Cuando estamos enamorados “se nota”, y cuando ya no hay más amor, también. Los besos, las caricias, los abrazos melosos, las miradas y hasta la sonrisa, son gestos de la comunicación no verbal que una pareja tiene cuando están en plenitud, sin embargo, también existen otros que indican lo contrario. En este tiempo de cuarentena, en el que las parejas tienen que convivir más tiempo que de costumbre, seguramente los problemas pueden estar a la orden del día, por lo que es importante saber identificar las expresiones que indican que algo anda mal.
“La comunicación no verbal es igual o más importante que la comunicación verbal, ya que complementa y en muchas ocasiones deja ver más sobre lo que realmente pensamos y sentimos respecto a diferentes temas”, asegura Adán Contreras Contreras, psicólogo y tallerista en LU-NA Espacio de Desarrollo Integral Humanista, A. C. El lenguaje no verbal se refiere a un conjunto de signos, señales y actitudes que proyectamos con nuestro cuerpo en el proceso de comunicación. Estos pueden denotar seguridad, nerviosismo, tranquilidad, enojo, tristeza, etc., y podríamos decir que es la manera en la cual nuestro cuerpo se expresa.
Según el experto, la comunicación no verbal tiene una importancia fundamental en las relaciones de pareja, ya que muchas veces hay cosas que no nos parecen del otro y no llegamos a decírselas directamente, sin embargo, es probable que se lo hagamos notar mediante nuestros gestos, posturas o movimientos. “Sin temor a exagerar, muchos de los problemas que se presentan en una discusión, van totalmente relacionados por la reacción corporal que se tiene a la hora de interactuar”, afirma, por lo que oraciones como “¿por qué me pones esa cara?”, “¡no me pongas esos ojos!”, o “ya vas a empezar con tus gestos”, son sólo algunos ejemplos de lo que la mayoría notamos y expresamos de manera verbal, lo que generalmente agrava el conflicto.
GESTOS O PISTAS QUE NOS PONEN EN ALERTA
“Cada persona es diferente a la hora de comunicarse, por lo que no podríamos englobar todos los gestos o pistas que pudiesen surgir a la hora de comunicarse y que denoten molestia o disgusto por parte de la pareja”, afirma Adán, por lo que a continuación nos menciona algunos casos para tenerlos como referencia:
1. Mirada evasiva. Si la persona con la que te estás comunicando es incapaz de sostenernos la mirada y en su defecto sólo la posa en el piso, denota que se encuentra en una actitud pasiva, por lo que es probable que experimente culpa y no pueda afrontar directamente las situaciones que surjan.
2. Expresiones faciales. Estas pueden ser muy variadas y dependen del contexto y la educación de la persona, desde poner los ojos en blanco hasta torcer la boca; pueden atizar más las llamas del enojo o la frustración en las discusiones.
3. Postura corporal. En el proceso de la comunicación la postura puede denotar el estado de ánimo o emocional de las personas. Por ejemplo, hombros caídos y cabeza abajo puede indicar tristeza o culpa; encogerse como cuando te van a dar un golpe pero de manera continua puede revelar que es temeroso, o cuando están parados y están azotando su pie contra el piso o moviendo la pierna constantemente, puede mostrar que se está ansioso o nervioso. Observar la postura de la pareja nos hará saber si tiene alguna molestia o incomodidad.
4. Brazos cruzados. Esta postura indica defensa o estar cerrado. Regularmente la adoptamos cuando nos sentimos amenazados o nos enfrentamos a un problema y es común hacerlo en espacios abiertos o cuando nos consideramos agredidos.
5. Movimiento excesivo de manos y brazos. Estos pueden denotar ira o agresividad. Se usan en momentos en los que las personas se ven sobrepasadas por su enojo y ponen en alerta a quienes están a su alrededor.
¿QUÉ HACER AL RESPECTO?
El autoconocimiento es lo primordial para entender el tema; de esta manera podremos saber cómo nos comunicamos de manera no verbal e identificamos patrones que sean de molestia para nuestra pareja. “Una vez que hacemos consiente esta información seremos capaces de trabajar sobre ella y mejorar el modo en el que nos comunicamos. En este mismo sentido debemos conocer a nuestra pareja y ser muy observadores para descubrir las pautas de la comunicación y los ‘mensajes entre líneas’ que nos quiera hacer saber”, enuncia Contreras. De esta manera podremos mediar los momentos difíciles.
Las relaciones de pareja se tratan de trabajo en equipo, por lo que tenemos que evitar pensar que son los otros los que tienen que cambiar; por el contrario, cada uno de nosotros es capaz de cambiar los patrones problemáticos de nuestra vida. “Lo primero es identificarlos, para después poder trabajarlos. La comunicación no verbal no es la excepción, por lo que, si tú has notado algo con lo que no te sientes cómodo, es momento de que lo expreses y cambies para tu bienestar”, finaliza.
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