Sin duda este año ha sido único por todos los retos y adversidades que nos ha presentado, desde una enfermedad desconocida, hasta un confinamiento, pasando por un replanteamiento de la mayoría de nuestras actividades como las conocíamos, es decir, cómo interactuamos y convivimos en sociedad.
En esta ocasión abordo el tema relacionado con trabajar en nosotros mismos, puntualmente en cómo podemos sobreponernos a situaciones complejas y difíciles, en lo económico, en lo familiar y en lo personal.
Mi interés parte de la necesidad que tenemos de buscar los incentivos y motivaciones, así como las estrategias para el día a día, que nos permitirán seguir adelante y evolucionar como seres humanos.
Por ello, retomo lo que ha mencionado el Dr. Mario Alonso Puig, quien hace referencia a las investigaciones del psicólogo Howard Gardner, sobre la teoría de las inteligencias múltiples, en el sentido de que los seres humanos desarrollamos 8 tipos: Inteligencia lingüística, Inteligencia lógico-matemática, Inteligencia musical, Inteligencia corporal kinestésica, Inteligencia naturalista, Inteligencia interpersonal (inteligencia social) e Inteligencia intrapersonal.
Cada una de estas capacidades también se tiene que potenciar, si bien podemos tener talentos innatos, el trabajo permanente para ser mejores cada día nos permite elevar nuestro potencial y dar mayores resultados.
Estoy cierto que, en estos momentos complicados, estamos muy enfocados en salvaguardar nuestra salud y satisfacer nuestras necesidades básicas, no obstante, ello no es impedimento para identificar cuál es el tipo de inteligencia que hemos desarrollado, para que podamos salir adelante.
El Dr. Puig señala que para poder expandir las capacidades del cerebro tenemos que estar dispuestos a cambiar, tener una ilusión o inspiración, contar con una estrategia y ser disciplinados; es decir, encontrar esa pasión que nos impulsa a esforzarnos permanentemente para lograr lo que queremos y creer en nosotros mismos.
En este mismo sentido, plantea que la motivación es lo que nos mueve a la acción. Entre las motivaciones que identifica se encuentran 6 principales: 1) sentirnos en entornos seguros; 2) ser reconocidos o valorados; 3) pertenecer a un grupo; 4) tener un reto o desafío; 5) crecer, mejorar y progresar; y 6) contribuir al bienestar de otras personas, es decir, tener una vida con propósito.
Te invito a que aproveches tu tiempo, te plantees las siguientes preguntas: ¿qué me motiva en la vida?, ¿cómo estoy utilizando mi inteligencia?, ¿de qué forma puedo perfeccionar mis talentos? y ¿qué puedo sacar de provecho en este cierre de año, más allá de buenos deseos y con el compromiso de transformarnos como personas y como comunidad?
Y tú, ¿cómo puedes trabajar en ti mismo?, ¿cómo aprovechas tu inteligencia? Te invito a dejar tu comentario en mi página de Facebook David Villanueva Lomelí, con los Hashtags #Puebla y #VívelaBien.
Como mencionó el psicólogo Howard Gardner: “La inteligencia, lo que consideramos acciones inteligentes, se modifican a lo largo de la historia. La inteligencia no es una sustancia en la cabeza como es el aceite en un tanque. Es una colección de potencialidades que se completan.”
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