/ viernes 8 de junio de 2018

Un PRI herido de muerte quedará en manos de Casique

Javier Casique Zárate ya debería comenzar a pensar en lo que hará una vez que transcurran las votaciones del primer domingo de julio.

Con un PRI como protagonista de una nueva tragedia electoral, tanto a nivel nacional como estatal, el presidente de ese instituto político y próximo diputado local será el responsable de administrar lo que quede del priismo en Puebla para tratar de conducirlo a una milagrosa resurrección.

Por esas circunstancias de la política que escapan al control de las personas, Casique pasó en muy poco tiempo de aspirante a dirigente municipal del partido tricolor a presidente del Comité Directivo Estatal.

La unción de Enrique Doger Guerrero como candidato a gobernador y la partida de Jorge Estefan Chidiac al Comité Ejecutivo Nacional abrieron una puerta inesperada para el excoordinador de asesores de la Lotería Nacional que, ahora, frente al nuevo descalabro que acecha al PRI, cargará sobre sus hombros la responsabilidad de guiarlo en medio de una renovada y profunda crisis.

Atorado en el tercer lugar de las preferencias electorales, en algunos casos muy por debajo de las dos coaliciones punteras, el tricolor está cerca de entrar en una de sus etapas más oscuras, incluso peor que la heredada por Alejandro Armenta Mier como dirigente estatal en 2010.

Javier Casique despacha en la oficina principal del tricolor gracias a Doger.

Si el exrector de la BUAP y expresidente municipal de Puebla no fuese abanderado a gobernador, su operador político de cabecera no estaría ahí.

No obstante, lo que pase después de los comicios ya no tendrá que ver con Doger.

Es poco probable que el virtual derrumbe del priismo nacional vaya a generar relevos en las dirigencias de los estados en el corto plazo.

Bastante ocupados van a estar los escasos sobrevivientes en la reorganización del partido a través de las dos cámaras legislativas, la de diputados y la de senadores, como para ponerse a cortar cabezas en un síntoma de frustración.

Siendo así, la continuidad del presidente del PRI en esa posición estaría garantizada para varios meses, quizá un año o más.

Además de líder partidista, Casique Zárate sería diputado local por obra y gracia de esa candidatura plurinominal, la número 1, que tiene en la bolsa.

Desde el Congreso y con la autoridad que otorga la representación del CDE, el nacido en Oaxaca tendría que asumir un verdadero papel de liderazgo para tratar de levantar de entre las cenizas a su partido, ese que un día le cayó del cielo y sin avisar.

¿Querrá y podrá resucitarlo?

El tiempo lo dirá.


Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx


Javier Casique Zárate ya debería comenzar a pensar en lo que hará una vez que transcurran las votaciones del primer domingo de julio.

Con un PRI como protagonista de una nueva tragedia electoral, tanto a nivel nacional como estatal, el presidente de ese instituto político y próximo diputado local será el responsable de administrar lo que quede del priismo en Puebla para tratar de conducirlo a una milagrosa resurrección.

Por esas circunstancias de la política que escapan al control de las personas, Casique pasó en muy poco tiempo de aspirante a dirigente municipal del partido tricolor a presidente del Comité Directivo Estatal.

La unción de Enrique Doger Guerrero como candidato a gobernador y la partida de Jorge Estefan Chidiac al Comité Ejecutivo Nacional abrieron una puerta inesperada para el excoordinador de asesores de la Lotería Nacional que, ahora, frente al nuevo descalabro que acecha al PRI, cargará sobre sus hombros la responsabilidad de guiarlo en medio de una renovada y profunda crisis.

Atorado en el tercer lugar de las preferencias electorales, en algunos casos muy por debajo de las dos coaliciones punteras, el tricolor está cerca de entrar en una de sus etapas más oscuras, incluso peor que la heredada por Alejandro Armenta Mier como dirigente estatal en 2010.

Javier Casique despacha en la oficina principal del tricolor gracias a Doger.

Si el exrector de la BUAP y expresidente municipal de Puebla no fuese abanderado a gobernador, su operador político de cabecera no estaría ahí.

No obstante, lo que pase después de los comicios ya no tendrá que ver con Doger.

Es poco probable que el virtual derrumbe del priismo nacional vaya a generar relevos en las dirigencias de los estados en el corto plazo.

Bastante ocupados van a estar los escasos sobrevivientes en la reorganización del partido a través de las dos cámaras legislativas, la de diputados y la de senadores, como para ponerse a cortar cabezas en un síntoma de frustración.

Siendo así, la continuidad del presidente del PRI en esa posición estaría garantizada para varios meses, quizá un año o más.

Además de líder partidista, Casique Zárate sería diputado local por obra y gracia de esa candidatura plurinominal, la número 1, que tiene en la bolsa.

Desde el Congreso y con la autoridad que otorga la representación del CDE, el nacido en Oaxaca tendría que asumir un verdadero papel de liderazgo para tratar de levantar de entre las cenizas a su partido, ese que un día le cayó del cielo y sin avisar.

¿Querrá y podrá resucitarlo?

El tiempo lo dirá.


Twitter: @jorgerdzc

Correo: jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx