||Artículo No.1088/GermánMartínez Gordillo||
El 15 de junio de 2014 publicamos aquí enCIENCIA: ‘La Gran Mancha Roja de JúpiterDecrece’; a 3 años de aquellas observaciones astronómicas,hoy, gracias a la sonda Juno en órbita joviana,tenemos nuevas medidas que muestran que aquella gigantesca tormentasigue disminuyendo su tamaño.
Veamos; hace 400 años inició la astronomía moderna, nació lanoche en que Galileo apuntó su‘cañón cristalino’ (telescopio) alcielo. En aquella memorable noche para la ciencia moderna, aquel 7de enero de 1610, el planetaJúpiter fue elprimer objeto que desveló sus misterios ante la curiosa yasombrada mirada del astrónomo italiano.
Aquella noche,Júpiter mostrósu sistema de lunas, sus nubes, pero no hubo registro de suprincipal característica, la Gran Mancha Roja.Queda la duda en la historia de la astronomía moderna, si eltelescopio de Galileo no pudo observarla, o sieste anticiclónaún no se había formado. Durante los últimos 400 años losastrónomos han tratado de explicar su existencia, algo que aún nohan logrado.
El asombro se apoderó de los estudiosos del gigantesco planetacon las últimas observaciones alanticiclón; laGran Mancha Roja está disminuyendo su tamaño. Laúltima medición se realizó en abril pasado, y sólo vino aconfirmar lo que se temía, elanticiclónapenas supera en tamaño al planeta Tierra, cuandoen las décadas anteriores era tan grande como tresTierras. ¿Seremos testigos de la desaparicióndel gigantescoanticiclón oconoceremos un proceso periódico en las nubes jovianas?
La mirada está atenta al gigante de gas.
LA GRAN MANCHA ROJA
Por fortuna, Galileo llevó una memoria de susprimeras observaciones, titulada Siderius Nuncius -ElMensajero de las Estrellas-. En ella no existe mención algunade la Gran Mancha Roja deJúpiter. Pareceser que la más antigua descripción viene de Alemania, de 1632,hecha por Leander Bandtius, abadde Dunisburgh, quien poseedor de ‘un extraordinario telescopio’(según su propia descripción) la menciona como una mancha ovaladade un séptimo del diámetro deJúpiter. Estaobservación quedó escrita en Astronomia Reformata deJean BattistaRiccioli (1598-1671) del año 1635.Riccioli hace una interesante descripción de loscinturones de nubes que cubren al planeta gaseoso. Explica queestas nubes aparecen y desaparecen con el tiempo. Además enAstronomía Reformata viene una ampliadescripción de la cambiante forma de Saturno;aún eran los días de no conocer la existencia de los anillosalrededor del planeta.
Es hasta 1664 cuando el astrónomo, biólogo y físico inglésRobert Hooke (1635-1703) mejor conocido por laLey de Hooke de la elasticidad y por el descubrimiento dela célula,realiza una interesante descripción de una mancha en las latitudesde la Gran Mancha Roja deJúpiter.
Al año siguiente -en julio de 1665- el astrónomoitalo-francés Giovanni Domenico Cassini(1625-1712) la describe cono una mancha permanente.
Es hasta finales del siglo XIX cuando astrónomos delobservatorio Yerkes en Wisconsin,EE. UU. observan la Gran MancaRoja, pero en aquella ocasión el reporte arrojó más deldoble de tamaño de la actual (de abril de 2017).
Es evidente que las primeras observaciones no pudierondeterminar su naturaleza tormentosa, por lo que entre las primerasideas indicaban que era una montaña o meseta tan alta que rebasabaa las nubes jovianas.
En la actualidad es posible observar la Gran ManchaRoja utilizando telescopios comerciales. Pero no de lospequeños. Para una correcta observación deben existir condicionesatmosféricas idóneas en una noche sin Luna, así como encontrarselejos de las luces citadinas.
