/ lunes 5 de julio de 2021

¿Cómo hacer que mis hijos coman bien? Una especialista te cuenta los secretos

Es importante no relacionar los alimentos con los mensajes erróneos, de premio o castigo, sino explicarles con la verdad el por qué deben comer saludable

¿Cuántas veces les has dicho a tus hijos “no te levantas de la mesa hasta que acabes toda tu comida”? Eso es algo muy común que aplican las mamás para intentar que los niños coman saludable, pero quizá esa no sea la manera adecuada de inculcarles buenos hábitos nutricionales, tampoco es bueno forzarlos a probar las verduras, entonces ¿cómo hacer que mis hijos coman bien?, aquí te lo contamos.

Para saber cuál sería la estrategia adecuada para logar que nuestros niños se alimenten sanamente recurrimos a Lupitha Flores Rojas, profesora e investigadora de la Facultad de Nutrición de la UPAEP, quien nos explica algunos consejos prácticos para salir victoriosos en esta difícil tarea de hacer que se coman el brócoli.

Para comenzar, la entrevistada explica que la alimentación durante toda nuestra vida es primordial, porque va a brindar todos los nutrimentos y requerimientos energéticos que son necesarios para cada una de las etapas y en específico de los niños, desde la lactancia, en etapas preescolar, escolar o adolescente, estamos hablando hay un crecimiento, que en los primeros meses es muy acelerado y de ahí va a desacelerarse, pero sigue existiendo.

Foto: Cortesía

Cuando al niño se le brinda una correcta alimentación, con la que obtenga todos los nutrientes fundamentales para su crecimiento y desarrollo, incluso para fortalecer su sistema inmunológico, no solo le beneficia a nivel físico, sino también para llegar a establecer características tanto psicológicas como sociales.

En toda la etapa pediátrica los pequeños adquieren diferentes habilidades: motrices, gruesas, finas, pueden hacerse más independientes, sociabilizan, hay una maduración, llegan a jugar, a entablar palabras y en la parte social, en la comunicación, también obtienen beneficios cuando están adecuadamente nutridos.

CONSEJOS IMPORTANTES

FIJAR HORARIOS. La especialista apunta que debemos establecer horarios fijos para las comidas, porque eso va a generar hábitos de alimentación que perdurarán más adelante en la vida adulta y el que ellos tengan bien establecida una rutina muy específica, va a apoyar a que el niño obtenga los nutrimentos necesarios y que llegue a ser un poco más consciente de lo que consume.

ESCUCHARLOS. Es importante tener en cuenta que el niño sabe cuándo tiene hambre y cuándo ya no, como adultos no podemos decidir por el niño ni decirle “tienes que comer más, porque yo lo digo”, esto debe ser en función de lo que los pequeños digan, nadie conoce mejor su cuerpo que ellos y debemos hacerles caso cuando digan que ya están llenos.

COMER CON CALMA. Es necesario que el niño tenga tiempo suficiente para ingerir sin prisa, sin ansiedad los alimentos, para lograr una buena masticación y con ello una digestión adecuada, pero también para que sea un momento placentero, de comunicación, de convivencia con el resto de la familia, para adquirir todos estos hábitos positivos.

CUÁNDO NO PREOCUPARNOS DE MÁS. A pesar de que sí se debe tener un horario fijo establecido para comer, en ocasiones hay momentos a lo mejor de diversión, por una fiesta, en los que el niño quiere jugar más tiempo; esto no sucede todos los días, entonces ocasionalmente les podemos permitir divertirse un poco más, sociabilizar con sus amiguitos y no debemos preocuparnos de más porque más adelante ellos solitos vendrán a decir cuando tengan hambre.

Foto: Cortesía

Sí preocuparse porque el niño tiene que comer, porque es un día y necesita cubrir esos requerimientos y necesidades nutrimentales, pero tampoco quitar esos momentos de juego y diversión, que eso involucra también la comunicación y convivencia social con el resto de las personas y si es un momento donde está en convivencia con los amiguitos, está bien fomentar eso, donde puede generar también un vínculo.

NO USAR LA COMIDA COMO CASTIGO

Cuando a los niños se les dice: “no te vas hasta que te comas todo, te vas a la cama sin cenar o de castigo no comes postre”, no es lo ideal, porque con esto los niños no crean consciencia de por qué tendrían que comer los alimentos de la forma adecuada, es decir, se relacionan la alimentación con un mensaje que es incorrecto, el adecuado es e explicarle por qué tiene que comer ciertos alimentos: porque le ayudan a crecer, a no enfermarse y a sentirse mejor.

Esos mensajes que se llegan a dar cuando se premia o se castiga, pueden presentar variaciones en el mismo apetito del niño, porque se les obliga a comerse todo, aun cuando es una porción más grande de la que deberían consumir.

De igual manera, al decirles por ejemplo “reprobaste, entonces no te toca pastel”, ahí se genera un comportamiento con la alimentación que pude detonar a una conducta alimentaria errónea más adelante, en donde el niño se puede refugiar en los alimentos para obtener cariño, placer, llamar la atención; esas son algunos de los puntos negativos que pueden presentarse cuando generamos estos mensajes, indica.

