/ viernes 14 de agosto de 2020

Vigésimo cuarto año de conversaciones

El domingo 16 de agosto cumpliré 24 años de estar en la radio poblana con mi programa “CONVERSACIONES”, que fue ideado en principio para informar y entretener al auditorio, para luego convertirse en un programa de reflexión y de espiritualidad con el ánimo y el propósito de ayudar a la gente que me escucha a “descorrer el velo” de la ignorancia o el prejuicio, quitándole el halo de misterio a lo que en forma simple puede entenderse.

Mi práctica autodidacta de metafísica, entendiendo por ella todo lo espiritual, me dio la oportunidad y el privilegio, así lo considero, de poder ayudar a mucha gente que se encuentra “entrampada” en su diario vivir, pero que tiene hambre y sed de “algo” más profundo que llene su vacío existencial, o bien que le aclare por qué su dolor y sufrimiento en enfermedades y desgracias que desgarran su vida o su soledad perniciosa que le tiene confinado en la desesperación.

Algo en lo que he centrado mucho de mi actuación ha sido la calidad de vida basada en la armonía de nuestros cuatro planos existenciales para conseguir una vida más justa y más noble, alejada del mal de la pobreza, que radica en una mente estrecha y cerrada a todo cambio y conocimiento. No es de ninguna manera virtud la pobreza, al contrario, puede significar un desvío de nuestra condición humana, una anomalía que tiene por sede la mente y la ignorancia de quienes se encuentran en esa condición, toda vez que si nos entendemos como “hijos de Dios” no deberíamos vivir con precaria indignidad. Siempre he considerado, en este terreno, enseñarle a la gente a pescar y no regalarle el pescado, actitud que solo fomenta inacción y conformismo.

“CONVERSACIONES” se ha constituido al paso de los años en una verdadera actitud de vida, en donde confluyen personas de todas las condiciones sociales e ideológicas, pero que tienen como mira un futuro mejor no tan solo para ellos y sus familias sino también para su prójimo. Basado en las enseñanzas de los Evangelios, considerando al PADRE JESUCRISTO como el más grande y señalado MAESTRO METAFÍSICO, quién en forma simple y sencilla a través de sus parábolas nos enseñó la religión DEL AMOR que tiene como fundamento el perdón y el agradecimiento, hemos construido una comunidad de bien y de servicio, partiendo del amor hacia nosotros mismos para luego generarlo a los demás.

Y lo que fue en principio considerado un programa local de información y entretenimiento que nació un 16 de agosto de l996 en la XECD -que por cierto, por una ironía de la vida dejó de trasmitir en su plataforma de AM en este mismo mes- ahora, por la maravilla del radio en ABC, del internet y la red Facebook tenemos congregados desde Alaska hasta Argentina “conversadores” con un solo propósito, ser generadores del bien y la justicia en sus comunidades.

Aunado a mi programa sabatino, cada semana participo con la columna que ahora ustedes leen, en donde abordo temas de interés general, siempre con una pincelada de espiritualidad; y todos los jueves hasta que llegó la pandemia, nos reunimos en el auditorio del Centro Mexicano Libanés, impartiendo una conferencia sobre los muchos temas metafísicos de la vida. Por cierto, mando desde esta columna mi abrazo solidario a mis amigos de la colonia Mexicano-Libanesa por la tragedia de Beirut, que la devastó y postró dramáticamente pero que nunca será derrotada.

Sirvan estas líneas de agradecimiento a mis innumerables amigas y amigos que con su presencia, su participación, comentarios y viajes para vivir “una experiencia mística” en Apulco, grutas de Cacahuamilpa, Tecolutla, la Villa de Guadalupe y las pirámides de Teotihuacán han hecho posible este “fenómeno” de conspiración (etimológicamente, reunión de individuos que respiran conjuntamente), para nuestro crecimiento personal y para el bien de la humanidad. ¡GRACIAS PUEBLA!

El domingo 16 de agosto cumpliré 24 años de estar en la radio poblana con mi programa “CONVERSACIONES”, que fue ideado en principio para informar y entretener al auditorio, para luego convertirse en un programa de reflexión y de espiritualidad con el ánimo y el propósito de ayudar a la gente que me escucha a “descorrer el velo” de la ignorancia o el prejuicio, quitándole el halo de misterio a lo que en forma simple puede entenderse.

Mi práctica autodidacta de metafísica, entendiendo por ella todo lo espiritual, me dio la oportunidad y el privilegio, así lo considero, de poder ayudar a mucha gente que se encuentra “entrampada” en su diario vivir, pero que tiene hambre y sed de “algo” más profundo que llene su vacío existencial, o bien que le aclare por qué su dolor y sufrimiento en enfermedades y desgracias que desgarran su vida o su soledad perniciosa que le tiene confinado en la desesperación.

Algo en lo que he centrado mucho de mi actuación ha sido la calidad de vida basada en la armonía de nuestros cuatro planos existenciales para conseguir una vida más justa y más noble, alejada del mal de la pobreza, que radica en una mente estrecha y cerrada a todo cambio y conocimiento. No es de ninguna manera virtud la pobreza, al contrario, puede significar un desvío de nuestra condición humana, una anomalía que tiene por sede la mente y la ignorancia de quienes se encuentran en esa condición, toda vez que si nos entendemos como “hijos de Dios” no deberíamos vivir con precaria indignidad. Siempre he considerado, en este terreno, enseñarle a la gente a pescar y no regalarle el pescado, actitud que solo fomenta inacción y conformismo.

“CONVERSACIONES” se ha constituido al paso de los años en una verdadera actitud de vida, en donde confluyen personas de todas las condiciones sociales e ideológicas, pero que tienen como mira un futuro mejor no tan solo para ellos y sus familias sino también para su prójimo. Basado en las enseñanzas de los Evangelios, considerando al PADRE JESUCRISTO como el más grande y señalado MAESTRO METAFÍSICO, quién en forma simple y sencilla a través de sus parábolas nos enseñó la religión DEL AMOR que tiene como fundamento el perdón y el agradecimiento, hemos construido una comunidad de bien y de servicio, partiendo del amor hacia nosotros mismos para luego generarlo a los demás.

Y lo que fue en principio considerado un programa local de información y entretenimiento que nació un 16 de agosto de l996 en la XECD -que por cierto, por una ironía de la vida dejó de trasmitir en su plataforma de AM en este mismo mes- ahora, por la maravilla del radio en ABC, del internet y la red Facebook tenemos congregados desde Alaska hasta Argentina “conversadores” con un solo propósito, ser generadores del bien y la justicia en sus comunidades.

Aunado a mi programa sabatino, cada semana participo con la columna que ahora ustedes leen, en donde abordo temas de interés general, siempre con una pincelada de espiritualidad; y todos los jueves hasta que llegó la pandemia, nos reunimos en el auditorio del Centro Mexicano Libanés, impartiendo una conferencia sobre los muchos temas metafísicos de la vida. Por cierto, mando desde esta columna mi abrazo solidario a mis amigos de la colonia Mexicano-Libanesa por la tragedia de Beirut, que la devastó y postró dramáticamente pero que nunca será derrotada.

Sirvan estas líneas de agradecimiento a mis innumerables amigas y amigos que con su presencia, su participación, comentarios y viajes para vivir “una experiencia mística” en Apulco, grutas de Cacahuamilpa, Tecolutla, la Villa de Guadalupe y las pirámides de Teotihuacán han hecho posible este “fenómeno” de conspiración (etimológicamente, reunión de individuos que respiran conjuntamente), para nuestro crecimiento personal y para el bien de la humanidad. ¡GRACIAS PUEBLA!