/ domingo 15 de noviembre de 2020

Todos quieren dinero, pero quizá pocos saben qué hacer con él

Comprar tiene una significación en el hombre contemporáneo, especialmente en el hemisferio occidental, la idea recurrente de acumular riqueza es una constante, pero antes de ver esto como un fin, debemos reflexionar y considerar que los recursos económicos son un medio para alcanzar lo que verdaderamente nos puede llevar a una vida plena.

Nuevamente llegamos a una versión más del Buen Fin, días en los que la actividad comercial se intensifica con diversas ofertas, incentivando el comercio y con ello la mejora de una precaria situación. La pandemia del covid-19 ha sido catastrófica para todo el planeta, miles de millones se seres humanos hemos resentido, en mayor o menor medida de este virus, especialmente en cuanto a finanzas se refiere. Muchos comercios y oficinas de servicios han ido a pique, así que unos días con buenas ventas serán como una visita al cielo después de haber estado meses en el infierno.

La idea de tener millones es muy atractiva, producto de una idiosincrasia y políticas económicas que se mezclan con el gran capital, para hacer que la sociedad anhele, sueñe y haga lo que sea por tener riqueza, lo cual tiene aspectos muy negativos, ya que la gente se vuelve una auténtica mercancía que se ofrece por unos pesos, para prueba tenemos a jovencitos que se entregan al crimen organizado, creyendo las falacias de las series de narcos, a costa de su propia vida; o las señoritas que auténticamente se prostituyen ante un “sugar daddy” a cambio de algunos lujos, perdiendo totalmente su dignidad y poniéndose en posición de víctimas ante diversos peligros.

Tenemos el caso de algunos políticos o sicarios, de génesis humilde, quienes muestran diversos artículos exóticos o extravagantes, con el fin de compensar un complejo que nunca desaparece, porque este no se controla con billetes.

Ahora bien, dentro de los ciudadanos promedios, no hay una noción clara de educación financiera, además de que la planeación para el retiro es algo que pocos tienen presente.

Hemos visto casos de deportistas o artistas que amasan fortunas súbitamente, pero que después de los años pierden todo; también tenemos gente muy rica que se siente infeliz y no ve cómo mejorar su existencia.

Es aquí donde debemos reflexionar y asumir que es importante tener recursos, es más, resulta imprescindible tener lo básico, pero también es igual de prioritario saber qué hacer con el dinero, sean poco o mucho, ya que el dinero no equivale a la felicidad, frase repetida muchas veces, pero que ahora resulta muy vigente, especialmente en un mundo basado en apariencias, sin espiritualidad, con radicalismos y sin fortaleza emocional.

Pongamos un ejemplo simple, demos 30 mil pesos a una persona pobre y la misma cantidad a una de mayores recursos. La primera quizá salga corriendo a comprar un iphone o hacer una fiesta; la segunda quizá realice una inversión o compre algo útil, es ahí donde vemos la diferencia entre quien busca que su capital aumente y quienes los gastan irresponsablemente diciendo “nada te vas a llevar”. Evidentemente cada quien gasta sus recursos en lo que quiera, lo cual es válido, recordando que la escala de valores de cada quien es muy variable. Hay quien con 100 pesos puede preparar la comida de un día y hay quien compra un starbucks y se saca una selfie con él. El valor que se le da al dinero es resultado de la formación y educación de un individuo, el cual puede alcanzar su plenitud, sin tener que se exhibicionista en las redes, ya que no siente complejos que lo lleven a intentar lucirse y buscar la aprobación social.

Algo positivo del sistema soviético, no del socialismo latinoamericano, era el darle importancia a la cultura, en un entorno donde había una cantidad de recursos decentes para las familias; a diferencia del consumismo que se promueve en los países capitalistas, donde la gente debe tener más y más, casi al estilo de “compro, luego existo”, dando lugar a estadios emocionales negativos, con lo cual se producen los problemas que hoy tenemos.

Qué bueno que la economía se reactive y compremos lo que nos ayude a alcanzar la felicidad, no lo que pretenda suplir a la felicidad. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.