Foto: Cortesía

LA IMPORTANCIA DEL EJEMPLO

Lupitha Flores, catedrática de nutrición en la UPAEP, asegura que para lograr que los niños pequeños y adolescentes puedan crear buenos hábitos alimenticios la fórmula mágica también va con el ejemplo, pues a veces las palabras entran por un oído y salen por otro, pero cuando ellos ven que los papás lo hacen, que es común en la familia tener esas costumbres saludables, entonces lo replican, al igual que los malos.

Sí a nuestros hijos les prohibimos tomar refresco, pero nosotros o sus hermanos grandes sí lo consumen, entonces esto es una contradicción y si existen esas diferencias en los hábitos de los integrantes de la familia el niño se desconcertará y dirá: ¿por qué ustedes sí y yo no? Es por eso que los hábitos saludables tienen que verse desde casa, porque esos nos hacen ser personas sanas, con menor riesgo a presentar enfermedades más adelante; en el caso de los niños, les van a permitir tener más actividad, jugar, sentirse bien.

Asimismo, la entrevistada enfatiza que el ejemplo debe empezar desde casa y desde chiquitos; los niños que toman agua desde pequeñitos, cuando llegan a tomar refresco les gusta, pero después piden más agua simple.

Añade que es importante conocer a nuestros hijos, pues los niños en etapas escolares empiezan a saber qué les gusta y qué no; menciona que otra opción que ayuda a crear esos buenos hábitos es escucharlos, tomar en cuenta sus opiniones y hacer un menú familiar entre todos; decirles: “hoy te toca decir qué te gustaría comer” y que participen en la preparación de los alimentos, incluso en la del lunch en algún momento, eso apoyará mucho a establecer ese vínculo familiar de la alimentación.

EJEMPLOS DE SNACKS SALUDABLES

Es importante mencionar que un snack no sustituye al desayuno, nunca se debe pensar en darlo como desayuno, porque es una porción pequeña de alimento; entonces la mayoría de estos saludables pueden ser combinaciones de diferentes grupos donde se prefiere que sean frutas, verduras, cacahuates, nueces almendras, un coctel de frutas.

También se les puede dar gelatina, palomitas de maíz, yogur natural o con bajas cantidades de azúcares añadidos trocitos de queso en porciones pequeñas, el agua simple no les puede faltar (en lugar de refrescos), zanahoria con chilito y limón o una manzana picada con sal y chilito, algunos cereales, como amaranto o galletas preparadas en casa un poco más integrales, concluye. De esta forma ya no tendrás que preguntarte todos los días ¿cómo hacer que mis hijos coman bien?

¿Cuántas veces les has dicho a tus hijos “no te levantas de la mesa hasta que acabes toda tu comida”? Eso es algo muy común que aplican las mamás para intentar que los niños coman saludable, pero quizá esa no sea la manera adecuada de inculcarles buenos hábitos nutricionales, tampoco es bueno forzarlos a probar las verduras, entonces ¿cómo hacer que mis hijos coman bien?, aquí te lo contamos.

Para saber cuál sería la estrategia adecuada para logar que nuestros niños se alimenten sanamente recurrimos a Lupitha Flores Rojas, profesora e investigadora de la Facultad de Nutrición de la UPAEP, quien nos explica algunos consejos prácticos para salir victoriosos en esta difícil tarea de hacer que se coman el brócoli.

Para comenzar, la entrevistada explica que la alimentación durante toda nuestra vida es primordial, porque va a brindar todos los nutrimentos y requerimientos energéticos que son necesarios para cada una de las etapas y en específico de los niños, desde la lactancia, en etapas preescolar, escolar o adolescente, estamos hablando hay un crecimiento, que en los primeros meses es muy acelerado y de ahí va a desacelerarse, pero sigue existiendo.

Foto: Cortesía

Cuando al niño se le brinda una correcta alimentación, con la que obtenga todos los nutrientes fundamentales para su crecimiento y desarrollo, incluso para fortalecer su sistema inmunológico, no solo le beneficia a nivel físico, sino también para llegar a establecer características tanto psicológicas como sociales.

En toda la etapa pediátrica los pequeños adquieren diferentes habilidades: motrices, gruesas, finas, pueden hacerse más independientes, sociabilizan, hay una maduración, llegan a jugar, a entablar palabras y en la parte social, en la comunicación, también obtienen beneficios cuando están adecuadamente nutridos.

CONSEJOS IMPORTANTES

FIJAR HORARIOS. La especialista apunta que debemos establecer horarios fijos para las comidas, porque eso va a generar hábitos de alimentación que perdurarán más adelante en la vida adulta y el que ellos tengan bien establecida una rutina muy específica, va a apoyar a que el niño obtenga los nutrimentos necesarios y que llegue a ser un poco más consciente de lo que consume.

ESCUCHARLOS. Es importante tener en cuenta que el niño sabe cuándo tiene hambre y cuándo ya no, como adultos no podemos decidir por el niño ni decirle “tienes que comer más, porque yo lo digo”, esto debe ser en función de lo que los pequeños digan, nadie conoce mejor su cuerpo que ellos y debemos hacerles caso cuando digan que ya están llenos.

