/ viernes 28 de agosto de 2020

Senectud

En un sobrecogedor estudio realizado por el Dr. Sergio Juárez Rugerio, especialista en Medicina Geriátrica, de la facultad de Medicina de la UPAEP, se da a conocer que el 40% de los más de 600 mil adultos mayores existentes en Puebla empeoró su calidad de vida a causa de la pandemia, teniendo como principales problemas de salud la ansiedad y la depresión debido principalmente a que el encierro se ha convertido en una verdadera prisión al no poder salir a la calle o a algún parque público y la consecuente reducción de espacios para hacer ejercicio físico y mental, el ambiente de incertidumbre que se vive y la falta de diálogos presenciales con sus seres queridos. A lo anterior se agrega que aumentaron los problemas en las capacidades funcionales, los problemas urinarios y de tipo respiratorio.

Desgraciadamente muchos adultos mayores enfrentan la pandemia con enfermedades crónico-degenerativas, como diabetes, hipertensión y obesidad; y muchos presentan cuadros de problemas cardiovasculares, inmovilidad, incontinencia, desnutrición, disminución de la capacidad visual y la auditiva, aunado a trastornos demenciales.

En el país el 12% de la población, es decir, poco más de 15 millones de personas son consideradas adultos mayores, de los cuales el 41% vive en condiciones de pobreza y el 60% no tiene acceso a Instituciones de Seguridad Social. Indudablemente este es un grave problema social que el Estado y la sociedad deberemos afrontar cuanto antes, no solo porque la población adulta mayor aumenta, sino porque también, por los adelantos médicos, ha aumentado la expectativa de vida de las personas, que en México frisa en los 70 años y que obliga a contemplar ya una cuarta edad, que por encima de todo requiere atención, cuidado y calidad de vida.

En los pueblos antiguos existía un verdadero culto a la vejez. La gente mayor era venerada y considerada sabia y por lo tanto consejera de reyes y emperadores. Emanuel Kant escribió a los 70 años Antropología y Metafísica de las Éticas y conflicto de las facultades; Alfredo Tennyson a los 73 escribió Bequet; el Tintoretto a los 74 años realizó su inmensa obra El Paraíso; Guiseppi Verdi a los 74 produjo su obra maestra Otello, a los 80 Falsifall, a los 85 el famoso Ave María y su Te Deum; Catón a los 80 años empezó el estudio del idioma griego; Goethe a los 80 años terminó Fausto y Tiziano a los 96 pintó su famosa obra La batalla de Lepanto.

A propósito del tema desempolvé un libro escrito por el gran jurista e intelectual de nuestro tiempo Norberto Bobbio, llamado De Senectute, compaginado con su biografía y que escribió a sus 86 años, después de su best seller Derecha e Izquierda. Les dejo su pensamiento luminoso: “Mientras que el mundo del futuro está abierto a la imaginación, y ya no te pertenece, el mundo del pasado es aquél dónde a través de la remembranza te refugias en ti mismo, reconstruyes tu identidad, que se ha ido formando y revelando en la interrumpida serie de todos los actos de la vida, concatenados entre sí, te juzgas, te absuelves, te condenas, y también puedes intentar, cuando el curso de la vida está a punto de consumarse, trazar el balance final. Hay que apresurarse. El viejo vive de recuerdos y para los recuerdos, pero su memoria se debilita día tras día. El tiempo de la memoria avanza al contrario que el real: los recuerdos que afloran en la reminiscencia son tanto más vivos cuanto más alejados en el tiempo están aquellos sucesos. Pero sabes también que lo que ha quedado, o lo que has logrado sacar de aquel pozo sin fondo, no es sino una parte infinitesimal de la historia de tu vida. No te detengas. No dejes de seguir sacando. Cada rostro, cada gesto, cada palabra, cada canto por lejano que sea, recordados cuando parecían perdidos para siempre, te ayudan a sobrevivir.”