QUÉ ES LA GRAN MANCHAROJA
La gigantesca tormenta se ubica en el hemisferio sur delplaneta. La Gran Mancha Roja es un sistemaanticiclónico con menos de 400 años de existencia, segúncálculos.
¿Por qué se le llama anticiclón y no ciclón? Resulta queambos términos hacen referencia a fenómenos parecidos perodiferentes. Unanticiclón esuna zona en la atmósfera de alta presión, en donde la presiónatmosférica es mayor a la del aire que se encuentra a su alrededor-contrario en un ciclón, que es un sistema de baja presión-. Esasí que el aire de la zona del anticiclón es más estable que elaire a su alrededor. La característica principal es que el airedesciende desde las capas altas de la atmósfera -contrario a unciclón-. A este fenómeno se le conoce comosubsidencia. En laTierra, los anticiclones ocasionan tiempo establey ausencia de precipitaciones, debido a que lasubsidencia limita o impide la formaciónde nubes.
Esto nos dice que en la Gran Mancha Roja deJúpiter losvientos descienden desde las capas más altas de la atmósferajoviana hacia las más bajas.
La rotación anticiclónica de la Gran Manchasucede en 6 días terrestres -o 14 días jovianos-. Recordemos quea pesar del gigantesco tamaño del planeta, la rotación deJúpiter es depoco menos de diez horas (9 h 55 m 30 s), laTierra tarda 24 h (23 h 56 m 4 s). La tormentaanticiclónica tenía unas dimensiones de 24 mil a 40 mil km medidode este a oeste, y de 12 mil a 14 mil km de norte a sur. Pero estoha cambiado.
DISMINUCIÓN DETAMAÑO
Desde el siglo XVII existe un registro de observaciones ymediciones realizabas a la Gran Mancha Roja deJúpiter y esteregistro nos muestra que esta tormenta anticiclónica estádisminuyendo de tamaño a pasos agigantados.
La primera medición que se considera precisa, se realizó en1878, por Carl Walter Pritchett quién calculó undiámetro de 41 mil kilómetros de este a oeste -o eje mayor-. Lassondas de la NASA Voyager 1 y2 visitaron aJúpiter enenero y julio de 1979 respectivamente, calcularon un diámetro de23 mil kilómetros. Observaciones realizadas en 1995 mediante eltelescopio espacial Hubble mostraron unareducción, llegando a los 21 mil km. En 2009 ya era de 18 milkilómetros. Para 2014 una medición realizada por lo instrumentosWFC2 y UVIS del telescopio Hubble calculó eltamaño en 16,500 km. Gracias a la actual sondaJuno de la NASA en órbitaalrededor del gigantesco planeta, tenemos una nueva medición hechael pasado 3 de abril. Se ha comprobado lo que se temía, elgigantescoanticiclón mideahora 16,350 km, es decir, el tamaño de 1.3Tierras. Lo que viene a demostrar el constantedecrecimiento de la Mancha. (El diámetro de laTierra es de 12,756 km)
De continuar así, en unas cuantas décadas, antes de quetermine este siglo, la Gran Mancha Roja deJúpiter podríadesaparecer.
Aparentemente, registros observacionales hechos en el sigloXVIII mostraron una disminución de tamaño al grado que losastrónomos no pudieron ubicarla, lo que nos dice que odesapareció, o su tamaño era inalcanzable para los telescopios dela época. Después la Gran Mancha Rojareapareció con un mayor tamaño, por lo que puede ser un ciclo deactividad. Aunque es sólo una especulación, pues existen muchasdudas de si la disminución del siglo XVIII fue real.
Cómo es sabido y como lo describió Ricciolilos cinturones de nubes en la atmósfera deJúpiteraparecen y desaparecen. El último gran cinturón en desaparecerfue aquel ubicado en el hemisferio sur, en donde se encuentraprecisamente la Gran Mancha Roja, lo que sucedióen 2010. Y es evidentemente que debe existir una conexión entrelos cinturones de nubes, o sea, el dinámico sistema atmosféricodel planeta y el gigantescoanticiclón,pero se desconocen los procesos involucrados.