COMER CON CALMA. Es necesario que el niño tenga tiempo suficiente para ingerir sin prisa, sin ansiedad los alimentos, para lograr una buena masticación y con ello una digestión adecuada, pero también para que sea un momento placentero, de comunicación, de convivencia con el resto de la familia, para adquirir todos estos hábitos positivos.

CUÁNDO NO PREOCUPARNOS DE MÁS. A pesar de que sí se debe tener un horario fijo establecido para comer, en ocasiones hay momentos a lo mejor de diversión, por una fiesta, en los que el niño quiere jugar más tiempo; esto no sucede todos los días, entonces ocasionalmente les podemos permitir divertirse un poco más, sociabilizar con sus amiguitos y no debemos preocuparnos de más porque más adelante ellos solitos vendrán a decir cuando tengan hambre.

Foto: Cortesía

Sí preocuparse porque el niño tiene que comer, porque es un día y necesita cubrir esos requerimientos y necesidades nutrimentales, pero tampoco quitar esos momentos de juego y diversión, que eso involucra también la comunicación y convivencia social con el resto de las personas y si es un momento donde está en convivencia con los amiguitos, está bien fomentar eso, donde puede generar también un vínculo.

NO USAR LA COMIDA COMO CASTIGO

Cuando a los niños se les dice: “no te vas hasta que te comas todo, te vas a la cama sin cenar o de castigo no comes postre”, no es lo ideal, porque con esto los niños no crean consciencia de por qué tendrían que comer los alimentos de la forma adecuada, es decir, se relacionan la alimentación con un mensaje que es incorrecto, el adecuado es e explicarle por qué tiene que comer ciertos alimentos: porque le ayudan a crecer, a no enfermarse y a sentirse mejor.

Esos mensajes que se llegan a dar cuando se premia o se castiga, pueden presentar variaciones en el mismo apetito del niño, porque se les obliga a comerse todo, aun cuando es una porción más grande de la que deberían consumir.

De igual manera, al decirles por ejemplo “reprobaste, entonces no te toca pastel”, ahí se genera un comportamiento con la alimentación que pude detonar a una conducta alimentaria errónea más adelante, en donde el niño se puede refugiar en los alimentos para obtener cariño, placer, llamar la atención; esas son algunos de los puntos negativos que pueden presentarse cuando generamos estos mensajes, indica.

Foto: Cortesía

LA IMPORTANCIA DEL EJEMPLO

Lupitha Flores, catedrática de nutrición en la UPAEP, asegura que para lograr que los niños pequeños y adolescentes puedan crear buenos hábitos alimenticios la fórmula mágica también va con el ejemplo, pues a veces las palabras entran por un oído y salen por otro, pero cuando ellos ven que los papás lo hacen, que es común en la familia tener esas costumbres saludables, entonces lo replican, al igual que los malos.

Sí a nuestros hijos les prohibimos tomar refresco, pero nosotros o sus hermanos grandes sí lo consumen, entonces esto es una contradicción y si existen esas diferencias en los hábitos de los integrantes de la familia el niño se desconcertará y dirá: ¿por qué ustedes sí y yo no? Es por eso que los hábitos saludables tienen que verse desde casa, porque esos nos hacen ser personas sanas, con menor riesgo a presentar enfermedades más adelante; en el caso de los niños, les van a permitir tener más actividad, jugar, sentirse bien.

Asimismo, la entrevistada enfatiza que el ejemplo debe empezar desde casa y desde chiquitos; los niños que toman agua desde pequeñitos, cuando llegan a tomar refresco les gusta, pero después piden más agua simple.

Añade que es importante conocer a nuestros hijos, pues los niños en etapas escolares empiezan a saber qué les gusta y qué no; menciona que otra opción que ayuda a crear esos buenos hábitos es escucharlos, tomar en cuenta sus opiniones y hacer un menú familiar entre todos; decirles: “hoy te toca decir qué te gustaría comer” y que participen en la preparación de los alimentos, incluso en la del lunch en algún momento, eso apoyará mucho a establecer ese vínculo familiar de la alimentación.

EJEMPLOS DE SNACKS SALUDABLES

Es importante mencionar que un snack no sustituye al desayuno, nunca se debe pensar en darlo como desayuno, porque es una porción pequeña de alimento; entonces la mayoría de estos saludables pueden ser combinaciones de diferentes grupos donde se prefiere que sean frutas, verduras, cacahuates, nueces almendras, un coctel de frutas.

También se les puede dar gelatina, palomitas de maíz, yogur natural o con bajas cantidades de azúcares añadidos trocitos de queso en porciones pequeñas, el agua simple no les puede faltar (en lugar de refrescos), zanahoria con chilito y limón o una manzana picada con sal y chilito, algunos cereales, como amaranto o galletas preparadas en casa un poco más integrales, concluye. De esta forma ya no tendrás que preguntarte todos los días ¿cómo hacer que mis hijos coman bien?

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