/ viernes 9 de agosto de 2019

Una nueva esperanza para Puebla

En la entidad poblana el nuevo gobierno que encabeza el Ejecutivo Luis Miguel Barbosa Huerta tendrá la responsabilidad histórica de instrumentar acciones, mediante la política pública que fortalezcan el Estado de Derecho, la gobernabilidad y la pronta atención a las demandas sociales de los poblanos.

En su toma de protesta, ofreció un gobierno para todos: “para quienes votaron por nosotros, para quienes no votaron por nosotros y para quienes no votaron. Sus razones tuvieron, en cada caso, y todas son muy respetables”; destaco que su gobierno será progresista, con rostro humano y participación ciudadana, al tiempo de señalar que recuperará la confianza ciudadana.

Reconoció el importante número de personas en situación de pobreza y marginación, no obstante, resaltó la capacidad productiva de Puebla, por lo que ofreció a los empresarios, trabajar de manera conjunta para la reactivación económica de la entidad, guiados por un Plan de Desarrollo Regional Estratégico.

En este sentido considero de alta prioridad, el impulso que dará a la regionalización; al respecto destacó “Se trabajarán las 22 regiones en que ha sido dividido el estado para su mejor atención en todos los renglones,…esperamos lograr el desarrollo económico que se requiere para poder ofrecer a todos los poblanos, una ocupación digna y redituable”; así como el de recobrar la dignidad y el desarrollo de las juntas auxiliares y por supuesto el de los ayuntamientos.

Considero que para lograrlo, debe destinar mayores recursos, a la investigación, el desarrollo tecnológico, la capacitación y coordinación, que permita hacer frente a la inseguridad, la delincuencia y el crimen organizado; que las acciones que instrumente, se orienten en cimentar un Estado más justo, seguro y productivo.

Ese es el gran reto, pues la sociedad espera resultados y avances; los beneficios deban ser claros y tangibles, para lo cual el presente gobierno, debe ser eficaz, pero es importante conocer cómo serán aplicados los recursos para alcanzar esa eficacia y, no solo que sea una percepción, para lograr ese gran objetivo, se requiere la decidida participación de toda la sociedad poblana.

El nuevo gobierno debe tener presente que, la sensibilidad es una de las principales claves para ejercer un buen gobierno, por tanto, las instituciones gubernamentales, deben ser sensibles a la demanda social y a sus grupos de interés, por esta razón, las estructuras que conforman la administración deben tener presente y sensibilizarse que por sus decisiones acciones u omisiones, pueden dañar la buena gobernanza y afectar no solo la percepción social sino ampliar las diferencias sociales.

Esta sensibilidad, sin duda tiene que ir acompañada de la ética, profesionalismo, y conocimiento en la aplicación de los proyectos que orientaran el plan de desarrollo estatal; es decir, los servidores públicos deben tener presente que en cada acción que ejecuten y desarrollen, deben generar confianza en la ciudadanía.

Lo contrario es el decaimiento, desaliento y pesimismo del ánimo popular, deben actuar con miras de largo alcance, así como aplicar eficientemente y de manera transparente los instrumentos y herramientas contenidas en el plan de Desarrollo; las cuales permitan elevar y mejorar las condiciones de vida de quienes habitamos en esta progresista entidad poblana.

En tal sentido, su plan de Desarrollo debe ser Prospectivo y Sustentable, que englobe proyectos de obra y servicios de calidad, e incluyan a la totalidad de las unidades territoriales y sus habitantes, así como generar inversión pública y privada en infraestructura, que permita elevar el crecimiento económico y disminuya el rezago social.

Esta coyuntura debe ser el catalizador, para la oxigenación de la clase política, al tiempo de rescatar la profesionalización y el compromiso de experimentados y nuevos actores, para lograr la reconciliación social y, estar en posibilidades de promover la grandeza de la Entidad poblana, que en distintas etapas de su historia ha tenido en el ámbito nacional e internacional.

Se debe atemperar las profundas diferencias políticas que habían puesto en peligro la estabilidad social y sin duda, debe ser el parteaguas de la historia política de Puebla.

