¿Alguna vez llegaste a pensar que una iguana pudiera dormir en un colchón? Pues así es, a pesar de que en su hábitat natural estos reptiles son fundamentalmente arborícolas, es decir, que en los árboles pasan la mayor parte del tiempo.
Esto lo hacen gracias a sus fuertes garras y su larga cola, cuando viven en cautiverio lo mejor es tenerlos resguardados dentro de casa, pero eso sí, es necesario sacarlos unas tres horas diarias a que tomen el sol.
Para conocer más acerca de todos los cuidados que requieren estos compañeros de vida entrevistamos a Carolina Flores, médica veterinaria zootecnista especialista en animales exóticos.
Para comenzar, nos explica que las iguanas conforme crecen, cambian las escamas que recubren todo su cuerpo. Esto puede ocurrir varias veces al año, sobre todo cuando son pequeñitas, que las mudan con mayor frecuencia que ya de adultas.
Existen varias especies, pero las más recomendables para tener en casa son las verdes, que son más comunes y las podemos adquirir en muchos criaderos que hay aquí en el país.
Además estas tienen un mejor temperamento que la iguana negra, por ejemplo, que como no es tan fácil de encontrar, sobre todo por el tema de la conservación, es mejor dejarla en libertad.
Agrega que cuando se encuentran en cautiverio pueden alcanzar un tamaño de hasta dos metros, con todo y cola; pueden llegar a vivir entre 15 y 20 años, cuando están adecuadamente cuidadas y les fascina el sol.
Como todos los reptiles, necesitan estar expuestas a los rayos solares, pero ellas lo necesitan mucho más que algunas especies más pequeñas, como los camaleones o los dragones, para que se pueda absorber el calcio en sus huesos.
CÓMO DEBE SER SU ESPACIO
El tamaño del lugar que tengan destinado como su propio espacio varía de acuerdo con su talla, pero en promedio debería de ser un espacio de 2 por 1 por 2 metros, es decir, que sí debe ser bastante amplio para que cuando gire su cola no choque con los extremos de su recinto, pues de esa manera estaría muy incómoda, se estresaría, no podría girar para desplazarse y su crecimiento se vería limitado.
Como son animales diurnos y durante la noche duermen completamente, cuando se encuentran a la intemperie podrían no darse cuenta si los ataca algún depredador, por eso es mejor tenerlos a buen resguardo.
Carolina indica que la temperatura a la que se debe mantener su espacio es de entre 28 y 35°C, por lo que en temporada de frío es necesario ponerles alguna fuente de calor, como una placa térmica y un termómetro, para poder monitorearlos constantemente.
Además, deben tener un foco que emita rayos ultravioleta, que les ayudará a absorber el calcio. También, como les gusta escalar y estar entre las ramas, debemos colocar ramas o troncos gruesos para que ellos puedan subirse, ejercitarse y para que puedan rascarse.
Con ellos también les ayuda a desprender las escamas de su piel cuando necesiten mudarlas. De preferencia que sean artificiales, para que no pueda darse el caso de que coman plantas que no deban.
¿QUÉ COMEN?
Básicamente son herbívoras, comen verduras de hoja verde oscura, como espinacas lechuga romana, un poco de col, calabaza y de frutas las que mayor contenido nutricional les aportan son plátano, papaya y melón.
También existen croquetas para iguana, que vienen adicionadas con vitaminas y algunos minerales esenciales; esas las podemos adicionar a su ensalada para que tengan un mejor aprovechamiento.
Asimismo, puedes darle un poco de calcio, el cual incluso venden en polvo, para espolvorear al menos una vez por semana en su comida; eso les va a ayudar mucho a tener un mejor desarrollo, recomienda la especialista.
CÓMO INTERACTUAR CON ELLAS
La entrevistada asegura que, aunque muchos dicen que los reptiles son de sangre fría, la verdad es que sí tienen sentimientos, pueden hacer cosas por gusto, con las que se sienten cómodos y explica que sí podemos interactuar de alguna manera y formar un vínculo con ellos.
Aunque no se pueden expresar igual que los perros, por ejemplo, sí podemos darnos cuenta con sus acciones, pues buscan el contacto con sus dueños cuando estos interactúan bastante con ellos.
Aunque pueden ser un poquito enojones y a lo mejor no les gusta del todo que los carguen, es cuestión de hacerlo con cuidado y de una forma en la que se sienta cómodas, para que no vayamos a tener ninguna molestia, pero sí es importante interactuar con ellos, expone.
Ten cuidado si la sacas al jardín y tienes árboles o lugares así, porque como les gusta trepar se puede ir y de plano ya no la volverás a ver.