/ martes 26 de abril de 2022

Sin Prudencia | Pepe Chedrahui mira a la alcaldía

El nombre de José Chedraui Budib volverá a la palestra política conforme se acerquen los tiempos del 2024, como una carta que busque la candidatura a la presidencia municipal de la coalición que de manera cantada repetirán PAN, PRI y PRD.

Los promotores del priista aseguran que trabaja, con bajo perfil, en esta aspiración para, cuando lleguen los tiempos, cuente con terreno avanzado en una hipotética negociación, donde el PAN lleve mano, con Eduardo Rivera Pérez como aspirante a la gubernatura y él como mancuerna, por la alcaldía capitalina.

No es la primera ocasión en que el nombre del también empresario y exdiputado local surge; apenas en la contienda pasada, en la que Rivera Pérez apareció como candidato, Chedraui Budib figuró como la posibilidad del PRI e incluso de la derrocada presidenta estatal panista Genoveva Huerta Villegas en su intento de que no llegara el ahora alcalde.

En ese momento, el político textilero declinó hacer pronunciamientos durante las negociaciones de la candidatura y cuando se definió en favor del panista tampoco hizo algún señalamiento.

Entre los priistas que dan por buena esta posibilidad se habla incluso de que hay un buen entendimiento entre el hoy alcalde y el empresario; de que ya han sostenido reuniones que abonan a la posibilidad de que el PAN ceda el espacio para un priista que también tiene el visto bueno del sector empresarial.

Lo que falta ver es si en efecto, el panismo de la capital poblana entrega, sin más, un espacio que gobiernan en aras de conseguir un escaño mayor en la gubernatura que se enmarca en el nada sencillo escenario de una elección presidencial concurrente y del partido Morena que viene arrasando en las elecciones de gobiernos estatales.

No dude que un Mario Riestra Piña, un Eduardo Alcántara Montiel, una Ana Teresa Aranda Orozco o un Oswaldo Jiménez López, buscarán que la nominación recaiga en sus personas.

Y del lado priista, ya se vio que hay otra expresión, la del legislador priista Jorge Estefan Chidiac, que se opone a seguir la candidatura a la gubernatura para el PAN y se reparte para sí mismo, desde ya, la principal candidatura a nivel estatal y perfila a Blanca Alcalá Ruiz como su segunda para la alcaldía, más en el tono de un juego de negociaciones futuras que de realidad política.

Algo más que discursos deberán hacer los priistas para asegurar que las intenciones de votos que tienen por sí mismos les son suficientes para pelear por la candidatura de Puebla capital.

Lo que es evidente es que la efervescencia por la nominación a la presidencia municipal tendrá mayor intensidad en el imaginario de los políticos opositores al partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) porque dan por hecho que resultará más sencillo mantener la capital del estado que la gubernatura, dado el nivel de desgaste de la marca del presidente Andrés Manuel López Obrador con la pasada gestión de Claudia Rivera Pérez.


Hasta la próxima.

El nombre de José Chedraui Budib volverá a la palestra política conforme se acerquen los tiempos del 2024, como una carta que busque la candidatura a la presidencia municipal de la coalición que de manera cantada repetirán PAN, PRI y PRD.

Los promotores del priista aseguran que trabaja, con bajo perfil, en esta aspiración para, cuando lleguen los tiempos, cuente con terreno avanzado en una hipotética negociación, donde el PAN lleve mano, con Eduardo Rivera Pérez como aspirante a la gubernatura y él como mancuerna, por la alcaldía capitalina.

No es la primera ocasión en que el nombre del también empresario y exdiputado local surge; apenas en la contienda pasada, en la que Rivera Pérez apareció como candidato, Chedraui Budib figuró como la posibilidad del PRI e incluso de la derrocada presidenta estatal panista Genoveva Huerta Villegas en su intento de que no llegara el ahora alcalde.

En ese momento, el político textilero declinó hacer pronunciamientos durante las negociaciones de la candidatura y cuando se definió en favor del panista tampoco hizo algún señalamiento.

Entre los priistas que dan por buena esta posibilidad se habla incluso de que hay un buen entendimiento entre el hoy alcalde y el empresario; de que ya han sostenido reuniones que abonan a la posibilidad de que el PAN ceda el espacio para un priista que también tiene el visto bueno del sector empresarial.

Lo que falta ver es si en efecto, el panismo de la capital poblana entrega, sin más, un espacio que gobiernan en aras de conseguir un escaño mayor en la gubernatura que se enmarca en el nada sencillo escenario de una elección presidencial concurrente y del partido Morena que viene arrasando en las elecciones de gobiernos estatales.

No dude que un Mario Riestra Piña, un Eduardo Alcántara Montiel, una Ana Teresa Aranda Orozco o un Oswaldo Jiménez López, buscarán que la nominación recaiga en sus personas.

Y del lado priista, ya se vio que hay otra expresión, la del legislador priista Jorge Estefan Chidiac, que se opone a seguir la candidatura a la gubernatura para el PAN y se reparte para sí mismo, desde ya, la principal candidatura a nivel estatal y perfila a Blanca Alcalá Ruiz como su segunda para la alcaldía, más en el tono de un juego de negociaciones futuras que de realidad política.

Algo más que discursos deberán hacer los priistas para asegurar que las intenciones de votos que tienen por sí mismos les son suficientes para pelear por la candidatura de Puebla capital.

Lo que es evidente es que la efervescencia por la nominación a la presidencia municipal tendrá mayor intensidad en el imaginario de los políticos opositores al partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) porque dan por hecho que resultará más sencillo mantener la capital del estado que la gubernatura, dado el nivel de desgaste de la marca del presidente Andrés Manuel López Obrador con la pasada gestión de Claudia Rivera Pérez.


Hasta la próxima.