Existe otra tormenta llamada laPequeña ManchaRoja. Se formó entre los años 1998 y 2000, de trespequeñas tormentas blancas observadas en 1938. A inicios de 2006se tornó del mismo rojo que su hermana mayor. La coloración puededeberse a la radiación del Sol sobre masas de gasque se encuentran a mayor profundidad, además puede ser unindicativo de estar ganando fuerza. Pero es sólo unaespeculación. Otra teoría nos dice que se debe a la existencia decompuestos del fósforo (p) involucrados, como la fosfina; lo queaún no está demostrado.
Cambiando de mancha y de planeta; una tormenta como la deJúpiter no esla única observada en nuestro Sistema Solar. En1989 la Voyager 2 al sobrevolarNeptuno descubrió la Gran ManchaObscura, ubicada en el hemisferio sur. Se piensa que eraun evento anticiclónico análoga al deJúpiter, o queera un agujero en la atmósfera como el agujero en la capa de ozonoen la Tierra. Observaciones realizadas en 1994 porel telescopio espacial Hubble no mostraron estefenómeno atmosférico, pero se descubrió otra de menor tamaño enel hemisferio norte. El proceso de formación de este fenómeno enNeptuno aún se desconoce, y existen opiniones -nocomprobadas- de que la tormenta de 1994, era la misma que la de1989 que se trasladó de sur a norte.
OBSERVANDO AJÚPITER
Al iniciar la noche, apreciará en la parte más alta del cielo-un poco al oeste- un lucero brillante,Júpiter, cerca-al este- brilla la estrella Spica de laconstelación de la Virgen, al norteArcturus del Boyero. Al suresteencontramos al planeta de los anillos,Saturno.
Al noroeste está por sumergirse el famoso ‘carro’ de laOsa Mayor; cuatro estrellas formando uncuadrilátero, con tres más ‘la cola’.
Júpiter esel centro de un sistema de 69 lunas; de las cuales, las de mayortamaño y por ahora, las más interesantes se pueden observar contelescopio. A estas cuatro lunas se les conoce como‘galileanas’; por haber sido descubiertas por GalileoGalilei (1564-1642) el primer día en que estrenó surecién construido telescopio. Las lunas llevan nombre de algunasamantes de Zeus:Ío, Europa,Ganímedes yCalisto.
Ío es un satélite con 400volcanes activos; ríos y calderas de lava dominan todo elterreno.
Europa es casi una canica de hielo, debajo delhielo existe un océano líquido. Se cree que un núcleo calientemantiene el agua templada; por lo que es uno de los mundosprometedores para buscar vida, o que tenga la capacidad dealbergarla.
Ganímedes yCalisto son satélites rocosos, con valles ycráteres. Tienen atmósferas con oxígeno y aparentemente existenocéanos muy profundos.Ganímedes estan grande que es superior a nuestra luna o incluso de mayortamaño que Mercurio.
Júpiter, elorgullo de la primera luz por telescopio, está en proceso demodificar su imagen; ¿un tipo de cambio climático joviano?¿Conoceremos aJúpiter sin laMancha Roja? No lo sabemos; habrá que esperaralgunos años, y el tiempo nos dirá cómo se configura el mayor delos planetas de nuestro Sistema Solar; tal pareceque no sólo estamos descubriendo nuevos planetasenanos lejanos alrededor del Sol, sinoque los planetas ‘más conocidos’ sufren cambies de imagen.Nuestro Sistema Solar ya no es el mismo que nosenseñaron en la escuela, y hacen falta más jóvenesinvestigadores que descubran cómo está evolucionando los planetasde nuestro vecindario cósmico.german@astropuebla.org