/ lunes 23 de marzo de 2020

Articulaciones, básicos para la movilidad y flexibilidad

Estas no se regeneran, cuídalas desde joven para no comprometer tu calidad de vida

Alguna vez te has detenido a pensar en el peso que soportan nuestra cadera, rodilla o tobillo con el simple hecho de andar. Todo esto supone tensión para las articulaciones, que tarde o temprano, pagan el precio de ayudarte a mover con facilidad a lo largo de la vida.

Es necesario cuidarlas para no sufrir problemas en el futuro, ya que cualquier alteración en alguna de ellas (por degaste y/o enfermedad) limitará nuestros movimientos y nuestra calidad de vida.

“La función principal de las articulaciones es protección y flexibilidad: permiten la movilidad de nuestros músculos y huesos, también nos facilitan hacer giros con nuestro cuerpo, nos dan fuerza en el movimiento y soportan nuestro peso”, expone Fernanda Lizaola, quirofísico-quiropráctico de la Clínica PraxisQuiro.

Enfatiza además, que las articulaciones no se regeneran, así que un mal uso de las mismas acelera su desgaste y por consiguiente su envejecimiento. Deporte intenso, edad avanzada, obesidad, un traumatismo y hasta el clima, pueden dañar nuestras articulaciones; de igual forma se ven afectadas por enfermedades crónicas como la artritis y artrosis.

Cuando la articulación se daña aparece un dolor (con el movimiento) que aumenta de intensidad con el tiempo, más tarde puede aparecer incluso en reposo; después presentará rigidez para finalmente limitar su función.

La especialista refiere que una nutrición adecuada, ejercicio regular y una postura apropiada, entre otros, pueden hacer que tus articulaciones se mantengan en buen estado por más tiempo. Estas son sus recomendaciones para cuides correctamente tus articulaciones desde joven.

ALIMÉNTATE SANAMENTE

Lleva una dieta rica en vitaminas, proteínas y minerales. Hidrátate para lubricar la articulación, así facilitarás su deslizamiento y movimiento de manera suave.

Consume magnesio en frutos secos como almendras, nueces, piñones o semillas de sésamo; verduras de hoja verde como acelgas, espinacas, soja y arroz integral. Otro mineral es el azufre que lo encuentras en pescados, aves y carnes magras. El calcio es fundamental para que los huesos estén fuertes, consume lácteos y fósforo en acelgas, aceitunas, perejil o apio.

La vitamina A con sus propiedades antioxidantes, encuéntrala en naranja, calabaza, zanahoria, tomate, pimientos, espinacas e hígado. La vitamina C es esencial para producir colágeno, una proteína básica en la regeneración del cartílago; una naranja o un kiwi al día será suficiente. Recibe los rayos del sol al menos 15 minutos al día, es una buena fuente de vitamina D, así como el salmón, las sardinas, el atún y los huevos.

El sobre peso y la obesidad son enemigos de las articulaciones así que cuida tu alimentación y evita alimentos industrializados, azúcares y grasas. No consumas alcohol ni tabaco.

EJERCÍTATE REGULARMENTE

Para contrarrestar el deterioro músculo esquelético asociado al envejecimiento practica una actividad física moderada, esto potenciará tu musculatura a la vez que protegerá las articulaciones y evitará el desgaste prematuro.

Realiza ejercicio físico progresivo, de acuerdo a tu condición y edad. Toma en cuenta que los deportes de alto impacto (saltar, correr, tenis, pádel) desgastan las articulaciones y las dañan. Practica yoga, pilates, natación o caminata.

SUPLEMENTOS

Son aporte adicional para conservar las articulaciones en buen estado, te ayudarán a mantener la buena movilidad y fortalecer los cartílagos. Algunos de ellos son la glucosamina, condriotina, colágeno, ácido hialurónico, magnesio y omega 3.

Solo recuerda que los suplementos son una ayuda, no sustitutos de una dieta equilibrada. Es mejor que consultes a tu médico o especialista para su consumo.

BUENA POSTURA

Es indispensable que en todas tus actividades diarias mantengas una postura correcta. Obsérvate al caminar o al sentarte y corrígete, flexiona tus rodillas al levantar peso, y duerme en posición ergonómica: duerme de lado con las rodillas dobladas (una almohada entre las piernas), así mantendrás la columna lumbar alineada.

