/ sábado 2 de noviembre de 2019

Sin ilusiones ni autenticidad, un hombre también está muerto

En estos días dedicados a los difuntos, tenemos que hacer una reflexión acerca del significado de la muerte, no solo como la cesación de las funciones vitales de un organismo, sino como la renuncia a aspectos fundamentales que nos hacen sentir vivos y más humanos.

El mundo es un océano infinito de creencias y valores, una mezcla colosal de voces y pensamientos, los cuales indudablemente no pueden ser ajenos a las directrices dictadas por la sociedad y los gobiernos. Ya hace mucho se expuso la teoría del “contrato social” de Rousseau, en la cual el ser humano cede parte de su soberanía para que exista un órgano supraordenado que ponga orden, paz y justicia, o sea, el Estado.

Pese al encuadramiento que tenemos que hacer de nuestra conducta, aún nos queda un margen bastante amplio en el que nos podemos desarrollar; hacer lo que queramos; y llevar a la realidad lo imaginado. Es ahí donde radica nuestra libertad y capacidad para ser felices.

Infortunadamente en este mundo de simulaciones, el mensaje de ser auténtico es muy mencionado, especialmente por las grandes marcas y el imaginario que pretende vender una imagen atractiva, sin embargo, en la actualidad lo menos original es ser original, ya que este último adjetivo se ha orientado a las modas. Por ejemplo, ahora vemos a muchas personas enseñando sus tatuajes, como si fueran elementos que dieran realce y tuvieran un significado profundo, cuando en la realidad y en algunos casos, se tornan manchas vulgares que alteran algo tan sagrado como es el cuerpo, aparte del estereotipo que encierran y que es objeto de una discriminación manifiesta.

Tenemos también a quienes renuncian a sus sueños, lo cual hasta cierto punto es normal ya que el “envejecimiento social”, explicado por J. Paul Sartre, indica que, conforme pasa el tiempo, cada vez es más difícil realizar proyectos, pese a esto, tenemos a adultos jóvenes, inclusive jóvenes y adolescentes, que manifiestan un supuesto hartazgo que lo único que hace es reflejar un ánimo caído. Tenemos varios ejemplos de quien dice “a mi edad no me importa arreglarme para ver a mi pareja”, como si fuera un síntoma de seguridad, cuando en realidad es una pérdida de ilusiones y entusiasmo, lo cual es auténtica tragedia.

En cuanto a la autenticidad tenemos a quien no realiza algunos actos simples e inofensivos por miedo al rechazo social, como usar un disfraz siendo adulto o bailar unos instantes en la oficina, es más, tenemos el ejemplo de los políticos que nunca usan gafas obscuras o toman una copa en público porque un asesor de imagen se los dice, dejando atrás los gustos personales que son una parte importantísima de la satisfacción personal.

Actualmente México y el mundo están sumidos en la masificación y en el poder de las redes sociales, tan llenas de mentiras, falsas apariencias y complejos de gente tiene la urgente necesidad de ser reconocidos de alguna u otra forma, pero que en la realidad tiene pocos amigos, una pobre vida social y una insatisfacción interna que se traduce en tantos insultos y pseudo opiniones especializas acerca de cualquier tema.

Nunca he estado en agonía, pero con base en algunos testimonios, creo que al final de la existencia lo único que queda es la satisfacción de haber hecho lo deseado y haber tenido más acciones que inspiren orgullo más que arrepentimiento. Feliz Día de Todos Santos y Fieles Difuntos. Hasta la próxima semana.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.

En estos días dedicados a los difuntos, tenemos que hacer una reflexión acerca del significado de la muerte, no solo como la cesación de las funciones vitales de un organismo, sino como la renuncia a aspectos fundamentales que nos hacen sentir vivos y más humanos.

El mundo es un océano infinito de creencias y valores, una mezcla colosal de voces y pensamientos, los cuales indudablemente no pueden ser ajenos a las directrices dictadas por la sociedad y los gobiernos. Ya hace mucho se expuso la teoría del “contrato social” de Rousseau, en la cual el ser humano cede parte de su soberanía para que exista un órgano supraordenado que ponga orden, paz y justicia, o sea, el Estado.

Pese al encuadramiento que tenemos que hacer de nuestra conducta, aún nos queda un margen bastante amplio en el que nos podemos desarrollar; hacer lo que queramos; y llevar a la realidad lo imaginado. Es ahí donde radica nuestra libertad y capacidad para ser felices.

Infortunadamente en este mundo de simulaciones, el mensaje de ser auténtico es muy mencionado, especialmente por las grandes marcas y el imaginario que pretende vender una imagen atractiva, sin embargo, en la actualidad lo menos original es ser original, ya que este último adjetivo se ha orientado a las modas. Por ejemplo, ahora vemos a muchas personas enseñando sus tatuajes, como si fueran elementos que dieran realce y tuvieran un significado profundo, cuando en la realidad y en algunos casos, se tornan manchas vulgares que alteran algo tan sagrado como es el cuerpo, aparte del estereotipo que encierran y que es objeto de una discriminación manifiesta.

Tenemos también a quienes renuncian a sus sueños, lo cual hasta cierto punto es normal ya que el “envejecimiento social”, explicado por J. Paul Sartre, indica que, conforme pasa el tiempo, cada vez es más difícil realizar proyectos, pese a esto, tenemos a adultos jóvenes, inclusive jóvenes y adolescentes, que manifiestan un supuesto hartazgo que lo único que hace es reflejar un ánimo caído. Tenemos varios ejemplos de quien dice “a mi edad no me importa arreglarme para ver a mi pareja”, como si fuera un síntoma de seguridad, cuando en realidad es una pérdida de ilusiones y entusiasmo, lo cual es auténtica tragedia.

En cuanto a la autenticidad tenemos a quien no realiza algunos actos simples e inofensivos por miedo al rechazo social, como usar un disfraz siendo adulto o bailar unos instantes en la oficina, es más, tenemos el ejemplo de los políticos que nunca usan gafas obscuras o toman una copa en público porque un asesor de imagen se los dice, dejando atrás los gustos personales que son una parte importantísima de la satisfacción personal.

Actualmente México y el mundo están sumidos en la masificación y en el poder de las redes sociales, tan llenas de mentiras, falsas apariencias y complejos de gente tiene la urgente necesidad de ser reconocidos de alguna u otra forma, pero que en la realidad tiene pocos amigos, una pobre vida social y una insatisfacción interna que se traduce en tantos insultos y pseudo opiniones especializas acerca de cualquier tema.

Nunca he estado en agonía, pero con base en algunos testimonios, creo que al final de la existencia lo único que queda es la satisfacción de haber hecho lo deseado y haber tenido más acciones que inspiren orgullo más que arrepentimiento. Feliz Día de Todos Santos y Fieles Difuntos. Hasta la próxima semana.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.