Cuando una pareja llega al matrimonio, normalmente es porque ambos se sienten enamorados, pero sentirlo es diferente a expresarlo al otro, de manera que él o ella sepan nuestros sentimientos, el problema es que a veces nosotros pensamos que lo estamos demostrando, pero la otra persona no lo percibe como tal.
¿Por qué sucede esto? Según lo que afirma Gary Chapman, director del seminario “Hacia un matrimonio cada vez mejor”, existen cinco lenguajes del amor y los describe en un libro con ese nombre; con esto quiere decir que cada persona tiende a expresar este sentimiento y prefiere recibirlo de maneras concretas.
Para entender esto más fácil, imaginemos que quizá una persona percibe como cariño el que el otro le ponga atención y esté pendiente de lo que le gusta, pero para la otra son más importantes los regalos o los detalles para sentirse amada.
Es como si uno de los dos hablara en inglés, pero el otro no sabe ese idioma, entonces no entiende lo que le quieren decir, así, tu lenguaje emocional amoroso y el de tu cónyuge pueden ser tan diferentes como el chino del español, asegura Chapman.
Y aunque el amor es un sentimiento universal e innato en todos los seres humanos, que por naturaleza tenemos la capacidad de darnos a los demás, como nos explicaba Dulce María Pérez Torres, catedrática en la UPAEP especialista en psicología social, aun así, al igual que el propio lenguaje, puede expresarse de diferentes maneras por cada uno de nosotros.
CUÁLES SON LOS LENGUAJES DEL AMOR
Regresando a Chapman, quien es consejero matrimonial, en su libro dice que muchas personas le preguntan por qué tan pocas parejas parecen haber encontrado el secreto para mantener vivo el amor después de la boda y el autor asegura que, si queremos ser efectivos comunicadores de amor, debemos aprender el lenguaje amoroso más importante de nuestro cónyuge.
Dice que cada persona tiene entre uno y dos tipos de lenguaje con los que nos sentimos más cómodos para expresarnos y con los que captamos mejor el amor que nos viene de fuera y conocerlos, saber cuál encaja con nosotros, nos permitirá, para empezar, comprendernos mejor a nosotros mismos. Al tener conocimiento de esto, podremos saber cómo amamos, cómo esperamos que el otro lo haga, y de qué forma encontrar equilibrio en la relación.
La conclusión del escritor, luego de veinte años de consejería matrimonial, es que hay básicamente cinco lenguajes amorosos, cinco maneras en que las personas hablan y entienden el amor, y añade que estos pueden ser muy importantes para que una relación mejore sustancialmente, y no solo en pareja, sino entre amigos, compañeros o familia.
1. PALABRAS DE AFIRMACIÓN
Es el primer lenguaje descrito por el autor, quien comenta que expresamos cariño al verbalizar palabras de ánimo, apoyo, afecto, felicitación, elogios, amabilidad, o humildad hacia otro. Estas a veces se dicen sin pensar y causan un efecto muy positivo en la otra persona, al aumentar su autoestima, su seguridad y su bienestar.
2. TIEMPO DE CALIDAD
No se refiere a las falsas necesidades creadas por el mercado, como tener el mejor coche, viaje o casa, que pueden hacernos olvidar lo que significa realmente el tiempo de calidad, que no sería tanto el acto (una buena cena en un restaurante caro), sino el disfrute de compartirlo con nuestros seres queridos, escucharlos sin prisas ni otros distractores.
3. RECIBIR REGALOS
Respecto a esto, Chapman afirma que el significado del regalo parece haber perdido valor en la actual sociedad consumista, en la que a veces se piensa que deben ser más caros, aunque no sean necesarios o útiles.
Pero puede expresarse más cariño al ser elaborados por la propia persona y para algunos estos son los que simbolizan una expresión de amor más bonita. Por otro lado, quien dedica tiempo en hacer o buscar el regalo perfecto, disfruta al darlo y ver la sonrisa de quien lo recibe.
4. ACTOS DE SERVICIO
Algunas personas encuentran gratificante el servir a otros o hacerles favores, por ejemplo, cocinar, arreglar cosas, limpiar, hacer las tareas más pesadas o ir a lugares lejanos, son acciones que llevan a cabo con una sonrisa en la cara, sin esperar nada a cambio. "No es una necesidad ni una obligación, sino algo que se hace de manera generosa para ayudar al otro".
5. CONTACTO FÍSICO
Con este lenguaje no se necesitan palabras, por lo que representa una manera más sencilla de expresarlo. Las personas que prefieren este lenguaje disfrutan con las caricias, los abrazos y se sienten reconfortadas en los brazos de otros o al unir sus manos.
De hecho, Chapman asegura que en nuestra primera infancia este es el tipo de lenguaje que más nos nutre, el que nos ofrece alivio, seguridad, y afecto. Conforme crecemos, esa necesidad no se desaparece, pues siempre nos podemos sentir aliviados con un abrazo, al ser sostenidos en brazos y disfrutamos el contacto físico de las personas que amamos.
LA IMPORTANCIA DE COMPARTIR LA FORMA DE AMAR
Respecto a la importancia de los cinco lenguajes del amor descritos por Chapman, María Esther Navarro Sánchez, psicóloga forense, menciona que frecuentemente hay parejas que acuden a consulta y dicen que no reciben muestras de amor del otro y añade que conocer, identificar y compartir las distintas formas de amar representa una gran ayuda en este sentido y aporta un plus para la comunicación en pareja.
“Existen múltiples estrategias y tareas para mejorar las relaciones, pues el terreno de la Terapia de Pareja es muy amplio. Los 5 lenguajes del amor es una de ellas. Una vez visualizadas pueden parecer obvias, pero si pensamos un momento, pocas veces le decimos a la otra persona cual es la que preferimos. Nadie es adivino, y obviar que el otro lo sabe, es un error muy frecuente entre parejas”, afirma Navarro.
Puede ocurrir que, si no nos demuestran el amor a través de nuestro lenguaje de preferencia, quizá sintamos que no nos aman. Pero ya que conocemos esta información, podemos obtener una utilidad de esto, meditar acerca de esto y comentarlo con nuestra pareja, amigos o familia. Para ello, la especialista recomienda:
1. Conocer los cinco lenguajes del amor: palabras de afirmación, tiempo de calidad, regalos, actos de servicio y contacto físico (descritos en la página anterior).
2. Descubrirlos en nosotros mismos: necesitamos pensar cuál es la forma en la que preferimos recibir amor y aquella en la que solemos expresarlo. Para ello, podemos recordar la intensidad y duración de la emoción que sentimos cuando recibimos las diferentes muestras de cariño.
3. Decírselo a los demás: una vez que identificamos cuál es nuestro preferido, comunicárselo a nuestra pareja y que la otra persona nos diga también sus preferencias.
4. Ponerlo en práctica: podría parecer fácil, pero hay que tener paciencia, porque no todos solemos expresarnos, por ejemplo, con abrazos. Lo que para unos es normal, para otros puede no ser lo cotidiano y no es tan fácil cambiar los hábitos.
Finalmente, la especialista refiere que toda persona sana tiene capacidad para expresar los cinco tipos de amor, y que en mayor o menor medida expresamos todos o casi todos. Navarro cita a Elsa Punset quien, en su libro “Brújula para navegantes emocionales” defiende: "si acostumbramos a nuestros hijos a dar y recibir amor de todos los lenguajes, el día de mañana podrán comunicarse libremente en todos ellos".
