/ martes 10 de marzo de 2020

Y qué con el pleito de Barbosa con Esparza

Ahora que la protesta universitaria ha cesado y que los alumnos de la BUAP comenzaron a retomar clases surgen algunas dudas en torno a la pelea cuasi personal que se traían el gobernador Luis Miguel Barbosa y el rector Alfonso Esparza antes del conflicto estudiantil que derivó de los condenables asesinatos de Huejotzingo.

El respetable se pregunta si la masiva movilización de los universitarios para exigir seguridad habrá amainado los ánimos beligerantes del huésped de Casa Aguayo en contra del inquilino del Edificio Carolino, o si esas dos semanas de marchas y protestas habrán significado solo una pausa momentánea para un enfrentamiento que continuará en los próximos días.

Quien debe tener la respuesta a estas interrogantes es el titular de la Auditoría Superior del Estado, Francisco José Romero Serrano, quien ha sido en primera instancia el brazo visible de Barbosa contra Esparza en una intentona que no le ha dejado al mandatario los resultados deseados.

Hasta antes del 25 de febrero, cuando dieron inicio las protestas de estudiantes de la BUAP y la UPAEP por el cuádruple homicidio de sus tres compañeros y un conductor de Uber, Alfonso Esparza ya conocía las herramientas de ataque de las que disponía Miguel Barbosa para tratar de ponerlo contra la pared: el Congreso del Estado y la ASE, principalmente.

Quien no había visto las herramientas que podría usar Esparza para defenderse y contraatacar es Barbosa. Ya las conoció.

Por eso es que hay gran expectación para saber qué pasará con ese pleito de titanes que vio la luz en 2018, cuando se desarrollaba la primera de dos elecciones de gobernador en las que participó el mandatario.

***

A ver si tanto sobresalto no enferma pronto a los 80 músicos y cinco técnicos que conforman la Orquesta Sinfónica del Estado de Puebla, conocida hasta hace unos meses como Filarmónica 5 de Mayo.

Los artistas sufrieron primero por el temor de que el gobierno de Luis Miguel Barbosa los echara a la calle, como hizo con el director de la orquesta Fernando Lozano.

Superada esa fase, se fueron al extremo, al creer no solo que trascenderían de la era de los Moreno Valle-Gali-Alonso al primer gobierno emanado de la 4T, sino que sus condiciones laborales mejorarían, y mucho.

En el brinco de un año a otro, los músicos y sus técnicos fueron informados de que por fin pasarían a formar parte de la plantilla de trabajadores del gobierno del estado, lo que significaría un gran logro para ellos y el cumplimiento de una de sus más añejas demandas.

Hasta antes del 2020, los integrantes de la extinta Filarmónica 5 de Mayo recibían su remuneración por el régimen de servicios profesionales o pago por honorarios y no gozaban de ninguna prestación ni beneficio adicional por prestarle sus servicios al Estado.

Pensaron que eso iba a cambiar. Y cambió, pero para seguir igual.

Es decir, a partir de este año ya fueron contratados y metidos a una nómina, pero no por parte del gobierno del estado, sino de una empresa de outsourcing, de esas que utilizan los patrones como modelo de subcontratación para evadir responsabilidades.

Y eso que esta práctica ya no ocurriría en los gobiernos emanados de la 4T, como prometió Andrés Manuel López Obrador en campaña.

***

Sin interés de amarrar navajas, llamó la atención que la presidenta municipal de Puebla Claudia Rivera retornara a sus orígenes dentro del activismo social para sumarse a los movimientos feministas del 8 y 9 de marzo, aun en contra de lo que mal opina el jefe máximo de la 4T, y por tanto su líder político, de las protestas de las mujeres.

En el gobierno del estado estuvieron todos y todas muy calladitos durante el transcurso de la marcha y el paro general, como para adherirse a la repulsión mostrada por el presidente López Obrador y no hacerlo enojar con algún gesto que pudiese haberse prestado a malas interpretaciones.

Ni la secretaria de Igualdad Sustantiva, Mónica Díaz de Rivera, hizo un pronunciamiento en apoyo a las mujeres que trascendiera más allá de las redes sociales.

Rivera, en cambio, sí lo hizo.

La edil poblana vistió el 8 una camiseta morada con la expresión “¡Ya basta!” y el 9 se sumó al paro, sin temor a ya sabe usted quién.

