Localizada entre los municipios de Tepeyahualco y Coyoaco, se encuentra la zona arqueológica de cantona y se le considera una de las ciudades prehispánicas más antiguas de nuestro país.
Gracias a la asimetría en sus edificaciones y a la elaborada planificación que tuvo, se le considera también como la ciudad más urbanizada del México prehispánico.
Su nombre proviene de la palabra náhuatl caltonal que significa casa del sol.
Todavía hoy en día, permanece siendo un misterio que civilización construyó y vivió en este lugar. Se piensa que la principal actividad comercial que se llevaba a cabo aquí
Es probable que este lugar haya sido descubierto en el año de 1855 por Henri de Saussure.
En 1938 Paul Gendrop definió que la extensión de Cantona es de 15 kilómetros cuadrados.
En 1980 la arqueóloga Diana López de Molina realizó un mapa del sitio para poder proponer una posible cronología de la ocupación de la zona.
Los resultados de los estudios proponen que esta ciudad fue ocupada desde el periodo Preclásico Superior hasta el Clásico Temprano, esto significa que sería una de las ciudades más antiguas del país. También se indica que el apogeo de Cantona fue probablemente entre los años 600 y mil después de Cristo.
Se ha dicho que Cantona probablemente afectó a Teotihuacán al obstruir rutas de comercio de la costa al altiplano.
Este sitio se constituye por varios patios. A lo largo del tiempo se han descubierto lugares de trabajo de la obsidiana y de la cantera, esto indica que había una división en el trabajo de sus habitantes.
Se han descubierto también estructuras ceremoniales, como juegos de pelota, podemos encontrar más de 24; doce de ellos son de un estilo especial al que se le nombró “tipo Cantona”, que consta de estructuras alineadas, con pirámides, plazas, altares y otras estructuras.
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Como dijo el arqueólogo Spyridon Marinatos “Excavar es abrir un libro escrito en el lenguaje que los siglos han hablado dentro de la tierra.”
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