/ martes 13 de junio de 2017

En Ayotoxco: acamayas y cabañas | Descubriendo con Paco Noriega

Hola compañeros lectores, ¿cómo están? Espero que muy bien ycon ganas de salir de paseo por algún lugar de nuestro belloestado. Esta vez les voy a platicar sobre dos secretos queencontré en nuestra hermosa Sierra Norte, a unos cuantoskilómetros de Teziutlán.

Como se habrán dado cuenta, me gusta mucho dar a conocer ymezclar algún destino turístico y/o de ocio junto con algúnproductor de la misma región, así podemos aprender más de eselugar que visitamos. Esta vez me puse en contacto vía telefónicacon Paulino, un técnico que auxilia a productores en el desarrollode tilapias y acamayas muy cerca de Ayotoxco de Guerrero, quedamosde vernos en el zócalo y ahí fue el encuentro.

Para llegar a Ayotoxco debemos pasar por Teziutlán, dirigirnoshacia Hueytamalco y a unos cuantos kilómetros se encuentra elpueblito. La carretera es fantástica, rodeada de montañas,demasiada vegetación y algunas cascadas a la orilla de lacarretera; vale la pena hacer un alto y poderlas contemplar.Después de una hora y media de camino llegamos al zócalo deAyotoxco y ahí nos estaba esperando Paulino; nos saludamos, nospresentamos y nos llevó hacia el productor de acamayas.

LAS ACAMAYAS

Nos metimos en la sierra por terracería durante unos 15 minutoshasta llegar a la casa de Eleazar, que se encuentra muy cerca delrío. Ahí ya nos esperaba Eleazar, un pescador de acamayas yproductor de tilapias. Nos presentó a su familia y nos invitaronuna rica y fresca agua de limón que nos cayó muy bien, ya que elcalor era sofocante. Nos sentamos en una banca de bambús a lasafueras de su casa en donde nos empezó a platicar a lo que sededica, desde hace cuánto tiempo y sus expectativas.

Nos contó cómo es la pesca de las acamayas, el tipo de trampasque usan y que en las noches es cuando salen a atraparlas, una vezque las atrapan las llevan a sus estanques y ahí las dejan paraque crezcan y así posteriormente venderlas. Yo le había insistidoun poco en que nos llevara a los estanques en donde las tenía ycomo que no veía mucha disposición por parte de él parahacerlo.

Poco a poco fue tomando confianza y se empezó a abrir un pocomás en la plática y finalmente nos llevó a los estanques, paranuestra sorpresa nos encontramos con unos estanques pequeños ycasi vacíos, no habían acamayas, solamente 3. Ahí finalmente nosempezó a contar lo que realmente sucede: una vez que los capturanpara engordarlos y que se reproduzcan, algo pasa que es imposiblelograr eso, no saben por qué sucede y no hay manera dereproducirlos en cautiverio por lo que poco a poco se estánextinguiendo.

Esas 3 acamayas que tenía, los había capturado hace 3 semanasy durante ese tiempo no había pescado más en el río; anteshabían más de 15 pescadores que iniciaron junto con el gobiernoun programa para lograr la producción de estos animalitos, sinembargo por alguna razón se suspendieron los apoyos, y el trabajoen conjunto que se estaba realizando se detuvo, no evolucionó ypor lo tanto fracasó; esto llevó a que los demás pescadores sedesanimaran y desistieran en este importante trabajo.

Los abuelos de Eleazar se dedicaban a pescar acamayas y cultivarsus tierras sembrando limón y naranjas, sus padres también lohacían y el continúa haciéndolo, por eso no abandona suoficio.

Sus ojos denotaban tristeza al recordar cuantas acamayas habíaen el río antes, inclusive otras especies similares que ahora yano ve. Ahora tiene que esperar a que crezcan esas 3 acamayas yvenderlos para alimentar a su familia sin que se hayan reproducido,esta es la manera en que se están extinguiendo.

Lo que a él le gustaría que sucediera, que es el último pasode ese proyecto que se empezó hace algunos años y quedóinconcluso: apoyos de nuestras autoridades para investigación paralograr la reproducción de estos animalitos y evitar quedesaparezcan. A manera personal yo diría que ojalá y se pudieransumar universidades o iniciativa privada y hacer un proyectosustentable, a ver qué se me ocurre…

Después de recibir un balde de agua fría por esta plática nosllevó al río, fue una caminata deliciosa a través de árbolescargados de limones, enormes bambús y un calor que nos quemabacompletamente por todas partes. Llegamos al río y para nuestrasorpresa nos dijo que era el río Apulco e inmediatamente noslanzamos a nadar y a refrescarnos, el paisaje era inmejorable,montañas, vegetación y vacas acostadas a las sombras de losárboles, ahí estuvimos un largo rato disfrutando del hermosoentorno.