Escúchame mañana sábado a las 9:00 am. En ABC Radio 1280 am. Y recuerda que, “LO QUE CUESTA DINERO VALE POCO”

En un sobrecogedor estudio realizado por el Dr. Sergio Juárez Rugerio, especialista en Medicina Geriátrica, de la facultad de Medicina de la UPAEP, se da a conocer que el 40% de los más de 600 mil adultos mayores existentes en Puebla empeoró su calidad de vida a causa de la pandemia, teniendo como principales problemas de salud la ansiedad y la depresión debido principalmente a que el encierro se ha convertido en una verdadera prisión al no poder salir a la calle o a algún parque público y la consecuente reducción de espacios para hacer ejercicio físico y mental, el ambiente de incertidumbre que se vive y la falta de diálogos presenciales con sus seres queridos. A lo anterior se agrega que aumentaron los problemas en las capacidades funcionales, los problemas urinarios y de tipo respiratorio.

Desgraciadamente muchos adultos mayores enfrentan la pandemia con enfermedades crónico-degenerativas, como diabetes, hipertensión y obesidad; y muchos presentan cuadros de problemas cardiovasculares, inmovilidad, incontinencia, desnutrición, disminución de la capacidad visual y la auditiva, aunado a trastornos demenciales.

En el país el 12% de la población, es decir, poco más de 15 millones de personas son consideradas adultos mayores, de los cuales el 41% vive en condiciones de pobreza y el 60% no tiene acceso a Instituciones de Seguridad Social. Indudablemente este es un grave problema social que el Estado y la sociedad deberemos afrontar cuanto antes, no solo porque la población adulta mayor aumenta, sino porque también, por los adelantos médicos, ha aumentado la expectativa de vida de las personas, que en México frisa en los 70 años y que obliga a contemplar ya una cuarta edad, que por encima de todo requiere atención, cuidado y calidad de vida.

En los pueblos antiguos existía un verdadero culto a la vejez. La gente mayor era venerada y considerada sabia y por lo tanto consejera de reyes y emperadores. Emanuel Kant escribió a los 70 años Antropología y Metafísica de las Éticas y conflicto de las facultades; Alfredo Tennyson a los 73 escribió Bequet; el Tintoretto a los 74 años realizó su inmensa obra El Paraíso; Guiseppi Verdi a los 74 produjo su obra maestra Otello, a los 80 Falsifall, a los 85 el famoso Ave María y su Te Deum; Catón a los 80 años empezó el estudio del idioma griego; Goethe a los 80 años terminó Fausto y Tiziano a los 96 pintó su famosa obra La batalla de Lepanto.

A propósito del tema desempolvé un libro escrito por el gran jurista e intelectual de nuestro tiempo Norberto Bobbio, llamado De Senectute, compaginado con su biografía y que escribió a sus 86 años, después de su best seller Derecha e Izquierda. Les dejo su pensamiento luminoso: “Mientras que el mundo del futuro está abierto a la imaginación, y ya no te pertenece, el mundo del pasado es aquél dónde a través de la remembranza te refugias en ti mismo, reconstruyes tu identidad, que se ha ido formando y revelando en la interrumpida serie de todos los actos de la vida, concatenados entre sí, te juzgas, te absuelves, te condenas, y también puedes intentar, cuando el curso de la vida está a punto de consumarse, trazar el balance final. Hay que apresurarse. El viejo vive de recuerdos y para los recuerdos, pero su memoria se debilita día tras día. El tiempo de la memoria avanza al contrario que el real: los recuerdos que afloran en la reminiscencia son tanto más vivos cuanto más alejados en el tiempo están aquellos sucesos. Pero sabes también que lo que ha quedado, o lo que has logrado sacar de aquel pozo sin fondo, no es sino una parte infinitesimal de la historia de tu vida. No te detengas. No dejes de seguir sacando. Cada rostro, cada gesto, cada palabra, cada canto por lejano que sea, recordados cuando parecían perdidos para siempre, te ayudan a sobrevivir.”

Escúchame mañana sábado a las 9:00 am. En ABC Radio 1280 am. Y recuerda que, “LO QUE CUESTA DINERO VALE POCO”