/ miércoles 12 de septiembre de 2018

Y seguimos como en los días de campañas polarizadas

La polarización electoral que debió concluir un día después de las elecciones del 1 de julio parece no dar tregua ni ahora ni en el futuro inmediato.

Morenistas y panistas se han enfrascado -ya sea desde el Congreso del Estado, mediante conferencias de prensa, declaraciones o comunicados- en dimes y diretes que no son otra cosa que propaganda en un contexto de incertidumbre en tanto no se resuelve en definitiva la validez del triunfo o no de Martha Erika Alonso Hidalgo como gobernadora de Puebla.

Propaganda que desde ambos bandos pretende incidir en la percepción ciudadana: los morenovallistas, por una parte, abonando a la idea de que el triunfo es inamovible y que las pruebas que presentaron sus adversarios de “Juntos Haremos Historia” fueron desechadas; los de Morena, por la otra, empeñados en que la última palabra la tendrá el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación además de potencializar todo lo que pueda suponer un exceso del panismo de Moreno Valle.

Uno de los episodios de ayer se centró en las interpretaciones antagónicas sobre el hecho de que la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) devolvió papelería electoral al Partido Acción Nacional.

La premisa de los albiazules fue que como les devolvieron la paquetería electoral retenida en el Grand Hotel M&M, como parte de una denuncia de Morena sobre un presunto laboratorio electoral, entonces se tenía un fallo a favor de la legalidad de la elección y, por tanto, el triunfo de Martha Erika estaría firme.

Pero lo que no dijeron es que tal entrega ocurrió hace casi un mes y hasta ahora lo retoman a pesar de que ello no garantiza nada sobre lo que determine la autoridad electoral federal, que puede basar su determinación en criterios legales, subjetivos o políticos, por lo que no hay certeza de nada.

Morena, por su parte y mediante un comunicado, omite darle valor al hecho de que a los panistas les fueron devueltos sus documentos, retenidos en un primer momento, puesto que se acreditó que corresponden a los que tiene derecho el PAN a utilizar.

Ambas posturas son propagandísticas en un contexto en el que nada está definido para nadie.

Así las cosas, son ya más de 70 días desde que los poblanos acudieron a emitir su sufragio pero es el día en que las descalificaciones electoreras no cesan y por lo visto se mantendrán por lo menos hasta que resuelva la autoridad correspondiente.

***

Otro de los frentes que Morena estará capitalizando para desacreditar al morenovallismo es el Congreso del Estado.

Desde su posición protagónica, estridente y gustos de jalar reflectores, el diputado José Juan Espinoza hará lo propio, como ya lo empezó a hacer, para abonar a una percepción negativa sobre el ejercicio del poder por el grupo gobernante a nivel local.

En una sola conferencia de prensa el expresidente municipal de San Pedro Cholula soltó acusaciones que van desde la sumisión de la legislatura saliente a partir de la entrega de presupuesto extraordinario a los diputados por un total de 100 millones de pesos hasta la compra a manera de negocio particular de mobiliario, a pesar de que el que se remplazó estaba en buenas condiciones, en tiempos de Jorge Aguilar Chedraui.

Señalamientos que serán la tónica en los días por venir pues parte de lo que motiva esa conducta es la posibilidad de que se anule la elección y desde el Poder Legislativo, ya bajo el control de Morena, se abone a minar al morenovallismo.

Hasta la próxima.

salvador_rios@elsoldepuebla.com.mx

Twitter @elsalvadorrios

La polarización electoral que debió concluir un día después de las elecciones del 1 de julio parece no dar tregua ni ahora ni en el futuro inmediato.

Morenistas y panistas se han enfrascado -ya sea desde el Congreso del Estado, mediante conferencias de prensa, declaraciones o comunicados- en dimes y diretes que no son otra cosa que propaganda en un contexto de incertidumbre en tanto no se resuelve en definitiva la validez del triunfo o no de Martha Erika Alonso Hidalgo como gobernadora de Puebla.

Propaganda que desde ambos bandos pretende incidir en la percepción ciudadana: los morenovallistas, por una parte, abonando a la idea de que el triunfo es inamovible y que las pruebas que presentaron sus adversarios de “Juntos Haremos Historia” fueron desechadas; los de Morena, por la otra, empeñados en que la última palabra la tendrá el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación además de potencializar todo lo que pueda suponer un exceso del panismo de Moreno Valle.

Uno de los episodios de ayer se centró en las interpretaciones antagónicas sobre el hecho de que la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade) devolvió papelería electoral al Partido Acción Nacional.

La premisa de los albiazules fue que como les devolvieron la paquetería electoral retenida en el Grand Hotel M&M, como parte de una denuncia de Morena sobre un presunto laboratorio electoral, entonces se tenía un fallo a favor de la legalidad de la elección y, por tanto, el triunfo de Martha Erika estaría firme.

Pero lo que no dijeron es que tal entrega ocurrió hace casi un mes y hasta ahora lo retoman a pesar de que ello no garantiza nada sobre lo que determine la autoridad electoral federal, que puede basar su determinación en criterios legales, subjetivos o políticos, por lo que no hay certeza de nada.

Morena, por su parte y mediante un comunicado, omite darle valor al hecho de que a los panistas les fueron devueltos sus documentos, retenidos en un primer momento, puesto que se acreditó que corresponden a los que tiene derecho el PAN a utilizar.

Ambas posturas son propagandísticas en un contexto en el que nada está definido para nadie.

Así las cosas, son ya más de 70 días desde que los poblanos acudieron a emitir su sufragio pero es el día en que las descalificaciones electoreras no cesan y por lo visto se mantendrán por lo menos hasta que resuelva la autoridad correspondiente.

***

Otro de los frentes que Morena estará capitalizando para desacreditar al morenovallismo es el Congreso del Estado.

Desde su posición protagónica, estridente y gustos de jalar reflectores, el diputado José Juan Espinoza hará lo propio, como ya lo empezó a hacer, para abonar a una percepción negativa sobre el ejercicio del poder por el grupo gobernante a nivel local.

En una sola conferencia de prensa el expresidente municipal de San Pedro Cholula soltó acusaciones que van desde la sumisión de la legislatura saliente a partir de la entrega de presupuesto extraordinario a los diputados por un total de 100 millones de pesos hasta la compra a manera de negocio particular de mobiliario, a pesar de que el que se remplazó estaba en buenas condiciones, en tiempos de Jorge Aguilar Chedraui.

Señalamientos que serán la tónica en los días por venir pues parte de lo que motiva esa conducta es la posibilidad de que se anule la elección y desde el Poder Legislativo, ya bajo el control de Morena, se abone a minar al morenovallismo.

Hasta la próxima.

salvador_rios@elsoldepuebla.com.mx

Twitter @elsalvadorrios