Si tú aprendes a mirar de forma profunda y diferente tu cuerpo físico y a contactar con la respiración, con tu piel, con los fluidos de tu boca, de tu vagina o de tu pene en su caso; con el sudor, con los sonidos guturales, con la danza de tu movimiento armonioso y un sinnúmero de expresiones corporales.
Luego llegas a un punto donde las sensaciones y las emociones combinadas con sentimientos presentes se integran a tu cuerpo físico y si logras alinear tus pensamientos y fantasías desde el momento presente con el absoluto respeto de quién eres tú como mujer o tú como hombre, en este instante que es el único y verdaderamente real y auténtico, entonces, puede que quizá se incorporen tu cuerpo espiritual y tu cuerpo de energía.
Ahí empiezas a comprender que eres un ser multidimensional, cuya sexualidad va más allá del cuerpo físico y los placeres genitales y de caricias, porque aunque tu cuerpo es la expresión ancla de tu sexualidad, la energía sexual que le acompaña se puede elevar por el canal central que parte desde tu zona sacro sagrada y con cada movimiento en la danza amorosa, que fluye con una gran armonía adecuada al instante presente, elevas y elevas y elevas esa energía de vida que te permite vivirte en plenitud, éxtasis y expansión continua.
¿Qué tipo de sexualidad quieres vivir?, ¿qué tipo de sexualidad estás viviendo? Si vives tu vida sexual desde tu ego, el personaje que eres, ten por seguro que siempre habrá disociación, obsesión, complejo, miedo y oscuridad.
Pero si a pesar de ello decides trascender a tu ego y acceder a tu ser esencial, sabrás que el ego como tal no es una entidad tóxica, es una energía a la cual hay que educar y mostrar a través del ser esencial que se puede fusionar, que se puede integrar y que con esta fusión, dos que eran en ti se transforman en uno y luego en ninguno, y lo más bello es que con tu compañero o con tu compañera de danza amorosa sucede lo mismo y luego entre ambos entran dos, se convierten en uno y luego desaparecen uno en el otro.
Pero, ¿cómo te vives ahora en tu vida presente sexualmente? Penetrar en lo profundo de tu sexualidad de una forma plenamente consciente implica ir más allá de tus sentidos sensoriales.
Vivir de esta forma sexualmente te libera de la necesidad obsesiva y compulsiva de tener sexo por sexo, de necesitar repetir y repetir, para tratar de sentir que estás vivo(a) sin conseguirlo profundamente y con esta situación vivida si te mantienes esclavo(a) de tus propias necesidades compulsivas.
Vivir tu sexualidad plenamente consciente y englobando el placer y el éxtasis que ello implica, no te permite y tampoco necesitas robar energía a tu pareja, como va una gran parte de las personas, incluso sin saberlo, en un encuentro en el que cada uno jala para un lado por medio de ella sus propias fantasías, sin implicarse plenamente en el momento de la danza amorosa con quién están.
Cuando eres dueño(a) de tus energías sexuales tienes la capacidad para darlo todo sin temor, te fundes y desapareces en la otra persona.
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