Comprar tiene una significación en el hombre contemporáneo, especialmente en el hemisferio occidental, la idea recurrente de acumular riqueza es una constante, pero antes de ver esto como un fin, debemos reflexionar y considerar que los recursos económicos son un medio para alcanzar lo que verdaderamente nos puede llevar a una vida plena.

Nuevamente llegamos a una versión más del Buen Fin, días en los que la actividad comercial se intensifica con diversas ofertas, incentivando el comercio y con ello la mejora de una precaria situación. La pandemia del covid-19 ha sido catastrófica para todo el planeta, miles de millones se seres humanos hemos resentido, en mayor o menor medida de este virus, especialmente en cuanto a finanzas se refiere. Muchos comercios y oficinas de servicios han ido a pique, así que unos días con buenas ventas serán como una visita al cielo después de haber estado meses en el infierno.

La idea de tener millones es muy atractiva, producto de una idiosincrasia y políticas económicas que se mezclan con el gran capital, para hacer que la sociedad anhele, sueñe y haga lo que sea por tener riqueza, lo cual tiene aspectos muy negativos, ya que la gente se vuelve una auténtica mercancía que se ofrece por unos pesos, para prueba tenemos a jovencitos que se entregan al crimen organizado, creyendo las falacias de las series de narcos, a costa de su propia vida; o las señoritas que auténticamente se prostituyen ante un “sugar daddy” a cambio de algunos lujos, perdiendo totalmente su dignidad y poniéndose en posición de víctimas ante diversos peligros.

Tenemos el caso de algunos políticos o sicarios, de génesis humilde, quienes muestran diversos artículos exóticos o extravagantes, con el fin de compensar un complejo que nunca desaparece, porque este no se controla con billetes.

Ahora bien, dentro de los ciudadanos promedios, no hay una noción clara de educación financiera, además de que la planeación para el retiro es algo que pocos tienen presente.

Hemos visto casos de deportistas o artistas que amasan fortunas súbitamente, pero que después de los años pierden todo; también tenemos gente muy rica que se siente infeliz y no ve cómo mejorar su existencia.

Es aquí donde debemos reflexionar y asumir que es importante tener recursos, es más, resulta imprescindible tener lo básico, pero también es igual de prioritario saber qué hacer con el dinero, sean poco o mucho, ya que el dinero no equivale a la felicidad, frase repetida muchas veces, pero que ahora resulta muy vigente, especialmente en un mundo basado en apariencias, sin espiritualidad, con radicalismos y sin fortaleza emocional.

Pongamos un ejemplo simple, demos 30 mil pesos a una persona pobre y la misma cantidad a una de mayores recursos. La primera quizá salga corriendo a comprar un iphone o hacer una fiesta; la segunda quizá realice una inversión o compre algo útil, es ahí donde vemos la diferencia entre quien busca que su capital aumente y quienes los gastan irresponsablemente diciendo “nada te vas a llevar”. Evidentemente cada quien gasta sus recursos en lo que quiera, lo cual es válido, recordando que la escala de valores de cada quien es muy variable. Hay quien con 100 pesos puede preparar la comida de un día y hay quien compra un starbucks y se saca una selfie con él. El valor que se le da al dinero es resultado de la formación y educación de un individuo, el cual puede alcanzar su plenitud, sin tener que se exhibicionista en las redes, ya que no siente complejos que lo lleven a intentar lucirse y buscar la aprobación social.

Algo positivo del sistema soviético, no del socialismo latinoamericano, era el darle importancia a la cultura, en un entorno donde había una cantidad de recursos decentes para las familias; a diferencia del consumismo que se promueve en los países capitalistas, donde la gente debe tener más y más, casi al estilo de “compro, luego existo”, dando lugar a estadios emocionales negativos, con lo cual se producen los problemas que hoy tenemos.

Qué bueno que la economía se reactive y compremos lo que nos ayude a alcanzar la felicidad, no lo que pretenda suplir a la felicidad. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.