Los adolescentes de esta época tienen una marcada diferencia con los de generaciones pasadas, ya que el hecho de contar con redes sociales agudiza el problema de los complejos propios de la edad, pues la forma en que se exhiben unos a otros es de proporciones tan grandes, que rebasa la capacidad de asimilación de ellos mismos y de nosotros como padres, expone Jaqueline Machado, profesional de la salud mental.
“Vivir en una era digital intensifica el impacto de cualquier complejo que pueda tener un adolescente, desde el tono del cabello, si usa gafas o no, si tiene pecas, la ropa que usa, los compañeros con los que se lleva, el número de amigos que tiene en Facebook, seguidores de Instagram o Twitter”, explica.
Refiere que por ello estar informados de todo lo que sucede en la era digital es un factor fundamental en la vida de nuestros hijos, sobre todo porque en los últimos diez años el porcentaje de suicidios en adolescentes se ha incrementado hasta en un 200%.
Asegura que algunos de los comportamientos y conductas que pueden desarrollar en esta etapa nuestros hijos, si no nos involucramos con ellos en forma equilibrada, son: adicción al alcohol y drogas; promiscuidad y sexo compulsivo; excesivo tiempo en videojuegos, redes sociales o actividad cibernética; autolesionarse, depresión, relaciones destructivas, ideas suicidas, violencia, agresión o vandalismo.
FACTORES DE RIESGO
Enfatiza que si el bullying potencializa los complejos que pueda tener un adolescente, el “ciberbullying” alcanza proporciones inimaginables, por ello son fundamentales la comunicación y el entendimiento en la relación con tu hijo.
La especialista señala que el sentir un complejo, ya sea físico, emocional sexual o mental, repercute en todas sus áreas: social, familiar y académica, al punto que puede llegar a una depresión y a la idea de quitarse la vida. Cuando un adolescente menciona este pensamiento existe un alto porcentaje de verdad en ello y una historia de sufrimiento que hay que considerar.
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Por eso es muy importante que lo tomes en cuenta, puesto que sus complejos no solo pueden fracturar sus relaciones de amistad o amorosas; si a esto se le suma que se siente incomprendido y no escuchado, puede llegar a suicidarse.
¿CÓMO AYUDARLOS?
“Como padres debemos involucramos en el mundo de nuestros hijos, manteniendo distancia y sin asfixiarlos y a la vez sin soltarlos tanto, porque si te encuentras ausente, difícilmente te darás cuenta de sus intereses, amistades y otros aspectos de su vida; entonces se complica el poder ayudarlos a liberarse de cualquier tipo de complejo”, asegura.
Debes analizar qué tan tóxico eres en la sobreprotección o en la imposición hacia tus hijos; trabaja en ello, porque ellos tienden a evadirse y alejarse cuando esto sucede.
De igual forma tus hijos adolescentes y preadolescentes se pueden sentir acomplejados por su nivel socioeconómico, raza, preferencias y gustos diferentes al común denominador. Por eso, la mejor forma que tienes como padre para ayudar a tu hijo a liberarse de cualquier tipo de inseguridades es involucrarte en su mundo.
CONSEJOS PRÁCTICOS
Interésate realmente en los intereses de ellos.
Dosifica y supervisa el uso de sus dispositivos digitales.
Escucha más a tus hijos adolescentes y habla menos.
Invita a sus amigos a casa para que sepas con quién se lleva, cómo piensa y cómo se desenvuelve.
Cuando el desempeño académico sea bajo, pregúntale tranquilamente por qué y cómo lo pueden solucionar.
Si eres de los que amenaza bájale a estas, así como a los excesivos “deberías de”.
Establece una relación tan cariñosa y afectiva con tus hijos que realmente genere en ellos confianza y seguridad.
- Predica con el ejemplo, si tú te sientes acomplejado es casi imposible que motives a tus hijos a liberarse de sus propios complejos
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