Todos, en algún momento de nuestras vidas, hemos vivido lo que denomino desencuentro sexual, ¿qué es y cómo funciona? Bien, el desencuentro sexual son aquellas experiencias desagradables en las que teníamos puestas expectativas de placer y bienestar sexual que no se lograron y que nos produjeron una gran frustración como pueden ser: el caso de ir bien arreglada(o) en forma sexy y/o sensual a una cita y provocarle al(a) otro(a) deseos “exageradamente animales”; tener relaciones sexuales y en el coito recibir palabras altisonantes cuando esperabas palabras seductoras y finas; si eres mujer y te pones un vestido pegado, escotado y/o corto y en tu interior tienes la sensación de vestirte como “piruja” observada y juzgada por los demás o no ponerte este tipo de ropa por considerarla solo para mujeres fáciles y provocativas; en el caso de ser hombre ponerte ropa sexy y sentirte “gigoló” o no ponértela por considerarlo para homosexuales. Estos ejemplos son solo mencionando algunas de las características en cuanto a imagen.
Pero también podemos hablar de desencuentro sexual en el caso de conductas y comportamientos tales como: hablar exageradamente y sin pausas cuando tratabas de seducir a alguien con una “conversación agradable”, acercarte físicamente demasiado hacia el(a) otro(a) cuando pretendías incitar y seducir y, en realidad, invadiste e intimidaste su espacio vital y recibiste un rechazo que no esperabas, otro ejemplo es cuando le hablaste al(a) otro(a) con palabras vulgares y sentiste, pensaste y creíste que ya era tuyo(a) y todo salió mal.
El desencuentro sexual también se da cuando generalizas la forma en que “a las mujeres y a los hombres les gusta ser tratados y seducidos sexualmente” cayendo inevitablemente en faltas de respeto, evasiones, rechazos, utilizaciones de unos y otros, chantajes, manipulaciones, amenazas, entre muchas otras situaciones.
El desencuentro sexual no te aporta bienestar ni plenitud, sino todo lo contrario, te disminuye como ser humano pues te genera insatisfacción, inseguridad, te conflictúa internamente, te inunda de sentimientos contaminados con el miedo y el resentimiento; tan es así, que puedes caer en conductas evasivas por medio del alcohol, las drogas, las anfetaminas, desarrollar bulimia, anorexia, vigorexia, generarte sentimientos de superioridad con comportamientos intimidantes hacia los otros, volverte mitómano(a), ser despreciativo(a), desarrollar competitividad, obsesionarte con la pornografía, convertirte en adicto(a) a las páginas web de contenido degradante, ser adicto(a) sexual y muchos comportamientos y situaciones que en vez de aportarle desarrollo, evolución, creatividad, éxtasis, felicidad y plenitud a tu vida, te van degradando como ser humano minando tu integridad y amor propio.
Si te preguntas de qué o de dónde surge todo esto, te digo que, para la aplicación del presente artículo, la forma en que pudo haberse originado en nosotros ese primer desencuentro sexual fue desde antes de nacer, es decir, si tu padre o tu madre no estuvieron de acuerdo con tu sexo de bebé, antes de que fueras concebido(a), entonces, cuando se embarazó tu mamá, su matriz ya estaba impregnada de las vibraciones verbales, mentales y emocionales de ese encuentro fallido que hubo previamente entre tus padres, así que, al implantarte en la matriz de tu madre, ya sentías el rechazo de tu sexo (por ejemplo) y, por consecuencia natural, éste evento se considera como el primer encuentro fallido (desencuentro sexual) contigo mismo(a) que “queda grabado” a nivel inconsciente: el rechazo del sexo que tienes en el embarazo de tu madre.
Un segundo desencuentro sexual se pudo haber dado cuando se habló de lo que le convenía a la pareja, por ejemplo, si es tu papá quien quiso a su campeón y si tu mamá quiso a su princesa, o viceversa según sea el caso. En este punto lo que se ignora o se olvida, por parte de los padres, es que el único órgano y sentido del bebé, directamente en conexión con el mundo de afuera: es el oído y el bebé o la bebé son “chismosos(as)” y escuchan lo que se dice a favor o en contra; esto tiene grandes repercusiones en él o ella puesto que va mal formando el futuro de su vida sexual al enterarse de las diferencia sexuales entre su padre y su madre. Obviamente como bebé en desarrollo intrauterino no entiendes lo que sucede, pero nuevamente, son vibraciones que se quedan grabadas en tu ser.
El tercer desencuentro sexual importante que se quedó grabado en tu ser pudo haber sido en el caso de que tus padres, al momento de tener relaciones sexuales de coito, emplearon improperios por parte de él o de ella tal como: “soy tu perra”, “haz de mi lo que quieras”, “soy tuya”, etc… en el caso de tu madre y, en el caso de tu padre improperios como: “te la meto más”, “quien es tu dueño”, “ya dámelo mamacita”, etc…
Recuerda, el bebé oye todo y lo siente, y todas esas vibraciones y sensaciones durante el coito de los padres se fijan en su desarrollo sexual posterior, por lo tanto, al crecer y, naturalmente, en el momento que quiera hacer su vida sexual en plenitud, todo le saldrá al revés, porque la fijación sexual de la negación implantada en el embarazo y aprendida, como refuerzo por parte de los padres en la niñez es lo que provoca, posteriormente, el desencuentro sexual.
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