/ domingo 7 de marzo de 2021

¿Suficiente enojo?

Después de la marcha del 8 de marzo 2020 en México, el movimiento vivió un suspenso con la pandemia, así como toda la vida se vio afectada. Las demandas de justicia, seguridad, respeto al cuerpo del otro, son todavía vigentes porque aún no se resuelven. ¿Qué ha sucedido en pandemia?

Transitar en la calle por las noches, asistir a los antros, viajar en transporte público, y otras actividades que exponen a las mujeres a la violencia, no es privativo tampoco para ellas. También ocurre a hombres, ancianos, niños, a cualquiera. Homicidios, secuestros, violencia intrafamiliar, son eventos que existen y con los que coexistimos, de los que no hay solución todavía, y probablemente no la habrá en muchos años.

La psicóloga norteamericana Lenore E. Walker plantea el círculo de violencia contra la mujer sobre todo en una relación de pareja, una espiral de la inseguridad que va creciendo ¿puede considerarse que no tiene fin? Los movimientos sociales posmodernos, al menos en los veinte años de este siglo, han diversificado las demandas porque también los derechos humanos han sufrido una transformación importante, pero pareciera que los problemas han crecido en lugar de solucionarse.

Es comprensible el enojo que muestran muchos mujeres y hombres por ver sus derechos individuales transgredidos. Es comprensible que haya marchas que denuncien y hagan demandas, incluso es comprensible que los grupos radicales del movimiento feminista (que en realidad son muchos movimientos), hagan destrozos “para visibilizar a las mujeres sin voz”, o porque solo así harán caso las autoridades. Hay un enojo acumulado, mujeres que se hacen repositorio del enojo de otras, contemporáneas y ancestrales que asumen ese enojo como la fuerza vital para ser solidarias, es comprensible también.

Por otro lado, los gobiernos no atinan a satisfacer demandas que son históricas, como la seguridad o la impartición de justicia, no se diga ahora si se agregan los adjetivos feministas: crímenes de odio, violencia intrafamiliar contra la mujer, aprobación del aborto, etc. Pero ¿es comprensible que los gobiernos no tengan las respuestas para solucionar de una vez por todas las demandas feministas?

Es previsible que este 8 de marzo se lleve a cabo una marcha, en gran parte virtual, para continuar con una lucha que es histórica, una lucha que acumula enojo pero que tal vez no es suficiente aún para que la respuesta de los gobiernos sea inmediata. Hay gobiernos empáticos pero otros que no comulgan con las demandas feministas, porque no las comprenden de fondo.

Hechos como la postulación de candidatos identificados por su machismo en esta jornada electoral, hacen crecer el enojo, hacen revivir la furia contenida, hacen que los movimientos se legitimen. No es sólo la acción de gobierno, es también la congruencia con una cultura que se abre a los cambios generacionales.

Seguramente van a pasar otros lustros más para comprender muchas de las demandas feministas, mientras tanto los movimientos seguirán detonando y representando a quienes no tienen voz, y tal vez acumulando aún más enojo contra los que pueden y no solucionan.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com

Después de la marcha del 8 de marzo 2020 en México, el movimiento vivió un suspenso con la pandemia, así como toda la vida se vio afectada. Las demandas de justicia, seguridad, respeto al cuerpo del otro, son todavía vigentes porque aún no se resuelven. ¿Qué ha sucedido en pandemia?

Transitar en la calle por las noches, asistir a los antros, viajar en transporte público, y otras actividades que exponen a las mujeres a la violencia, no es privativo tampoco para ellas. También ocurre a hombres, ancianos, niños, a cualquiera. Homicidios, secuestros, violencia intrafamiliar, son eventos que existen y con los que coexistimos, de los que no hay solución todavía, y probablemente no la habrá en muchos años.

La psicóloga norteamericana Lenore E. Walker plantea el círculo de violencia contra la mujer sobre todo en una relación de pareja, una espiral de la inseguridad que va creciendo ¿puede considerarse que no tiene fin? Los movimientos sociales posmodernos, al menos en los veinte años de este siglo, han diversificado las demandas porque también los derechos humanos han sufrido una transformación importante, pero pareciera que los problemas han crecido en lugar de solucionarse.

Es comprensible el enojo que muestran muchos mujeres y hombres por ver sus derechos individuales transgredidos. Es comprensible que haya marchas que denuncien y hagan demandas, incluso es comprensible que los grupos radicales del movimiento feminista (que en realidad son muchos movimientos), hagan destrozos “para visibilizar a las mujeres sin voz”, o porque solo así harán caso las autoridades. Hay un enojo acumulado, mujeres que se hacen repositorio del enojo de otras, contemporáneas y ancestrales que asumen ese enojo como la fuerza vital para ser solidarias, es comprensible también.

Por otro lado, los gobiernos no atinan a satisfacer demandas que son históricas, como la seguridad o la impartición de justicia, no se diga ahora si se agregan los adjetivos feministas: crímenes de odio, violencia intrafamiliar contra la mujer, aprobación del aborto, etc. Pero ¿es comprensible que los gobiernos no tengan las respuestas para solucionar de una vez por todas las demandas feministas?

Es previsible que este 8 de marzo se lleve a cabo una marcha, en gran parte virtual, para continuar con una lucha que es histórica, una lucha que acumula enojo pero que tal vez no es suficiente aún para que la respuesta de los gobiernos sea inmediata. Hay gobiernos empáticos pero otros que no comulgan con las demandas feministas, porque no las comprenden de fondo.

Hechos como la postulación de candidatos identificados por su machismo en esta jornada electoral, hacen crecer el enojo, hacen revivir la furia contenida, hacen que los movimientos se legitimen. No es sólo la acción de gobierno, es también la congruencia con una cultura que se abre a los cambios generacionales.

Seguramente van a pasar otros lustros más para comprender muchas de las demandas feministas, mientras tanto los movimientos seguirán detonando y representando a quienes no tienen voz, y tal vez acumulando aún más enojo contra los que pueden y no solucionan.

*Politóloga, profesora-investigadora. Miembro Fundadora de la AMECIP. Mail: margarita_arguelles@hotmail.com