/ jueves 12 de noviembre de 2020

Tejiéndose la alianza anti Morena

De ser considerada un sueño de opio y por tanto menospreciada desde todos los ángulos de análisis posibles, la eventual alianza multipartidista que cocinan PAN, PRI y PRD para competir en las elecciones intermedias de 2021 ha pasado a ser un asunto de discusión al más alto nivel, en el que ya participaron, por ejemplo, el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador Miguel Barbosa Huerta.

Tanto el político tabasqueño como el poblano desacreditaron los esfuerzos de esos tres institutos por coaligarse de cara a la inevitable confrontación electoral con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), lo que se entiende bien en la lógica de que ambos personajes tienen que defender (y lo harán cada vez más conforme se acerque la fecha de los comicios) al partido del que emanaron y el que les permitirá (si así lo consiguen) mantener los hilos del poder en sus respectivas esferas de competencia.

La buena noticia para los promotores de esa alianza es que, el movimiento, que concretó su primer gran paso el domingo en Zacatecas, ha llamado la atención del rival, que ya la descalifica, y que si eso ha sucedido es porque ese competidor (Morena) mira en el esfuerzo de esos tres partidos un obstáculo más (el otro es el desgaste natural que han tenido sus gobiernos en dos años) para retener el poder a medio camino del sexenio de López Obrador.

El punto es que, con todo y las resistencias, que las hay incluso al interior de los tres partidos, como en el caso de Puebla, el PAN, el partido más importante de ellos en términos de preferencias electorales, ha dado un paso trascendente hacia la concreción de la alianza.

El lunes le informaba en esta columna de la sesión de la Comisión Permanente Nacional del partido blanquiazul que se celebraría esa tarde en la Ciudad de México para debatir acerca de la posibilidad de sellar acuerdos con esas dos fuerzas políticas en las 15 entidades donde se llevarían a cabo elecciones de gobernador.

La conclusión de los panistas reunidos en la permanente para analizar esa ruta electoral fue positiva para las alianzas, pues se acordó autorizar a los dirigentes de esos estados del país explorar cada contienda en particular, de manera que, en el ámbito local, se determinara con qué partidos podría celebrarse la coalición y, después de eso, proceder formalmente a ello.

Tanto el PRI como el PRD entraron en la ecuación, pero se decidió buscar a todos los partidos, con excepción, evidentemente, de Morena y sus institutos aliados o afines.

Las entidades que no tendrán elección de gobernador, como Puebla, no participaron de la discusión y los acuerdos del lunes, pero no es difícil imaginar que sus casos llegarán a la misma determinación una vez que sean llevados a análisis.

En Puebla hay dirigentes que se oponen a la alianza.

Genoveva Huerta, del PAN, y Carlos Martínez, del PRD, sí la quieren; a diferencia de Néstor Camarillo, del PRI, que la prefiere, de facto, con Morena y el barbosismo.

Como siempre le sugiere el autor de esta columna, arme usted sus escenarios y cruce apuestas.

¿Concretarán los poblanos esa alianza tripartidista?

Twitter: @jorgerdzc

De ser considerada un sueño de opio y por tanto menospreciada desde todos los ángulos de análisis posibles, la eventual alianza multipartidista que cocinan PAN, PRI y PRD para competir en las elecciones intermedias de 2021 ha pasado a ser un asunto de discusión al más alto nivel, en el que ya participaron, por ejemplo, el presidente Andrés Manuel López Obrador y el gobernador Miguel Barbosa Huerta.

Tanto el político tabasqueño como el poblano desacreditaron los esfuerzos de esos tres institutos por coaligarse de cara a la inevitable confrontación electoral con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), lo que se entiende bien en la lógica de que ambos personajes tienen que defender (y lo harán cada vez más conforme se acerque la fecha de los comicios) al partido del que emanaron y el que les permitirá (si así lo consiguen) mantener los hilos del poder en sus respectivas esferas de competencia.

La buena noticia para los promotores de esa alianza es que, el movimiento, que concretó su primer gran paso el domingo en Zacatecas, ha llamado la atención del rival, que ya la descalifica, y que si eso ha sucedido es porque ese competidor (Morena) mira en el esfuerzo de esos tres partidos un obstáculo más (el otro es el desgaste natural que han tenido sus gobiernos en dos años) para retener el poder a medio camino del sexenio de López Obrador.

El punto es que, con todo y las resistencias, que las hay incluso al interior de los tres partidos, como en el caso de Puebla, el PAN, el partido más importante de ellos en términos de preferencias electorales, ha dado un paso trascendente hacia la concreción de la alianza.

El lunes le informaba en esta columna de la sesión de la Comisión Permanente Nacional del partido blanquiazul que se celebraría esa tarde en la Ciudad de México para debatir acerca de la posibilidad de sellar acuerdos con esas dos fuerzas políticas en las 15 entidades donde se llevarían a cabo elecciones de gobernador.

La conclusión de los panistas reunidos en la permanente para analizar esa ruta electoral fue positiva para las alianzas, pues se acordó autorizar a los dirigentes de esos estados del país explorar cada contienda en particular, de manera que, en el ámbito local, se determinara con qué partidos podría celebrarse la coalición y, después de eso, proceder formalmente a ello.

Tanto el PRI como el PRD entraron en la ecuación, pero se decidió buscar a todos los partidos, con excepción, evidentemente, de Morena y sus institutos aliados o afines.

Las entidades que no tendrán elección de gobernador, como Puebla, no participaron de la discusión y los acuerdos del lunes, pero no es difícil imaginar que sus casos llegarán a la misma determinación una vez que sean llevados a análisis.

En Puebla hay dirigentes que se oponen a la alianza.

Genoveva Huerta, del PAN, y Carlos Martínez, del PRD, sí la quieren; a diferencia de Néstor Camarillo, del PRI, que la prefiere, de facto, con Morena y el barbosismo.

Como siempre le sugiere el autor de esta columna, arme usted sus escenarios y cruce apuestas.

¿Concretarán los poblanos esa alianza tripartidista?

Twitter: @jorgerdzc