Emprendimos el regreso a su casa donde amablemente nos obsequióuna botella de licor de naranja que él hace, finalmente elloscreen que en algún momento van a recibir el apoyo que necesitanpara llevar a buen puerto su trabajo y así evitar que desparezcanestos animalitos. Nos despedimos con un fuerte abrazo lleno deesperanza para que lo puedan lograr.

MAGNÍFICAS CABAÑAS

Tomamos nuestros vehículos y ahora nos dirigimos hacia el hotel“El Paraíso Ayotoxco”, ya era tarde, teníamos hambre yqueríamos encontrar un lugar para dormir, mejor imposible…

Llegamos y nos recibió el gerente de este lugar, se llamaGabriel, un tipo súper amigable y con amplia experiencia en eltema de hotelería, ha trabajado en diferentes destinos turísticodel país por lo que sabe bien su negocio. Nos sugirió de comer ybeber, y nos acomodó bajo una palapa para estar frescos; la comidaes inmejorable y el entorno fantástico, está rodeado demontañas, árboles, bambús y un pequeño río, a simple vistapudimos ver la alberca, vacas y cabañas.

Nos presentó al dueño del lugar que se llama Ciro yamablemente me platicó la historia del lugar, cómo fue que supadre inicio ese hotel y todo lo que tenían ahí, pero mejor mesugirió ir a recorrerlo y mostrarme todo lo que tienen ydemostrarme él porque es el mejor lugar de la región.

El rancho cuenta con más de 600 hectáreas, tiene un hoteljusto arriba de un pequeño cerro desde donde puedes ver todo elrancho, hay 6 cabañas rodeadas de enormes bambús, las cabañasestán perfectamente equipadas con todas las comodidades,completamente limpias y bien hechas, son de piedra, madera ybambú, chimenea, un baño espectacular y todo lo que se necesitapara estar cómodamente instalado ahí. Hay cabañas para 4, 8 yhasta 10 personas, todas dan al río y cuentan con una pequeñaterraza.

Mientras hacíamos el recorrido pude ver diferentes tipos deaves a lo que Ciro me dijo que llegan muchísimos pericos, tucanesy quetzales; mientras me llevaba a la tirolesa me contaba que elrancho produce su propia energía eléctrica gracias al campo solarque tienen, hay muchas actividades para los niños, ordeñar vacas,sembrar semillas, sacar huevos de las gallinas, enseñar a losniños a hacer quesos y más cosas.

Toda esta caminata la hacíamos antes de que cayera la tarde, elcalor ya había disminuido y el sonido de las chicharras empezaba aescucharse, pasamos por un largo puente colgante que nos llevaba ala tirolesa que va de un cerro a otro pasando por encima del río ybambúes, se ve muy divertida. También tienen temazcal para losque les gusta esta práctica ancestral de limpieza física yespiritual.

Al yo comentarle sobre lo rica que estaba la comida me dijo quees una de sus especialidades, tienen mariscos, carnes, cortesangus, platillos de autor y un largo etcétera, todo esto los hanllevado a hacer bodas, primeras comuniones y cualquier eventosocial por lo que cada vez se están profesionalizando más en estetema para realizarlos mejor.

Ciro se tenía que ir, por lo que se despidió, nos invitó aregresar próximamente y nos encargó con Gabriel, quienamablemente nos atendió y nos hizo sugerencias del lugar.

Cómo ya estábamos cansados nos fuimos a dormir a una de lascabañas, no sin antes tomarnos unas cheves en la noche y en elrío, ¡¡¡qué delicia!!! Ahí se nos aparecieron unos saposenormes como del tamaño de un melón, pensábamos que nos iban acomer, ja, ja, ja, ja.

Al día siguiente nos despertamos temprano y fuimos hacia elrestaurante, la caminata fue inmejorable, había niebla sobre elcampo y las montañas, hacia un poquito de calor y el sonido devarios animales nos acompañaron. El desayuno estuvo delicioso ysustancial, había mucha gente hospedada y varios chamacos ya dandolata en la alberca.

La hospitalidad de la gente es excelente, la comida einstalaciones créanme en verdad magníficas por los que se losrecomiendo, no dejen de ir, los precios son bastantes accesibles yestá a tan solo 3 horas de Puebla, si van no se van aarrepentir.

Les dejo la página para que lo visiten y hagan susreservaciones con tiempo, casi todos los fines de semana seencuentra lleno: elparaisodeayotoxco.com.mx y el teléfono es01-233-109-2017

Nos despedimos de Gabriel y partimos sin rumbo, no sabíamos adonde ir, así que no nos costó mucho trabajo decidir ir a casitasa la playa un buen rato para después ir a nuestro lugar favoritopara comer, El Pirata…pero de eso, luego les platicaré.

paco_noriega2001@yahoo.com

Hola compañeros lectores, ¿cómo están? Espero que muy bien ycon ganas de salir de paseo por algún lugar de nuestro belloestado. Esta vez les voy a platicar sobre dos secretos queencontré en nuestra hermosa Sierra Norte, a unos cuantoskilómetros de Teziutlán.

Como se habrán dado cuenta, me gusta mucho dar a conocer ymezclar algún destino turístico y/o de ocio junto con algúnproductor de la misma región, así podemos aprender más de eselugar que visitamos. Esta vez me puse en contacto vía telefónicacon Paulino, un técnico que auxilia a productores en el desarrollode tilapias y acamayas muy cerca de Ayotoxco de Guerrero, quedamosde vernos en el zócalo y ahí fue el encuentro.

Para llegar a Ayotoxco debemos pasar por Teziutlán, dirigirnoshacia Hueytamalco y a unos cuantos kilómetros se encuentra elpueblito. La carretera es fantástica, rodeada de montañas,demasiada vegetación y algunas cascadas a la orilla de lacarretera; vale la pena hacer un alto y poderlas contemplar.Después de una hora y media de camino llegamos al zócalo deAyotoxco y ahí nos estaba esperando Paulino; nos saludamos, nospresentamos y nos llevó hacia el productor de acamayas.

LAS ACAMAYAS

Nos metimos en la sierra por terracería durante unos 15 minutoshasta llegar a la casa de Eleazar, que se encuentra muy cerca delrío. Ahí ya nos esperaba Eleazar, un pescador de acamayas yproductor de tilapias. Nos presentó a su familia y nos invitaronuna rica y fresca agua de limón que nos cayó muy bien, ya que elcalor era sofocante. Nos sentamos en una banca de bambús a lasafueras de su casa en donde nos empezó a platicar a lo que sededica, desde hace cuánto tiempo y sus expectativas.

Nos contó cómo es la pesca de las acamayas, el tipo de trampasque usan y que en las noches es cuando salen a atraparlas, una vezque las atrapan las llevan a sus estanques y ahí las dejan paraque crezcan y así posteriormente venderlas. Yo le había insistidoun poco en que nos llevara a los estanques en donde las tenía ycomo que no veía mucha disposición por parte de él parahacerlo.

Poco a poco fue tomando confianza y se empezó a abrir un pocomás en la plática y finalmente nos llevó a los estanques, paranuestra sorpresa nos encontramos con unos estanques pequeños ycasi vacíos, no habían acamayas, solamente 3. Ahí finalmente nosempezó a contar lo que realmente sucede: una vez que los capturanpara engordarlos y que se reproduzcan, algo pasa que es imposiblelograr eso, no saben por qué sucede y no hay manera dereproducirlos en cautiverio por lo que poco a poco se estánextinguiendo.

Esas 3 acamayas que tenía, los había capturado hace 3 semanasy durante ese tiempo no había pescado más en el río; anteshabían más de 15 pescadores que iniciaron junto con el gobiernoun programa para lograr la producción de estos animalitos, sinembargo por alguna razón se suspendieron los apoyos, y el trabajoen conjunto que se estaba realizando se detuvo, no evolucionó ypor lo tanto fracasó; esto llevó a que los demás pescadores sedesanimaran y desistieran en este importante trabajo.

Los abuelos de Eleazar se dedicaban a pescar acamayas y cultivarsus tierras sembrando limón y naranjas, sus padres también lohacían y el continúa haciéndolo, por eso no abandona suoficio.

Sus ojos denotaban tristeza al recordar cuantas acamayas habíaen el río antes, inclusive otras especies similares que ahora yano ve. Ahora tiene que esperar a que crezcan esas 3 acamayas yvenderlos para alimentar a su familia sin que se hayan reproducido,esta es la manera en que se están extinguiendo.

Lo que a él le gustaría que sucediera, que es el último pasode ese proyecto que se empezó hace algunos años y quedóinconcluso: apoyos de nuestras autoridades para investigación paralograr la reproducción de estos animalitos y evitar quedesaparezcan. A manera personal yo diría que ojalá y se pudieransumar universidades o iniciativa privada y hacer un proyectosustentable, a ver qué se me ocurre…

Después de recibir un balde de agua fría por esta plática nosllevó al río, fue una caminata deliciosa a través de árbolescargados de limones, enormes bambús y un calor que nos quemabacompletamente por todas partes. Llegamos al río y para nuestrasorpresa nos dijo que era el río Apulco e inmediatamente noslanzamos a nadar y a refrescarnos, el paisaje era inmejorable,montañas, vegetación y vacas acostadas a las sombras de losárboles, ahí estuvimos un largo rato disfrutando del hermosoentorno.

