicana o extranjera.

Desde hace unos años y con mas intensidad actual, se ha gestado un movimiento que evoca la idea de separación de las entidades del norte: Baja California, Baja California Sur, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Sinaloa, Durango, Nuevo León, Zacatecas, Tamaulipas, Nayarit, Jalisco, Guanajuato, Aguascalientes y San Luis Potosí, bloque que algunos han llamado Nortexit. Esto se ha fortalecido con la exigencia de algunos mandatarios de esos estados que han pedido una mesa de dialogo con el presidente de la República, respecto a diversos temas que no han sido tratados. No es ningún secreto que esto lleva un matiz político, pero se nutre de el gran ánimo que tienen millones de mexicanos de ya no tener su nacionalidad actual.

Ya en múltiples ocasiones he referido opiniones fundadas acerca de la desunión que hay en nuestro país, la cual tiene siglos de existir, así que no estamos descubriendo el hilo negro, sino simplemente recalcamos las profundas divisiones ideológicas, sociales y económicas que hay en nuestra nación.

Por un momento pensemos en muchos clasemedieros altos de Monterrey, quienes prefiere ir al Black Friday que al Buen Fin, ellos aceptan abiertamente que les gustaría ser estadounidenses, inclusive hay páginas de Facebook donde se muestra esa intención.

También vimos las recientes declaraciones de Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, quien abiertamente se manifiesta sus diferencias con el gobierno federal, especialmente en materia fiscal. No es noticia que la actitud del ejecutivo federal despierta una gran controversia en la población, ya que hay quien lo ama y quien lo odia, situación que es un caldo de cultivo para estas voces que reclaman autonomía.

Estos movimientos no son algo nuevo como ya lo señalamos, pero hubo algunos que no tuvieron éxito como los siguientes: en el Siglo XIX, surgió la República del Rio Grande, en rechazo al centralismo de Santa Anna, de igual modo Zacatecas, Yucatán, Campeche y Quintana Roo quisieron hacer lo mismo en contra de ese caudillo tan controversial, ya que fue odiado, pero es innegable que la gente lo aclamaba y le rogó regresar al poder alguna vez.

México está unido por el llamado Pacto Federal, el cual constituye una base jurídica y política para la conformación del país, el cual obliga a las entidades a colaborar en una república, sin embargo, la situación puede desembocar en una ruptura que sería negativa, aun cuando se hiciera bajo un marco de legalidad.

También no podemos negar que hay una brecha enorme entre el norte y el sur del país, lo cual también es una constante geográfica en otros países, incluyendo a EU.

Los movimientos separatistas han estado más presentes en los últimos años, como el de Cataluña, pero recordemos que la independencia no significa prosperidad, esto lo deberíamos saber muy bien nosotros, ya que la Nueva España era una potencia y México nunca lo ha sido, con esto no quiero decir el movimiento emancipador no hubiese sido necesario, pero se debió realizar de un modo pacífico y organizado, como en Canadá o Australia.

Creo personalmente que todos los problemas que vive el país pueden ser resueltos de manera conjunta más que separada, sin embargo, las profundas divisiones y la corrupción hacen imposible cualquier progreso, además de otros problemas estructurales, cuya solución es inalcanzable actualmente y menos con las medidas populistas y una sociedad, que en su mayoría es ignorante y poco participativa.

Esperemos que no haya un estallido social y el territorio nacional vuelva a ser cortado, como ya se intentó y se logró décadas atrás. Parece lejos esta división, pero es un aviso de que las cosas están mal y de que no vamos por el rumbo correcto, quizá, porque quizá nunca hemos ido por él, desgraciadamente. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.