CONTACTO

Fernanda Lizaola

Tel. 222-310-6962

www.praxisquiro.com

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Alguna vez te has detenido a pensar en el peso que soportan nuestra cadera, rodilla o tobillo con el simple hecho de andar. Todo esto supone tensión para las articulaciones, que tarde o temprano, pagan el precio de ayudarte a mover con facilidad a lo largo de la vida.

Es necesario cuidarlas para no sufrir problemas en el futuro, ya que cualquier alteración en alguna de ellas (por degaste y/o enfermedad) limitará nuestros movimientos y nuestra calidad de vida.

“La función principal de las articulaciones es protección y flexibilidad: permiten la movilidad de nuestros músculos y huesos, también nos facilitan hacer giros con nuestro cuerpo, nos dan fuerza en el movimiento y soportan nuestro peso”, expone Fernanda Lizaola, quirofísico-quiropráctico de la Clínica PraxisQuiro.

Enfatiza además, que las articulaciones no se regeneran, así que un mal uso de las mismas acelera su desgaste y por consiguiente su envejecimiento. Deporte intenso, edad avanzada, obesidad, un traumatismo y hasta el clima, pueden dañar nuestras articulaciones; de igual forma se ven afectadas por enfermedades crónicas como la artritis y artrosis.

Cuando la articulación se daña aparece un dolor (con el movimiento) que aumenta de intensidad con el tiempo, más tarde puede aparecer incluso en reposo; después presentará rigidez para finalmente limitar su función.

La especialista refiere que una nutrición adecuada, ejercicio regular y una postura apropiada, entre otros, pueden hacer que tus articulaciones se mantengan en buen estado por más tiempo. Estas son sus recomendaciones para cuides correctamente tus articulaciones desde joven.

ALIMÉNTATE SANAMENTE

Lleva una dieta rica en vitaminas, proteínas y minerales. Hidrátate para lubricar la articulación, así facilitarás su deslizamiento y movimiento de manera suave.

Consume magnesio en frutos secos como almendras, nueces, piñones o semillas de sésamo; verduras de hoja verde como acelgas, espinacas, soja y arroz integral. Otro mineral es el azufre que lo encuentras en pescados, aves y carnes magras. El calcio es fundamental para que los huesos estén fuertes, consume lácteos y fósforo en acelgas, aceitunas, perejil o apio.

La vitamina A con sus propiedades antioxidantes, encuéntrala en naranja, calabaza, zanahoria, tomate, pimientos, espinacas e hígado. La vitamina C es esencial para producir colágeno, una proteína básica en la regeneración del cartílago; una naranja o un kiwi al día será suficiente. Recibe los rayos del sol al menos 15 minutos al día, es una buena fuente de vitamina D, así como el salmón, las sardinas, el atún y los huevos.

El sobre peso y la obesidad son enemigos de las articulaciones así que cuida tu alimentación y evita alimentos industrializados, azúcares y grasas. No consumas alcohol ni tabaco.

EJERCÍTATE REGULARMENTE

Para contrarrestar el deterioro músculo esquelético asociado al envejecimiento practica una actividad física moderada, esto potenciará tu musculatura a la vez que protegerá las articulaciones y evitará el desgaste prematuro.

Realiza ejercicio físico progresivo, de acuerdo a tu condición y edad. Toma en cuenta que los deportes de alto impacto (saltar, correr, tenis, pádel) desgastan las articulaciones y las dañan. Practica yoga, pilates, natación o caminata.

SUPLEMENTOS

Son aporte adicional para conservar las articulaciones en buen estado, te ayudarán a mantener la buena movilidad y fortalecer los cartílagos. Algunos de ellos son la glucosamina, condriotina, colágeno, ácido hialurónico, magnesio y omega 3.

Solo recuerda que los suplementos son una ayuda, no sustitutos de una dieta equilibrada. Es mejor que consultes a tu médico o especialista para su consumo.

BUENA POSTURA

Es indispensable que en todas tus actividades diarias mantengas una postura correcta. Obsérvate al caminar o al sentarte y corrígete, flexiona tus rodillas al levantar peso, y duerme en posición ergonómica: duerme de lado con las rodillas dobladas (una almohada entre las piernas), así mantendrás la columna lumbar alineada.

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Fernanda Lizaola

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