Twitter: @jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

Ahora que la protesta universitaria ha cesado y que los alumnos de la BUAP comenzaron a retomar clases surgen algunas dudas en torno a la pelea cuasi personal que se traían el gobernador Luis Miguel Barbosa y el rector Alfonso Esparza antes del conflicto estudiantil que derivó de los condenables asesinatos de Huejotzingo.

El respetable se pregunta si la masiva movilización de los universitarios para exigir seguridad habrá amainado los ánimos beligerantes del huésped de Casa Aguayo en contra del inquilino del Edificio Carolino, o si esas dos semanas de marchas y protestas habrán significado solo una pausa momentánea para un enfrentamiento que continuará en los próximos días.

Quien debe tener la respuesta a estas interrogantes es el titular de la Auditoría Superior del Estado, Francisco José Romero Serrano, quien ha sido en primera instancia el brazo visible de Barbosa contra Esparza en una intentona que no le ha dejado al mandatario los resultados deseados.

Hasta antes del 25 de febrero, cuando dieron inicio las protestas de estudiantes de la BUAP y la UPAEP por el cuádruple homicidio de sus tres compañeros y un conductor de Uber, Alfonso Esparza ya conocía las herramientas de ataque de las que disponía Miguel Barbosa para tratar de ponerlo contra la pared: el Congreso del Estado y la ASE, principalmente.

Quien no había visto las herramientas que podría usar Esparza para defenderse y contraatacar es Barbosa. Ya las conoció.

Por eso es que hay gran expectación para saber qué pasará con ese pleito de titanes que vio la luz en 2018, cuando se desarrollaba la primera de dos elecciones de gobernador en las que participó el mandatario.

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A ver si tanto sobresalto no enferma pronto a los 80 músicos y cinco técnicos que conforman la Orquesta Sinfónica del Estado de Puebla, conocida hasta hace unos meses como Filarmónica 5 de Mayo.

Los artistas sufrieron primero por el temor de que el gobierno de Luis Miguel Barbosa los echara a la calle, como hizo con el director de la orquesta Fernando Lozano.

Superada esa fase, se fueron al extremo, al creer no solo que trascenderían de la era de los Moreno Valle-Gali-Alonso al primer gobierno emanado de la 4T, sino que sus condiciones laborales mejorarían, y mucho.

En el brinco de un año a otro, los músicos y sus técnicos fueron informados de que por fin pasarían a formar parte de la plantilla de trabajadores del gobierno del estado, lo que significaría un gran logro para ellos y el cumplimiento de una de sus más añejas demandas.

Hasta antes del 2020, los integrantes de la extinta Filarmónica 5 de Mayo recibían su remuneración por el régimen de servicios profesionales o pago por honorarios y no gozaban de ninguna prestación ni beneficio adicional por prestarle sus servicios al Estado.

Pensaron que eso iba a cambiar. Y cambió, pero para seguir igual.

Es decir, a partir de este año ya fueron contratados y metidos a una nómina, pero no por parte del gobierno del estado, sino de una empresa de outsourcing, de esas que utilizan los patrones como modelo de subcontratación para evadir responsabilidades.

Y eso que esta práctica ya no ocurriría en los gobiernos emanados de la 4T, como prometió Andrés Manuel López Obrador en campaña.

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Sin interés de amarrar navajas, llamó la atención que la presidenta municipal de Puebla Claudia Rivera retornara a sus orígenes dentro del activismo social para sumarse a los movimientos feministas del 8 y 9 de marzo, aun en contra de lo que mal opina el jefe máximo de la 4T, y por tanto su líder político, de las protestas de las mujeres.

En el gobierno del estado estuvieron todos y todas muy calladitos durante el transcurso de la marcha y el paro general, como para adherirse a la repulsión mostrada por el presidente López Obrador y no hacerlo enojar con algún gesto que pudiese haberse prestado a malas interpretaciones.

Ni la secretaria de Igualdad Sustantiva, Mónica Díaz de Rivera, hizo un pronunciamiento en apoyo a las mujeres que trascendiera más allá de las redes sociales.

Rivera, en cambio, sí lo hizo.

La edil poblana vistió el 8 una camiseta morada con la expresión “¡Ya basta!” y el 9 se sumó al paro, sin temor a ya sabe usted quién.

Twitter: @jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx