/ jueves 2 de agosto de 2018

Tras la dirigencia estatal del PRI

La renovación de la dirigencia estatal de PRI es un tema que está en el radar de tres grupos priistas con la finalidad de ir aterrizando sus propios proyectos, empezando con la elección intermedia del 2021.

Más allá del proceso de recomposición que requiere luego de que fuera vapuleado en el pasado proceso comicial, la disputa en Puebla por tener el control del expartidazo es vital para las aspiraciones en el futuro.

Sin tener bajo su mando el Gobierno Estatal o municipios importantes, la dirigencia estatal cobra relevancia para ir operando y articulando acciones a favor de las estrategias de quienes buscan asegurar candidaturas.

Aunque se mencionan diferentes nombres para ocupar la posición, actualmente bajo el mando de Javier Casique, de quien pese a tomar posición como legislador plurinominal a partir del 15 de septiembre se tiene previsto que deje la posición a finales de año, tres nombres están en la cabeza del resto de los demás.

El primer grupo está a cargo de Enrique Doger Guerrero, a pesar de haber perdido la elección a la gubernatura. Aparece también la representación del exlíder estatal Jorge Estefan Chidiac, y finalmente está el grupo de Juan Carlos Lastiri, perdedor de la elección al Senado de la República.

Cada uno tiene sus alfiles a fin de apropiarse de lo que queda del PRI y trabajar, por ejemplo, en la renovación de los 217 comités municipales con miras a ir amarrando posiciones y generar simpatías entre la militancia.

A nivel municipal el PRI aún mantiene presencia y la prueba está en el recién concluido proceso electoral al ganar 78 municipios, es decir, aún tiene vigencia en el interior del estado pese al efecto Morena vía Andrés Manuel López Obrador y las megacoaliciones impulsadas por el PAN.

De ahí la importancia de tener el control del partido.

El dogerismo quiere seguir mandando en esa posición, dejando a otro de los incondicionales, como es el caso de Jorge Ruiz Romero. El exdiputado local y extesorero de la BUAP es uno de los brazos derechos de Enrique Doger, junto con Javier Casique.

De tal forma que no habría entrada a las traiciones con este personaje al frente del liderazgo priista.

Del lado de Jorge Estefan Chidiac aparece José Antonio López Malo, secretario de Finanzas del Comité Directivo Estatal.

Es hombre de confianza de Estefan y el año pasado se manejó la posibilidad de llegar a la dirigencia municipal del PRI capitalino debido a la falta de acuerdos entre los grupos al interior de este instituto político para conformar una planilla de unidad en la sucesión de José Chedraui Budib.

Jorge Estefan tuvo amplio margen de maniobra en la selección de los candidatos que participaron en los comicios del primero de julio, pues en su calidad de líder estatal fue palomeando algunos perfiles. Sin embargo, la nominación de Enrique Doger como candidato a gobernador vino a desplazar el terreno ganado.

En el tercer grupo interesado está Juan Manuel Vega Rayet, quien tiene el respaldo de Juan Carlos Lastiri.

Aunque también se ha mencionado a Humberto Aguilar Viveros, existe una mayor confianza en Vega Rayet, que es un político curtido, profesional y con capacidad de liderazgo.

Lo único malo, dicen, es que tiene el apoyo del excandidato a senador que ya no es bien visto entre los cuadros importantes en el interior del estado, pues consideran que fueron abandonados por este personaje, como fue el poderoso subsecretario de Sedesol en la primera parte del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.

Y más aún cuando han sido enterados de que Juan Carlos Lastiri busca aterrizar un proyecto que lo lleve a la búsqueda, nuevamente, de la candidatura a gobernador.

Así que la disputa por el control del priismo estatal en las siguientes semanas será permanente debido a que la única joya que le queda al PRI es la misma dirigencia estatal.


Comentarios:

anaconda138@hotmail.com

marcomironc@gmail.com

@Marcomironc

La renovación de la dirigencia estatal de PRI es un tema que está en el radar de tres grupos priistas con la finalidad de ir aterrizando sus propios proyectos, empezando con la elección intermedia del 2021.

Más allá del proceso de recomposición que requiere luego de que fuera vapuleado en el pasado proceso comicial, la disputa en Puebla por tener el control del expartidazo es vital para las aspiraciones en el futuro.

Sin tener bajo su mando el Gobierno Estatal o municipios importantes, la dirigencia estatal cobra relevancia para ir operando y articulando acciones a favor de las estrategias de quienes buscan asegurar candidaturas.

Aunque se mencionan diferentes nombres para ocupar la posición, actualmente bajo el mando de Javier Casique, de quien pese a tomar posición como legislador plurinominal a partir del 15 de septiembre se tiene previsto que deje la posición a finales de año, tres nombres están en la cabeza del resto de los demás.

El primer grupo está a cargo de Enrique Doger Guerrero, a pesar de haber perdido la elección a la gubernatura. Aparece también la representación del exlíder estatal Jorge Estefan Chidiac, y finalmente está el grupo de Juan Carlos Lastiri, perdedor de la elección al Senado de la República.

Cada uno tiene sus alfiles a fin de apropiarse de lo que queda del PRI y trabajar, por ejemplo, en la renovación de los 217 comités municipales con miras a ir amarrando posiciones y generar simpatías entre la militancia.

A nivel municipal el PRI aún mantiene presencia y la prueba está en el recién concluido proceso electoral al ganar 78 municipios, es decir, aún tiene vigencia en el interior del estado pese al efecto Morena vía Andrés Manuel López Obrador y las megacoaliciones impulsadas por el PAN.

De ahí la importancia de tener el control del partido.

El dogerismo quiere seguir mandando en esa posición, dejando a otro de los incondicionales, como es el caso de Jorge Ruiz Romero. El exdiputado local y extesorero de la BUAP es uno de los brazos derechos de Enrique Doger, junto con Javier Casique.

De tal forma que no habría entrada a las traiciones con este personaje al frente del liderazgo priista.

Del lado de Jorge Estefan Chidiac aparece José Antonio López Malo, secretario de Finanzas del Comité Directivo Estatal.

Es hombre de confianza de Estefan y el año pasado se manejó la posibilidad de llegar a la dirigencia municipal del PRI capitalino debido a la falta de acuerdos entre los grupos al interior de este instituto político para conformar una planilla de unidad en la sucesión de José Chedraui Budib.

Jorge Estefan tuvo amplio margen de maniobra en la selección de los candidatos que participaron en los comicios del primero de julio, pues en su calidad de líder estatal fue palomeando algunos perfiles. Sin embargo, la nominación de Enrique Doger como candidato a gobernador vino a desplazar el terreno ganado.

En el tercer grupo interesado está Juan Manuel Vega Rayet, quien tiene el respaldo de Juan Carlos Lastiri.

Aunque también se ha mencionado a Humberto Aguilar Viveros, existe una mayor confianza en Vega Rayet, que es un político curtido, profesional y con capacidad de liderazgo.

Lo único malo, dicen, es que tiene el apoyo del excandidato a senador que ya no es bien visto entre los cuadros importantes en el interior del estado, pues consideran que fueron abandonados por este personaje, como fue el poderoso subsecretario de Sedesol en la primera parte del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.

Y más aún cuando han sido enterados de que Juan Carlos Lastiri busca aterrizar un proyecto que lo lleve a la búsqueda, nuevamente, de la candidatura a gobernador.

Así que la disputa por el control del priismo estatal en las siguientes semanas será permanente debido a que la única joya que le queda al PRI es la misma dirigencia estatal.


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marcomironc@gmail.com

@Marcomironc