/ miércoles 20 de octubre de 2021

Sin Prudencia | ¿Corregir el rumbo con viejas prácticas?

Para nadie es un secreto que los partidos políticos, candidatos y operadores políticos ofrezcan, en tiempos de campaña tal o cual espacio, puesto, posición, obra, permiso… a cambio de apoyos en especie, en efectivo, movilizaciones o lo que se ofrezca.

El problema para quienes obtienen el triunfo llega cuando se debe de cumplir esas promesas porque algunas implican ciertos acuerdos en lo oscurito y prácticas que pueden no dejar bien parados a los personajes que empeñan su palabra.

Es el caso de lo ocurrido con comerciantes del tianguis de La Piedad Nacozari que se sienten decepcionados de haber apoyado la campaña del ahora presidente municipal Eduardo Rivera Pérez pues tenían la promesa de que la agrupación Lucio Cabañas asumiría el control de ese espacio.

Quienes apalabraron que los tianguistas apoyaran la campaña del ahora presidente municipal fueron los panistas, Gustavo Magaña, conocido en la región de San Martín Texmelucan junto con el ahora regidor Miguel Mantilla Martínez y el líder de esa agrupación, de nombre Antonio Islas.

Restaurante de Sonata fueron puntos de encuentro para sellar los acuerdos.

Derivado de esas reuniones y una vez que se concretó el triunfo, los panistas dieron luz verde a la supuesta estrategia para cumplirle a la agrupación Lucio Cabañas que tendría el objetivo de no empañar a la nueva autoridad municipal y, por el contrario, endosarlo como un tema heredado por la ahora exalcaldesa Claudia Rivera Vivanco.

Acomodar las cosas, pues, antes de iniciada esta administración para que no fuera un tema con el que se debiera arrastrar en un arranque de gobierno.

Fue así que el pasado 4 de septiembre Lucio Cabañas y un grupo de choque de unas 40 personas irrumpieron de manera violenta a las oficinas del tianguis y se hizo del control del lugar, pero solamente fue por una semana.

Un video que acompaña la versión web de esta columna muestra la forma en la que quedaron las instalaciones, pero del tema no hubo mucha resonancia, pues se pretendió que no hubiera escándalo.

A la semana siguiente Magaña y Mantilla pidieron a Cabañas y a su gente que desistieran de mantener la administración del tianguis con la promesa de que más adelante les darían otro espacio.

En su lugar llegó gente del Movimiento de Organizaciones Sociales Unidas por Puebla (MOSUP) encabezado por Moisés Ortiz Bracho, quien también respaldó la campaña panista en Puebla capital.

¿Sabrá el alcalde Eduardo Rivera que se hicieron este tipo de compromisos en su nombre o de su causa?

Este caso se supo por el descontento porque un líder de tianguistas no les cumplió a sus agremiados en la entrega de un espacio, no obstante, por ahí puede haber otros casos que dibujan que la política, por si había dudas, se practica muy similar en distintos partidos.

Para nadie es un secreto que los partidos políticos, candidatos y operadores políticos ofrezcan, en tiempos de campaña tal o cual espacio, puesto, posición, obra, permiso… a cambio de apoyos en especie, en efectivo, movilizaciones o lo que se ofrezca.

El problema para quienes obtienen el triunfo llega cuando se debe de cumplir esas promesas porque algunas implican ciertos acuerdos en lo oscurito y prácticas que pueden no dejar bien parados a los personajes que empeñan su palabra.

Es el caso de lo ocurrido con comerciantes del tianguis de La Piedad Nacozari que se sienten decepcionados de haber apoyado la campaña del ahora presidente municipal Eduardo Rivera Pérez pues tenían la promesa de que la agrupación Lucio Cabañas asumiría el control de ese espacio.

Quienes apalabraron que los tianguistas apoyaran la campaña del ahora presidente municipal fueron los panistas, Gustavo Magaña, conocido en la región de San Martín Texmelucan junto con el ahora regidor Miguel Mantilla Martínez y el líder de esa agrupación, de nombre Antonio Islas.

Restaurante de Sonata fueron puntos de encuentro para sellar los acuerdos.

Derivado de esas reuniones y una vez que se concretó el triunfo, los panistas dieron luz verde a la supuesta estrategia para cumplirle a la agrupación Lucio Cabañas que tendría el objetivo de no empañar a la nueva autoridad municipal y, por el contrario, endosarlo como un tema heredado por la ahora exalcaldesa Claudia Rivera Vivanco.

Acomodar las cosas, pues, antes de iniciada esta administración para que no fuera un tema con el que se debiera arrastrar en un arranque de gobierno.

Fue así que el pasado 4 de septiembre Lucio Cabañas y un grupo de choque de unas 40 personas irrumpieron de manera violenta a las oficinas del tianguis y se hizo del control del lugar, pero solamente fue por una semana.

Un video que acompaña la versión web de esta columna muestra la forma en la que quedaron las instalaciones, pero del tema no hubo mucha resonancia, pues se pretendió que no hubiera escándalo.

A la semana siguiente Magaña y Mantilla pidieron a Cabañas y a su gente que desistieran de mantener la administración del tianguis con la promesa de que más adelante les darían otro espacio.

En su lugar llegó gente del Movimiento de Organizaciones Sociales Unidas por Puebla (MOSUP) encabezado por Moisés Ortiz Bracho, quien también respaldó la campaña panista en Puebla capital.

¿Sabrá el alcalde Eduardo Rivera que se hicieron este tipo de compromisos en su nombre o de su causa?

Este caso se supo por el descontento porque un líder de tianguistas no les cumplió a sus agremiados en la entrega de un espacio, no obstante, por ahí puede haber otros casos que dibujan que la política, por si había dudas, se practica muy similar en distintos partidos.