De esta manera su gestión debe ser efectiva y más eficaz, dada la incertidumbre y los tiempos que vivimos los poblanos, preocupados por mejorar y tener mejores niveles de bienestar.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com

En la entidad poblana el nuevo gobierno que encabeza el Ejecutivo Luis Miguel Barbosa Huerta tendrá la responsabilidad histórica de instrumentar acciones, mediante la política pública que fortalezcan el Estado de Derecho, la gobernabilidad y la pronta atención a las demandas sociales de los poblanos.

En su toma de protesta, ofreció un gobierno para todos: “para quienes votaron por nosotros, para quienes no votaron por nosotros y para quienes no votaron. Sus razones tuvieron, en cada caso, y todas son muy respetables”; destaco que su gobierno será progresista, con rostro humano y participación ciudadana, al tiempo de señalar que recuperará la confianza ciudadana.

Reconoció el importante número de personas en situación de pobreza y marginación, no obstante, resaltó la capacidad productiva de Puebla, por lo que ofreció a los empresarios, trabajar de manera conjunta para la reactivación económica de la entidad, guiados por un Plan de Desarrollo Regional Estratégico.

En este sentido considero de alta prioridad, el impulso que dará a la regionalización; al respecto destacó “Se trabajarán las 22 regiones en que ha sido dividido el estado para su mejor atención en todos los renglones,…esperamos lograr el desarrollo económico que se requiere para poder ofrecer a todos los poblanos, una ocupación digna y redituable”; así como el de recobrar la dignidad y el desarrollo de las juntas auxiliares y por supuesto el de los ayuntamientos.

Considero que para lograrlo, debe destinar mayores recursos, a la investigación, el desarrollo tecnológico, la capacitación y coordinación, que permita hacer frente a la inseguridad, la delincuencia y el crimen organizado; que las acciones que instrumente, se orienten en cimentar un Estado más justo, seguro y productivo.

Ese es el gran reto, pues la sociedad espera resultados y avances; los beneficios deban ser claros y tangibles, para lo cual el presente gobierno, debe ser eficaz, pero es importante conocer cómo serán aplicados los recursos para alcanzar esa eficacia y, no solo que sea una percepción, para lograr ese gran objetivo, se requiere la decidida participación de toda la sociedad poblana.

El nuevo gobierno debe tener presente que, la sensibilidad es una de las principales claves para ejercer un buen gobierno, por tanto, las instituciones gubernamentales, deben ser sensibles a la demanda social y a sus grupos de interés, por esta razón, las estructuras que conforman la administración deben tener presente y sensibilizarse que por sus decisiones acciones u omisiones, pueden dañar la buena gobernanza y afectar no solo la percepción social sino ampliar las diferencias sociales.

Esta sensibilidad, sin duda tiene que ir acompañada de la ética, profesionalismo, y conocimiento en la aplicación de los proyectos que orientaran el plan de desarrollo estatal; es decir, los servidores públicos deben tener presente que en cada acción que ejecuten y desarrollen, deben generar confianza en la ciudadanía.

Lo contrario es el decaimiento, desaliento y pesimismo del ánimo popular, deben actuar con miras de largo alcance, así como aplicar eficientemente y de manera transparente los instrumentos y herramientas contenidas en el plan de Desarrollo; las cuales permitan elevar y mejorar las condiciones de vida de quienes habitamos en esta progresista entidad poblana.

En tal sentido, su plan de Desarrollo debe ser Prospectivo y Sustentable, que englobe proyectos de obra y servicios de calidad, e incluyan a la totalidad de las unidades territoriales y sus habitantes, así como generar inversión pública y privada en infraestructura, que permita elevar el crecimiento económico y disminuya el rezago social.

Esta coyuntura debe ser el catalizador, para la oxigenación de la clase política, al tiempo de rescatar la profesionalización y el compromiso de experimentados y nuevos actores, para lograr la reconciliación social y, estar en posibilidades de promover la grandeza de la Entidad poblana, que en distintas etapas de su historia ha tenido en el ámbito nacional e internacional.

Se debe atemperar las profundas diferencias políticas que habían puesto en peligro la estabilidad social y sin duda, debe ser el parteaguas de la historia política de Puebla.

De esta manera su gestión debe ser efectiva y más eficaz, dada la incertidumbre y los tiempos que vivimos los poblanos, preocupados por mejorar y tener mejores niveles de bienestar.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com