/ jueves 21 de julio de 2022

¿Se puede ser muy macho en la sociedad actual?

La lucha contra el régimen patriarcal se ha vuelto un signo de nuestros tiempos, las críticas en contra de los usos y costumbres basados en el poderío del varón son duramente criticados, todo en aras de un objetivo sumamente deseable: buscar una auténtica equidad de género.


Un 21 de julio de 1899 nació Ernest Hemingway, autor de grandes obras y cuya narrativa es de gran calidad, pero el día de hoy no me referiré al talento que tuvo el estadounidense en cuanto a las letras, sino a la personalidad que desplegó durante toda su vida y le dieron una fama de súper macho.

El autor de El viejo y el mar tenía una gran afición por el box, la caza, la pesca y las corridas de toros, participando en las dos guerras mundiales y volviendo como un héroe, además de ser un gran bebedor y gustar mucho de la compañía de diversas mujeres.

La figura de Hemingway ha sido admirada durante décadas por quienes exaltan la masculinidad, sin embargo, en estos tiempos parece que el ejemplo de quien gozaba con los San Fermines no es políticamente correcto.

En primer lugar, hay que hacer una distinción entre los conceptos de masculinidad y machismo. El primero nos refiere a un conjunto de características que posee un varón, las cuales lo identifican con un género, lo cual es muy válido. Si un sujeto quiere hacer suyas las condiciones designadas, social y naturalmente, a los hombres tradicionales está en todo su derecho. Lo anterior es diferente al estereotipo del macho y el machismo como tal, ya que este último se remite a las conductas e ideas que indican que el varón es superior a la mujer, lo cual evidentemente es equivocado.

Evidentemente la homofobia es algo que no puede caber en nuestra realidad, esta consiste en la aversión a quienes no son heterosexuales, lo cual es un acto de ignorancia, ya que, en todas las sociedades y en todas las épocas, ha existido la homosexualidad, por lo que se debe tomar como algo normal, pero esto es muy diferente a idealizar exageradamente a los miembros de la comunidad LGTB. Todos valemos lo mismo, independientemente de nuestra identidad o preferencia sexual.

Considero que el conflicto se soluciona aplicando un principio que se olvida mucho en México: cualquiera puede hacer lo que quiera mientras no afecte derechos de terceros, sin embargo, parece que ser heterosexual, tener éxito económico, ser muy masculino, vestir bien, tener auto deportivo y tener como pareja a una hermosa dama, además de ser taurino, se ha vuelto un objeto de un reproche total, lo cual me parece algo equivocado, ya que un sujeto como el descrito no está transgrediendo, solo por sus características, las libertades ni dignidad de nadie. Pienso ahora en muchos señores de estas condiciones, quienes son responsables y amorosos con su esposa, además de tener una conducta legal y moralmente ortodoxa para con todas las mujeres, constituyéndose como ciudadanos ejemplares.

En el caso del ganador del premio Nobel de Literatura podemos encontrar un reproche a su homofobia, con el peligro de caer en un anacronismo, pero no por eso deja de tener un gran talento y se constituye como una especie de ejemplo para quienes toman los buenos aspectos de él, como la valentía, el espíritu de aventura y la capacidad en cuanto a la creación literaria.

Respondiendo a la pregunta inicial creo que no se puede ser muy macho actualmente, más bien, se puede ser muy masculino, respetando a los demás en sus derechos y personalidad, creando una conjunción con la feminidad que puede resultar maravillosa, asumiendo que hay otros tipos de pareja y aceptando que no existe mejor o peor orientación sexual y que hay lugar para todos los gustos en el mundo, asumiendo que la felicidad, fin último de la persona, se puede encontrar de muy distintos modos. “Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado”, frase de Hemingway que evoco en estos tiempos de tanta adversidad y donde las palabras de este escritor nos enseñan que debemos tener fortaleza ante la adversidad y mucha dignidad, aun en la más nefasto de los fracasos.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.


La lucha contra el régimen patriarcal se ha vuelto un signo de nuestros tiempos, las críticas en contra de los usos y costumbres basados en el poderío del varón son duramente criticados, todo en aras de un objetivo sumamente deseable: buscar una auténtica equidad de género.


Un 21 de julio de 1899 nació Ernest Hemingway, autor de grandes obras y cuya narrativa es de gran calidad, pero el día de hoy no me referiré al talento que tuvo el estadounidense en cuanto a las letras, sino a la personalidad que desplegó durante toda su vida y le dieron una fama de súper macho.

El autor de El viejo y el mar tenía una gran afición por el box, la caza, la pesca y las corridas de toros, participando en las dos guerras mundiales y volviendo como un héroe, además de ser un gran bebedor y gustar mucho de la compañía de diversas mujeres.

La figura de Hemingway ha sido admirada durante décadas por quienes exaltan la masculinidad, sin embargo, en estos tiempos parece que el ejemplo de quien gozaba con los San Fermines no es políticamente correcto.

En primer lugar, hay que hacer una distinción entre los conceptos de masculinidad y machismo. El primero nos refiere a un conjunto de características que posee un varón, las cuales lo identifican con un género, lo cual es muy válido. Si un sujeto quiere hacer suyas las condiciones designadas, social y naturalmente, a los hombres tradicionales está en todo su derecho. Lo anterior es diferente al estereotipo del macho y el machismo como tal, ya que este último se remite a las conductas e ideas que indican que el varón es superior a la mujer, lo cual evidentemente es equivocado.

Evidentemente la homofobia es algo que no puede caber en nuestra realidad, esta consiste en la aversión a quienes no son heterosexuales, lo cual es un acto de ignorancia, ya que, en todas las sociedades y en todas las épocas, ha existido la homosexualidad, por lo que se debe tomar como algo normal, pero esto es muy diferente a idealizar exageradamente a los miembros de la comunidad LGTB. Todos valemos lo mismo, independientemente de nuestra identidad o preferencia sexual.

Considero que el conflicto se soluciona aplicando un principio que se olvida mucho en México: cualquiera puede hacer lo que quiera mientras no afecte derechos de terceros, sin embargo, parece que ser heterosexual, tener éxito económico, ser muy masculino, vestir bien, tener auto deportivo y tener como pareja a una hermosa dama, además de ser taurino, se ha vuelto un objeto de un reproche total, lo cual me parece algo equivocado, ya que un sujeto como el descrito no está transgrediendo, solo por sus características, las libertades ni dignidad de nadie. Pienso ahora en muchos señores de estas condiciones, quienes son responsables y amorosos con su esposa, además de tener una conducta legal y moralmente ortodoxa para con todas las mujeres, constituyéndose como ciudadanos ejemplares.

En el caso del ganador del premio Nobel de Literatura podemos encontrar un reproche a su homofobia, con el peligro de caer en un anacronismo, pero no por eso deja de tener un gran talento y se constituye como una especie de ejemplo para quienes toman los buenos aspectos de él, como la valentía, el espíritu de aventura y la capacidad en cuanto a la creación literaria.

Respondiendo a la pregunta inicial creo que no se puede ser muy macho actualmente, más bien, se puede ser muy masculino, respetando a los demás en sus derechos y personalidad, creando una conjunción con la feminidad que puede resultar maravillosa, asumiendo que hay otros tipos de pareja y aceptando que no existe mejor o peor orientación sexual y que hay lugar para todos los gustos en el mundo, asumiendo que la felicidad, fin último de la persona, se puede encontrar de muy distintos modos. “Un hombre puede ser destruido, pero no derrotado”, frase de Hemingway que evoco en estos tiempos de tanta adversidad y donde las palabras de este escritor nos enseñan que debemos tener fortaleza ante la adversidad y mucha dignidad, aun en la más nefasto de los fracasos.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.