/ domingo 6 de marzo de 2022

Tu derecho es mi derecho | La desigualdad de género es estructural

El próximo martes se conmemora el Día Internacional de la Mujer, y aprovechando la ocasión, vale la pena hacer una reflexión respecto a las desigualdades de género a las que se enfrentan las mujeres en la actualidad, tanto en México, en América Latina y en todo el mundo.

De acuerdo con Eva Arceo-Gómez y Raymundo Campos Vázquez, la tasa de participación laboral femenina en México es menor en comparación a la de países de ingresos similares en la región como Brasil o Chile; y esta se ha desacelerado de manera importante desde la década de 1990, a lo anterior, se debe añadir, la alarmante forma en la que las mujeres se han visto afectadas por problemas como la discriminación laboral, por su tono de piel, sus características físicas, por tener hijos o por el simple hecho de ser mujeres.

En el último informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) las mujeres ocupan solo el 15% de los cargos directivos y son dueñas de apenas el 14% de las empresas en América Latina, además, la presencia de mujeres en posiciones de liderazgo, el nivel de capacitación de la fuerza laboral, el uso de tecnologías avanzadas, y una cultura empresarial favorable, son los principales factores que inciden en la equidad de género en las empresas de la región.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en su última encuesta de hogares de la región, señala que, alrededor de 118 millones de mujeres en América Latina, se encuentran en situación de pobreza. El 57% de mujeres de la región están ocupadas en sectores de alto riesgo de pérdida de empleo e ingresos.

Según la Organización de Naciones Unidas, la brecha salarial de género a nivel mundial es del 23 %, la tasa de actividad de las mujeres es del 63 %, mientras que la de los hombres es del 94 % a nivel mundial, las mujeres representan el 28,8 % de quienes se dedican a la investigación y sólo uno de cada cinco países ha logrado la paridad de género en este ámbito.

Igualmente, Equal Measures 2030 sobre la igualdad de género y su relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 129 países, refiere que, 51 millones de mujeres y niñas viven en países que no cuentan con una sola mujer ministra en el gobierno, y más de 650 millones de niñas y mujeres en 64 países nunca han tenido una jefa de estado o de gobierno elegida.

El anterior recuento, es solo una mínima muestra del menoscabo a los derechos de las mujeres que a diario se replican en todo el mundo.

Como acertadamente lo ha señalado Ana Güezmes García, Directora de la División de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe; “La desigualdad de género es estructural en América Latina y el Caribe, porque:

  • Existe desigualdad socioeconómica y persistencia de la pobreza en el marco de un crecimiento excluyente.

  • Impera la división sexual del trabajo e injusta organización social del cuidado.

  • Continuan los patrones culturales patriarcales discriminatorios y violentos y predominio de la cultura del privilegio.

  • Hay concentración del poder y relaciones de jerarquía en el ámbito público.


Por todo lo anterior, se requieren de políticas públicas con perspectiva de género, armonización legislativa para incorporar a las leyes nacionales los derechos humanos de las mujeres que el gobierno ha suscrito y ratificado en el concierto internacional y regional, así como de la cooperación de la sociedad para reivindicar a las mujeres, fomentando su inserción laboral en sectores de alta productividad y en la educación en áreas de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas”.


  • Es Doctor en Derecho por la BUAP, donde se desempeña como: Defensor Adjunto en la Defensoría de los Derechos Universitarios y Profesor en la Facultad de Derecho y C.S.

  • Comentarios: jorgepinto_9@hotmail.com / Twitter: @apjorge/ facebook: Jorge Pinto

El próximo martes se conmemora el Día Internacional de la Mujer, y aprovechando la ocasión, vale la pena hacer una reflexión respecto a las desigualdades de género a las que se enfrentan las mujeres en la actualidad, tanto en México, en América Latina y en todo el mundo.

De acuerdo con Eva Arceo-Gómez y Raymundo Campos Vázquez, la tasa de participación laboral femenina en México es menor en comparación a la de países de ingresos similares en la región como Brasil o Chile; y esta se ha desacelerado de manera importante desde la década de 1990, a lo anterior, se debe añadir, la alarmante forma en la que las mujeres se han visto afectadas por problemas como la discriminación laboral, por su tono de piel, sus características físicas, por tener hijos o por el simple hecho de ser mujeres.

En el último informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) las mujeres ocupan solo el 15% de los cargos directivos y son dueñas de apenas el 14% de las empresas en América Latina, además, la presencia de mujeres en posiciones de liderazgo, el nivel de capacitación de la fuerza laboral, el uso de tecnologías avanzadas, y una cultura empresarial favorable, son los principales factores que inciden en la equidad de género en las empresas de la región.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en su última encuesta de hogares de la región, señala que, alrededor de 118 millones de mujeres en América Latina, se encuentran en situación de pobreza. El 57% de mujeres de la región están ocupadas en sectores de alto riesgo de pérdida de empleo e ingresos.

Según la Organización de Naciones Unidas, la brecha salarial de género a nivel mundial es del 23 %, la tasa de actividad de las mujeres es del 63 %, mientras que la de los hombres es del 94 % a nivel mundial, las mujeres representan el 28,8 % de quienes se dedican a la investigación y sólo uno de cada cinco países ha logrado la paridad de género en este ámbito.

Igualmente, Equal Measures 2030 sobre la igualdad de género y su relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 129 países, refiere que, 51 millones de mujeres y niñas viven en países que no cuentan con una sola mujer ministra en el gobierno, y más de 650 millones de niñas y mujeres en 64 países nunca han tenido una jefa de estado o de gobierno elegida.

El anterior recuento, es solo una mínima muestra del menoscabo a los derechos de las mujeres que a diario se replican en todo el mundo.

Como acertadamente lo ha señalado Ana Güezmes García, Directora de la División de Asuntos de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe; “La desigualdad de género es estructural en América Latina y el Caribe, porque:

  • Existe desigualdad socioeconómica y persistencia de la pobreza en el marco de un crecimiento excluyente.

  • Impera la división sexual del trabajo e injusta organización social del cuidado.

  • Continuan los patrones culturales patriarcales discriminatorios y violentos y predominio de la cultura del privilegio.

  • Hay concentración del poder y relaciones de jerarquía en el ámbito público.


Por todo lo anterior, se requieren de políticas públicas con perspectiva de género, armonización legislativa para incorporar a las leyes nacionales los derechos humanos de las mujeres que el gobierno ha suscrito y ratificado en el concierto internacional y regional, así como de la cooperación de la sociedad para reivindicar a las mujeres, fomentando su inserción laboral en sectores de alta productividad y en la educación en áreas de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas”.


  • Es Doctor en Derecho por la BUAP, donde se desempeña como: Defensor Adjunto en la Defensoría de los Derechos Universitarios y Profesor en la Facultad de Derecho y C.S.

  • Comentarios: jorgepinto_9@hotmail.com / Twitter: @apjorge/ facebook: Jorge Pinto

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