Emprendimos el regreso a su casa donde amablemente nos obsequióuna botella de licor de naranja que él hace, finalmente elloscreen que en algún momento van a recibir el apoyo que necesitanpara llevar a buen puerto su trabajo y así evitar que desparezcanestos animalitos. Nos despedimos con un fuerte abrazo lleno deesperanza para que lo puedan lograr.

MAGNÍFICAS CABAÑAS

Tomamos nuestros vehículos y ahora nos dirigimos hacia el hotel“El Paraíso Ayotoxco”, ya era tarde, teníamos hambre yqueríamos encontrar un lugar para dormir, mejor imposible…

Llegamos y nos recibió el gerente de este lugar, se llamaGabriel, un tipo súper amigable y con amplia experiencia en eltema de hotelería, ha trabajado en diferentes destinos turísticodel país por lo que sabe bien su negocio. Nos sugirió de comer ybeber, y nos acomodó bajo una palapa para estar frescos; la comidaes inmejorable y el entorno fantástico, está rodeado demontañas, árboles, bambús y un pequeño río, a simple vistapudimos ver la alberca, vacas y cabañas.

Nos presentó al dueño del lugar que se llama Ciro yamablemente me platicó la historia del lugar, cómo fue que supadre inicio ese hotel y todo lo que tenían ahí, pero mejor mesugirió ir a recorrerlo y mostrarme todo lo que tienen ydemostrarme él porque es el mejor lugar de la región.

El rancho cuenta con más de 600 hectáreas, tiene un hoteljusto arriba de un pequeño cerro desde donde puedes ver todo elrancho, hay 6 cabañas rodeadas de enormes bambús, las cabañasestán perfectamente equipadas con todas las comodidades,completamente limpias y bien hechas, son de piedra, madera ybambú, chimenea, un baño espectacular y todo lo que se necesitapara estar cómodamente instalado ahí. Hay cabañas para 4, 8 yhasta 10 personas, todas dan al río y cuentan con una pequeñaterraza.

Mientras hacíamos el recorrido pude ver diferentes tipos deaves a lo que Ciro me dijo que llegan muchísimos pericos, tucanesy quetzales; mientras me llevaba a la tirolesa me contaba que elrancho produce su propia energía eléctrica gracias al campo solarque tienen, hay muchas actividades para los niños, ordeñar vacas,sembrar semillas, sacar huevos de las gallinas, enseñar a losniños a hacer quesos y más cosas.

Toda esta caminata la hacíamos antes de que cayera la tarde, elcalor ya había disminuido y el sonido de las chicharras empezaba aescucharse, pasamos por un largo puente colgante que nos llevaba ala tirolesa que va de un cerro a otro pasando por encima del río ybambúes, se ve muy divertida. También tienen temazcal para losque les gusta esta práctica ancestral de limpieza física yespiritual.

Al yo comentarle sobre lo rica que estaba la comida me dijo quees una de sus especialidades, tienen mariscos, carnes, cortesangus, platillos de autor y un largo etcétera, todo esto los hanllevado a hacer bodas, primeras comuniones y cualquier eventosocial por lo que cada vez se están profesionalizando más en estetema para realizarlos mejor.

Ciro se tenía que ir, por lo que se despidió, nos invitó aregresar próximamente y nos encargó con Gabriel, quienamablemente nos atendió y nos hizo sugerencias del lugar.

Cómo ya estábamos cansados nos fuimos a dormir a una de lascabañas, no sin antes tomarnos unas cheves en la noche y en elrío, ¡¡¡qué delicia!!! Ahí se nos aparecieron unos saposenormes como del tamaño de un melón, pensábamos que nos iban acomer, ja, ja, ja, ja.

Al día siguiente nos despertamos temprano y fuimos hacia elrestaurante, la caminata fue inmejorable, había niebla sobre elcampo y las montañas, hacia un poquito de calor y el sonido devarios animales nos acompañaron. El desayuno estuvo delicioso ysustancial, había mucha gente hospedada y varios chamacos ya dandolata en la alberca.

La hospitalidad de la gente es excelente, la comida einstalaciones créanme en verdad magníficas por los que se losrecomiendo, no dejen de ir, los precios son bastantes accesibles yestá a tan solo 3 horas de Puebla, si van no se van aarrepentir.

Les dejo la página para que lo visiten y hagan susreservaciones con tiempo, casi todos los fines de semana seencuentra lleno: elparaisodeayotoxco.com.mx y el teléfono es01-233-109-2017

Nos despedimos de Gabriel y partimos sin rumbo, no sabíamos adonde ir, así que no nos costó mucho trabajo decidir ir a casitasa la playa un buen rato para después ir a nuestro lugar favoritopara comer, El Pirata…pero de eso, luego les platicaré.

paco_noriega2001@yahoo.com

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