En la última década hemos incrementado el uso de tecnologías de la información y la comunicación, herramientas digitales e instrumentos que nos deberían de ayudar para simplificarnos el día a día.
No obstante, estos dos últimos años de pandemia nos han impactado en la forma de relacionamos como sociedad, con nuestros familiares, amigos, vecinos y con los compañeros de trabajo.
En este sentido, recupero lo que plantea el escritor Keith Ferrazzi, en el sentido de que vivimos en un mundo hiperconectado, de redes sociales y grupos “online”. Sin embargo, muchas veces olvidamos las relaciones que más nos deberían importar: las humanas.
El especialista hace énfasis en que las relaciones humanas pueden transformarse en redes de apoyo esenciales para nuestras vidas, tanto a nivel personal como profesional. Para él, el secreto del éxito vital y laboral se basa en crear redes de contacto desde la sinceridad, la generosidad y la ayuda mutua.
De igual forma, sostiene que todo está interconectado. Nada existe de forma aislada y nadie mejora su vida en soledad. La mujer o el hombre “hecho a sí mismo” no existe, todos estamos hechos de miles de otros.
El escritor propone relacionarse con personas con generosidad y ayuda. Conocerlas y averiguar qué les interesa, qué quieren hacer para lograr el éxito y luego hacer voluntariado en tu tiempo, hacer lo que sea para ser útil para estas personas. A partir de esta relación construida, estas personas empezarán a ser generosas contigo. Aprender a conectar es la clave, siempre desde la generosidad.
También recomienda que una vez que se está ahí se tiene que ser auténtico y cuidadoso, ser amable, ser generoso y asegurarte de que la relación crezca.
De igual forma, Ferrazzi menciona que siempre hay que ser generoso, porque si la gente sabe que serás generoso, estarán encantados de presentarte a alguien. Si creen que eres un aprovechado o un oportunista, que solo vas a pedir cosas para tu beneficio, no te presentarán a nadie.
Asimismo, recomienda que no hay que seguir dando a la gente que es codiciosa y recibe, pero no da. En ese caso menciona: no hagas nada y deja que la relación se extinga. Si eres una de esas personas que aparece y dice: “Muy bien, tenemos este tiempo y eso es lo que quiero de ti, eso es lo que te daré”. Es transaccional, no hay lealtad en ello.
Finalmente, puntualiza que cuando pasamos un breve periodo de tiempo con alguien, podemos quedarnos en la superficie o profundizar. Y eso depende de cómo dirigimos la conversación.
Sin duda, estas recomendaciones nos ayudan a reflexionar de qué forma estamos generando relaciones con otras personas y cómo estamos construyendo esa red que nos permita evolucionar como sociedad.
Y tú, ¿qué más nos puedes comentar sobre la sinceridad y la generosidad en las relaciones humanas? Te invito a dejar tu mensaje en mi página de Facebook David Villanueva Lomelí. Con los Hashtags #Puebla y #VívelaBien.
Como señaló el escritor estadounidense Dale Carnegie: “El interés, lo mismo que todo lo demás en las relaciones humanas, debe ser sincero. Debe dar dividendos no sólo a la persona que muestra el interés, sino también a la que recibe la atención. Es una vía de dos manos: las dos partes se benefician.”
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